jueves, 11 de septiembre de 2025

MORTALIDAD ACTUAL POR EL CANCER DE MAMA


El cáncer de mama causó aproximadamente 670 000 muertes en todo el mundo en 2022.

Aproximadamente la mitad de todos los cánceres de mama ocurren en mujeres sin factores de riesgo específicos que no sean el sexo y la edad.

El cáncer de mama fue el cáncer más común en las mujeres en 157 países de 185 en 2022.

El cáncer de mama ocurre en todos los países del mundo.

Aproximadamente el 0,5-1% de los cánceres de mama ocurren en hombres.

Las intervenciones efectivas para un diagnóstico temprano y oportuno vinculadas al tratamiento integral, la rehabilitación y los cuidados paliativos son esenciales para reducir la carga del cáncer de mama y para lograr y mantener un funcionamiento y bienestar óptimos.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

OPCIONES TERAPÉUTICAS EN LAS HEMORRAGIAS ASOCIADAS A LA ANTICONCEPCION HORMONAL

Los métodos de anticoncepción hormonal pueden provocar hemorragias imprevistas y generar insatisfacción en la paciente. Este tipo de sangrado no indica disminución de la eficacia anticonceptiva y, por lo general, mejora con el uso continuo. Las  hemorragias imprevistas durante el uso de anticonceptivos hormonales son frecuentes y no indican disminución de la eficacia del método anticonceptivo. La conducta expectante es la base del tratamiento, ya que los síntomas suelen mejorar con el uso continuado. 

A pesar de que las hemorragias imprevistas con anticonceptivos hormonales son habituales. El asesoramiento al inicio de la anticoncepción hormonal reduce la insatisfacción y la interrupción del método hormonal. Específicamente, los profesionales sanitarios deben reiterar que el sangrado no disminuye la eficacia anticonceptiva y que el pilar del tratamiento es seguir usando el método. Con casi todos los métodos anticonceptivos hormonales, el uso continuado mejora el sangrado imprevisto pasado un tiempo, que disminuirá las hemorragias imprevistas en la mayoría de los casos. 

Ante la aparición de hemorragias imprevistas durante la anticoncepción hormonal, debe considerarse en primer lugar la existencia de una enfermedad subyacente y descartarse un embarazo, incluso cuando se utilizan métodos anticonceptivos altamente eficaces. Si se descartan causas patológicas y el patrón de sangrado se encuentra dentro de lo esperable para el método empleado, existen tratamientos que pueden ayudar a reducir o detener las hemorragias. 

Es importante valorar el cumplimiento con los anticonceptivos orales combinados, ya que una toma irregular aumenta el riesgo de fallo anticonceptivo y de hemorragias imprevistas. 

Los antiinflamatorios no esteroideos y los tratamientos con estrógenos, solos o en forma de anticonceptivos orales combinados, son los tratamientos más estudiados en las hemorragias imprevistas asociadas al uso de anticonceptivos hormonales. 

Se han estudiado otras opciones, como el ácido tranexámico, la mifepristona, la doxiciclina, el tamoxifeno o el acetato de ulipristal, aunque su efectividad es variable. 

Esta revisión analizó las opciones para el tratamiento de las hemorragias imprevistas asociadas al uso de anticonceptivos hormonales. 

Dispositivo intrauterino de liberación de levonorgestrel. Actualmente, los dispositivos intrauterinos de liberación de levonorgestrel (DIU-LNG) que existen en el mercado contienen 52 mg, 19,5 mg o 13,5 mg de levonorgestrel. 

En un estudio sobre el DIU-LNG de 52 mg, el 44 % de las pacientes refirió amenorrea tras 6 meses de uso. No es necesario estudiar la amenorrea, ya que es un efecto conocido. Los DIU-LNG con dosis más bajas presentaron tasas menores de amenorrea: al cabo de 12 meses, se observó en el 12 % de las usuarias del DIU-LNG de 19,5 mg y en el 6 % de las del de 13,5 mg. 

El personal sanitario debe informar sobre estas diferencias en los patrones de sangrado y asesorar el tipo de DIU-LNG más adecuado para cada paciente. 

La mayoría de los casos de hemorragias imprevistas no requieren una evaluación diagnóstica específica ni tratamiento. No obstante, si el sangrado resulta molesto para la paciente, existen varias opciones terapéuticas disponibles para quienes utilizan el DIU-LNG de 52 mg: 
  • Naproxeno (500 mg cada 12 h, 5 días durante 3 ciclos). Reduce aproximadamente un 10 % el número de días con hemorragia. No hubo diferencias 4 semanas después de dejar el tratamiento. 
  • Ácido tranexámico (ATX) (500 mg cada 8 h, iniciado el segundo día de sangrado). Durante un periodo de estudio de 90 días, las usuarias tuvieron en promedio 6 días menos de hemorragia, pero no hubo diferencias después del ensayo. 
  • Mifepristona (100 mg diarios, el día de la inserción del DIU y cada 30 días durante 3 dosis adicionales). Reduce tanto la duración de las hemorragias imprevistas como el número de episodios. A los 3 meses, las mujeres tratadas presentaban 6 días de sangrado frente a 15 en el grupo control. 
  • Acetato de ulipristal (50 mg diarios, 3 días de tratamiento 3 semanas tras la inserción del DIU y repetir cada 28 días). Redujo 3 días de hemorragia tras el primer ciclo, pero el efecto desapareció en el segundo ciclo, y en el tercero, las mujeres que habían tomado ulipristal sangraron más. 
No hay estudios que hayan evaluado las hemorragias imprevistas en los DIU-LNG de dosis más bajas. 

Implante subdérmico de progestágenos. El implante de etonogestrel (ENG) de 68 mg puede provocar distintos patrones de sangrado. El 22 % de las pacientes del implante presentan amenorrea, y entre el 75 % y el 80 % refieren hemorragias imprevistas durante los primeros 3 meses de uso. Aunque sea frecuente, el sangrado es típicamente escaso (oligometrorragia o hemorragias leves) y las hemorragias abundantes son poco habituales. 

Si bien no suele requerirse tratamiento, existen opciones terapéuticas disponibles: 
  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) durante 5-7 días. La hemorragia disminuyó, y el efecto puede persistir después del tratamiento. 
  • Moduladores selectivos de los receptores de estrógenos (tamoxifeno) durante 7-10 días. La hemorragia disminuyó, y el efecto puede persistir después del tratamiento. 
  • Anticonceptivos orales combinados (AOC) durante 14 días o estrógenos en monoterapia (20 o 30 µg diarios de etinilestradiol) 20-21 días. La hemorragia disminuyó, pero el efecto no persistió tras el tratamiento. 
  • ATX (500 mg cada 12 horas durante 5 días). La hemorragia disminuyó durante la primera semana de tratamiento, pero no hubo diferencias después del tratamiento. 
  • Ulipristal (15 mg diarios durante 7 días). Hubo 5 días menos de hemorragia en 30 días seguimiento. No hay datos del efecto a largo plazo. 
  • Mifepristona (50 o 100 mg diarios). La hemorragia disminuyó, pero no hubo diferencias después del tratamiento. 
  • Doxiciclina. La duración de la hemorragia imprevista disminuyó, pero no hubo diferencias después del tratamiento. 
Las recomendaciones US Selected Practice Recommendations for Contraceptive Use (US SPR 2024) para las mujeres que desean tratamiento son tomar AINE durante 5 a 7 días o moduladores selectivos del receptor de estrógenos (por ejemplo, tamoxifeno) durante 7 a 10 días. 

Las US SPR 2024 también recomiendan la suplementación estrogénica ―ya sea con estrógenos solos o con AOC que contengan entre 20 y 30 µg de etinilestradiol―, así como el tratamiento con ácido tranexámico (ATX) durante 5 días, pero las hemorragias suelen reaparecer tras suspender el tratamiento. 

Esto métodos pueden repetirse cuando sea necesario. 

Inyección de acetato de medroxiprogesterona depot. El tratamiento inyectable con acetato de medroxiprogesterona depot (DMPA) puede provocar tanto oligometrorragia o hemorragias leves como abundantes o prolongadas. Con el uso continuo, la mayoría de las pacientes tienen amenorrea: el 12 % en los primeros 3 meses, el 50 % al cabo de 12 meses, y el 80 % a los 5 años de uso. El 25 % de las pacientes interrumpe el tratamiento con DMPA durante el primer año debido al patrón de sangrado. 

Existen distintas opciones terapéuticas para las pacientes que desean tratamiento: 
  • AINE durante 5 a 7 días. La hemorragia disminuyó, y el efecto puede persistir después del tratamiento. Etinilestradiol (50 µg al día durante 14 días). Detuvo la hemorragia imprevista, pero esta volvió al cesar el tratamiento. 
  • Citrato de clomifeno (50 mg cada 12 horas durante 5 días). La hemorragia cesó antes y la recidiva se redujo. 
  • ATX (250 mg cada 8 horas durante 5 días). La hemorragia disminuyó durante la primera semana de tratamiento y el efecto persistió durante el seguimiento de 4 semanas. 
  • Mifepristona (50 mg cada 2 semanas tras iniciar DMPA). La proporción de mujeres con hemorragia imprevista se redujo, pero no hay datos a largo plazo. 
Anticonceptivos hormonales combinados. Existen múltiples formulaciones de anticonceptivos hormonales combinados, en forma de comprimidos, anillos vaginales y parches anticonceptivos. 

Los AOC causan hemorragias imprevistas en el 30 % de las pacientes al inicio del tratamiento, aunque este porcentaje disminuye al 10 % a los 3 meses. Las formulaciones con 20 µg o menos de etinilestradiol se han asociado a mayor frecuencia de hemorragias imprevistas que las que contienen entre 30 y 35 µg. 

Algunos estudios indican que las formulaciones trifásicas pueden asociarse con menos días de hemorragias imprevistas que las monofásicas. La mayoría de las AOC siguen esquemas 21/7 o 24/4, con 21 o 24 comprimidos hormonales y 7 o 4 placebos que permiten la metrorragia de privación en cada ciclo.
  • El uso continuo consiste en omitir el placebo y tomar comprimidos hormonales seguidos, evitando así la metrorragia de privación programada. 
  • El ciclo extendido consiste en utilizar seguidos varios paquetes de píldoras que contienen hormonas y tomar menos placebo (por ejemplo, 84 + 7), de forma que se tiene la metrorragia por privación con menos frecuencia que cada 28 días. Algunas AOC están diseñadas para estos esquemas, pero cualquier AOC monofásica puede usarse de forma continua o extendida. 
Ambas pautas permiten disminuir la frecuencia de las hemorragias programadas, pero aumentan las hemorragias imprevistas, especialmente las primeras semanas o meses. Con el tiempo, las hemorragias imprevistas disminuyen. En las mujeres que toman AOC en pauta continua, se ha reportado amenorrea en menos del 50 % a los 3 meses, pero en el 80 % al 90 % a los 12 meses. 

La frecuencia de hemorragias imprevistas con el anillo vaginal y el parche anticonceptivo es similar a la observada con los AOC. Dado que las AOC requieren cumplimiento diario, es esencial valorar si la paciente está tomando las píldoras correctamente. Las usuarias que no siguen con regularidad una toma diaria tienen mayor riesgo de fallo anticonceptivo y un aumento relativo del riesgo del 60 % al 70 % de presentar hemorragias imprevistas. Si la usuaria presenta dificultades con el cumplimento, se puede considerar un método anticonceptivo alternativo. 

Si hay hemorragias imprevistas a pesar de un cumplimiento adecuado, existen distintas opciones terapéuticas: 
  • Interrupción temporal del método. 
  • Suspender la píldora en uso continuo o extendido o el anillo en uso continuo durante unos días puede inducir metrorragia de privación y reducir episodios posteriores de hemorragias imprevistas. 
  • Aumento de la dosis del estrógeno. 
  • Cambiar a formulaciones entre 30 y 35 µg de etinilestradiol o añadir estrógenos. 
  • Cambio de formulación o progestágeno. 
  • Uso de doxiciclina. Se ha evaluado como tratamiento preventivo. 
Anticonceptivo gestagénico. El 40 % de las pacientes con anticonceptivos que contienen solo progestágenos (AG) presentan hemorragias irregulares o imprevistas, entre el 40 % y el 50 % tienen ciclos menstruales regulares, y el 10 % presentan amenorrea. 

Las US SPR 2024 no incluyen recomendaciones específicas para el tratamiento de las hemorragias irregulares con AG. La evidencia disponible indica que un tratamiento breve con estrógenos no modifica el sangrado en estas pacientes. 

El papel del profesional sanitario es fundamental al prescribir métodos anticonceptivos hormonales, ya que debe informar de forma clara y detallada sobre la posibilidad de hemorragias imprevistas. Debe explicar que no se trata de un efecto perjudicial, que no disminuye la eficacia anticonceptiva y que, en general, mejora con el tiempo. Esta información anticipada puede reducir las tasas de abandono del método. 

Para quienes soliciten tratamiento médico, existen opciones como los AINE o los anticonceptivos combinados. Se han estudiado otras opciones, como el ATX, la mifepristona, la doxiciclina, el tamoxifeno o el acetato de ulipristal, aunque su efectividad es variable.

martes, 9 de septiembre de 2025

CALIDAD DE VIDA EN LA PERIMENOPAUSIA Y POSTMENOPAUSIA

La escala Cervantes corta evalúa la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) mediante 4 dominios, con 16 preguntas y una puntuación total entre 0 y 100. Presentaron peor CVRS las mujeres más jóvenes; con obesidad, estado posmenopáusico, menopausia precoz o bajo nivel educativo; sin pareja; en situación de desempleo; sin actividad sexual; fumadoras; con consumo bajo o nulo de alcohol; con diagnóstico de depresión; con antecedentes de histerectomía u ooforectomía o fracturas previas. 

La CVRS en mujeres perimenopáusicas y posmenopáusicas en España indicó margen de mejora y se relacionó con diversos factores sociodemográficos y de estilo de vida, en especial la actividad sexual y los diagnósticos de depresión o ansiedad. 

La menopausia provoca diversos cambios y síntomas que influyen de manera significativa en la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Los síntomas de la menopausia varían ampliamente; los más habituales son los síntomas vasomotores (SVM), que afectan hasta al 80 % de las mujeres. La intensidad, duración y percepción de los síntomas menopáusicos están influidas por diversos factores, como las normas culturales, la etnia, la educación, el empleo, el estado de salud y el nivel socioeconómico, y se ven agravadas por la falta de conocimiento sobre la menopausia. 

La escala Cervantes corta abarca varios dominios de la experiencia femenina durante la menopausia y se utiliza ampliamente para evaluar la CVRS en relación con los síntomas. Este estudio evaluó la CVRS en mujeres españolas mediante la escala Cervantes corta y analizó los factores asociados con los cambios en la CVRS, tanto a nivel general como en los distintos dominios de la escala. 

Materiales y métodos. Las participantes se registraron en la aplicación Mi Menopausia entre junio de 2021 y junio de 2024. La Sociedad Española de Menopausia creó la aplicación para evaluar la CVRS asociada a los síntomas menopáusicos en España. 

Para minimizar sesgos, la aplicación se recomendó únicamente a mujeres con síntomas climatéricos, que acudieran a centros médicos por problemas relacionados con el climaterio, buscaran cuidados preventivos o estuvieran interesadas en evaluar su calidad de vida durante esta etapa. 

Las participantes completaron un cuestionario sobre datos demográficos, estilo de vida, síntomas menopáusicos, tratamientos y antecedentes personales, y posteriormente respondieron la escala Cervantes corta para medir la CVRS. Esta escala refleja el efecto de los síntomas menopáusicos en la CVRS, tanto de forma global como en cada uno de sus dominios (salud en la menopausia, vida sexual, control emocional y relaciones). La escala consta de 16 preguntas valoradas en una escala tipo Likert de 0 a 5 en los distintos dominios. La puntuación total varía entre 0 y 100, donde 0 indica la mejor CVRS posible y 100 la peor. 

Análisis estadístico. Las variables discretas se expresaron en frecuencias y porcentajes, y las variables cuantitativas se presentaron como medias y desviaciones estándar (DE). Se realizó un análisis de regresión lineal multivariante hacia atrás para identificar las variables independientes relacionadas con la escala Cervantes corta; para ello, como variables dependientes se emplearon las puntuaciones globales o por dominios. 

Resultados. Se incluyeron 6833 mujeres, de las cuales el 47,9 % eran perimenopáusicas y el 52,1 % posmenopáusicas. El 13,1 % de las participantes presentaban obesidad, el 22,3 % presentaban depresión o ansiedad y el 86,4 % eran caucásicas. Los síntomas menopáusicos más frecuentes fueron los sofocos, el dolor articular y el insomnio. 

La puntuación total de la escala Cervantes corta fue de 40,1 (DE = 16,8). 

Se asoció peor CVRS a los siguientes factores: menor edad, obesidad, estado posmenopáusico, menopausia precoz, bajo nivel educativo, no tener pareja, desempleo, ausencia de actividad sexual, tabaquismo, consumo nulo u ocasional de alcohol, diagnóstico de depresión, antecedentes de histerectomía u ooforectomía y fracturas óseas previas. En el análisis multivariante, todos estos factores mantuvieron una asociación independiente con la CVRS durante la menopausia. 

Las puntuaciones por dominios fueron las siguientes: 
  • salud en la menopausia (mide los SVM, el estado de salud y el envejecimiento): 40,6 (DE = 20,1); 
  • factores psicológicos: 42,2 (DE = 27,9); 
  • vida sexual: 48,6 (DE = 24,6); y 
  • pareja: 25,6 (DE = 25,6). 
Discusión. Los resultados revelaron un deterioro moderado en la calidad de vida y un deterioro significativo en 1 de 4 cuatro mujeres debido a los síntomas menopáusicos. 

La puntuación media en la escala Cervantes corta coincide con los resultados de otra encuesta poblacional que utilizó la misma escala. Además, el porcentaje de mujeres con una puntuación superior al percentil 75 (26,6 %) se corresponde con la prevalencia de síntomas menopáusicos más graves y su impacto en la CVRS, según se desprende de otra encuesta española. 

Por otro lado, el estudio demostró que las participantes más jóvenes obtuvieron peores resultados en la escala Cervantes corta. Estos resultados podrían explicarse porque la transición menopáusica afecta más profundamente a la CVRS que la posmenopausia, etapa en la que los síntomas más molestos, como los SVM, tienden a disminuir con el tiempo, aunque el síndrome genitourinario de la menopausia puede empeorar. 

La obesidad se asoció con la disminución de la CVRS, sobre todo en la puntuación general y en los dominios de salud en la menopausia y sexualidad. El sobrepeso y la obesidad tienden a aumentar durante esta etapa, lo que incrementa el riesgo de complicaciones. El efecto en el dominio de salud en la menopausia podría estar relacionado con la mayor prevalencia de SVM en mujeres obesas. 

El nivel educativo bajo se asoció con una reducción de la CVRS, tanto general como en todos los dominios de la escala Cervantes corta, excepto en el de la pareja. La menor CVRS en mujeres con bajo nivel educativo podría explicarse por la falta de conocimiento sobre la menopausia, sus síntomas y los tratamientos disponibles, y también podría contribuir a la baja prevalencia del uso de tratamiento hormonal de la menopausia en España. 

Tener pareja, especialmente estable, se asoció con mayor CVRS tanto general como en todos los dominios. 

La actividad sexual, independientemente de su tipo, pero, en especial, la coital, también se vinculó con mejor CVRS durante la menopausia y fue un factor independiente en la reducción del efecto de los síntomas menopáusicos en todos los dominios. La sexualidad parece estar significativamente afectada por la menopausia, principalmente debido al síndrome genitourinario de la menopausia y a la disminución de la libido. En la muestra se observaron similares porcentajes de síntomas de sequedad vaginal (55 %) y bajo deseo sexual (56 %), lo que sugiere una posible asociación entre ambos factores. Sin embargo, el bajo deseo sexual suele estar más influido por factores emocionales, por lo que esta relación podría ser casual. 

Estar empleada o ser ama de casa se asociaron con mejor CVRS en todos los dominios de la escala Cervantes corta. Sin embargo, estas variables fueron factores independientes de mejor CVRS solo en los dominios de salud en la menopausia y psicológico. En contraste, el empleo se vinculó con peor CVRS en el dominio de pareja. Aunque los síntomas de la menopausia afectan significativamente a las actividades diarias y la productividad laboral de las mujeres, los resultados indicaron que sentirse útil y mantener la mente activa, ya sea mediante empleo o mediante trabajo doméstico, se relacionó con mejor CVRS en comparación con estar jubilada. 

El tabaquismo afectó significativamente la CVRS en todos los dominios de la escala Cervantes corta, excepto en el dominio de vida sexual, que se situó en el límite de la significación estadística en el análisis multivariante. El tabaquismo se ha asociado con peor calidad de vida general, especialmente durante la menopausia, y también con un empeoramiento de otros factores de salud que afectan a la CVRS. 

El consumo frecuente o moderado de alcohol se asoció con mejor CVRS durante la menopausia y fue un factor independiente de mejora en el dominio de vida sexual. No obstante, las mujeres son más vulnerables a los efectos nocivos del alcohol y tienden a desarrollar enfermedades relacionadas con su consumo antes que los hombres, un riesgo que aumenta durante la transición menopáusica. 

La tasa de depresión en las mujeres fue alta (22 %) y se asoció independientemente con peor CVRS en todos los dominios durante la menopausia. 

La histerectomía y la ooforectomía contribuyeron a menor CVRS, pero solo se asociaron independientemente con la puntuación general y el dominio de salud en la menopausia. La menopausia quirúrgica tiende a aumentar los SVM y la sensación de envejecimiento en comparación con la menopausia natural. 

Sufrir una fractura ósea se asoció con la puntuación global, la salud en la menopausia y la pareja. Este resultado podría relacionarse con el dolor, las molestias y la discapacidad causadas por la fractura. El alivio del dolor mediante el tratamiento de las fracturas osteoporóticas se ha vinculado con mejor CVRS. 

Conclusiones. Los resultados del estudio complementaron y fortalecieron la validez de la escala Cervantes corta como herramienta para medir la CVRS en mujeres menopáusicas. 

La CVRS de las mujeres perimenopáusicas y posmenopáusicas españolas puede mejorar y se asocia con diversos factores sociodemográficos y de estilo de vida, sobre todo la actividad sexual y los diagnósticos de depresión o ansiedad. 

lunes, 8 de septiembre de 2025

VINCULO ENTRE THM Y RIESGO DE FRACTURA EN MUJERES POSTRATAMIENTO

Los estudios de salud ósea a largo plazo suelen tener su complejidad a la hora de gestionarlos en el tiempo, sin embargo, la investigación de la salud ósea tras la interrupción de la terapia hormonal para la menopausia podría ser de utilidad para comprender mejor los resultados observados sobre el riesgo de fracturas de mujeres postmenopáusicas. 

La densidad mineral ósea se reduce con la edad y puede disminuir más rápidamente en mujeres durante la menopausia. En grupos poblacionales en proceso de envejecimiento, el aumento de la osteoporosis y las fracturas se ha convertido en una importante preocupación sanitaria, social y económica. 

A nivel científico se ha investigado la salud ósea o los resultados de las fracturas tras la interrupción de la terapia hormonal para la menopausia, pero los hallazgos existentes son inconsistentes, de ahí el interés de científicos de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) en investigar sobre los tipos y regímenes de terapia hormonal menopáusica para proporcionar estimaciones sólidas del riesgo hasta 25 años después de la interrupción de dicho tratamiento.

El trabajo realizado al respecto, publicado en 'The Lancet Healthy Longevity', es considerado por sus autores como el más amplio hasta la fecha sobre el estudio del riesgo de fracturas en mujeres tras la interrupción de la terapia hormonal para la menopausia y el período de seguimiento más largo, hasta 25 años.

Los investigadores utilizaron datos de 6.000.000 de mujeres de aproximadamente 2.000 consultorios médicos de cabecera en el Reino Unido, lo que les permitió realizar un seguimiento de los niveles de riesgo de fractura durante hasta 25 años. Los investigadores identificaron a todas las mujeres con historial de su primera fractura (casos) y compararon cada una con varias mujeres de la misma edad y del mismo consultorio, pero sin historial de fractura (controles). Asimismo, se comparó el uso de terapia hormonal sustitutiva (THS) en los casos antes de la fractura con el uso de THS en los controles emparejados.

Entre los hallazgos cabe destacar que la magnitud del riesgo en todas las etapas también dependió del tipo y la duración de la terapia. además, en la mayoría de las mujeres, observándose patrones consistentes de un marcado aumento del riesgo poco después de la interrupción, seguido de un pico en la mayoría de los casos con niveles superiores a los de mujeres comparables que nunca habían usado terapia hormonal para la menopausia, y posteriormente niveles de riesgo en descenso, inferiores a los de las mujeres que nunca la habían usado.

De acuerdo con los autores, los estudios de salud ósea a largo plazo son complejos de iniciar y difíciles de gestionar a lo largo del tiempo, y es improbable que se intenten sin una justificación clara. La investigación de la salud ósea tras la interrupción de la terapia hormonal para la menopausia sería útil para comprender mejor los resultados observados sobre el riesgo de fracturas.

VAGINISMO. NO SE TRATA DE UNA BARRERA INSALVABLE

En torno a un 12 % de las mujeres a nivel nacional presenta vaginismo, una condición que se caracteriza por un dolor intenso durante las relaciones sexuales, el malestar persistente o la imposibilidad de penetración. Los expertos ponen el foco en la necesidad de una abordaje multidisciplinar y un enfoque integral. 

El dolor intenso o recurrente durante las relaciones sexuales, el malestar persistente o la imposibilidad de la penetración no deben considerarse normales. Lo mismo ocurre con las molestias intensas durante exámenes ginecológicos rutinarios, al usar tampones o al aplicar tratamientos prescritos por vía vaginal. Estos síntomas pueden estar relacionados con "Vaginismo". 

El vaginismo es una disfunción sexual que, según la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), afecta a un 12% de las mujeres en el país. Se caracteriza por una contracción involuntaria, total o parcial, de los músculos del suelo pélvico alrededor de la vagina, lo que dificulta o impide la penetración. Sin embargo, tener vaginismo no significa que la mujer no pueda excitarse o experimentar placer, más bien, limita la práctica del coito con penetración. Y, por tanto, la fecundación por vía natural se complica. 

Y es que, aunque el vaginismo no influye directamente en la fertilidad (ya que no interfiere con el funcionamiento del aparato reproductivo ni aumenta el riesgo de aborto), sí puede dificultar la concepción por vía natural al impedir las relaciones sexuales con penetración. 

Las causas del vaginismo pueden ser psicológicas (las más frecuentes), o fisiológicas. Entre los factores emocionales destacan los tabúes o prejuicios en torno a la sexualidad, el desconocimiento de la anatomía femenina, una baja autoestima, experiencias sexuales negativas, traumas previos como abusos o agresiones sexuales, o ansiedad. 

En cuanto a las causas físicas, aunque menos comunes, también son relevantes: himen rígido, infecciones o úlceras vaginales, inflamación de las glándulas de Bartolino (situadas en la entrada de la vagina y responsables de su lubricación), trauma asociado al parto o a un aborto, disminución de los estrógenos en la sangre (especialmente durante la menopausia), así como tumores en la zona pélvica.

Existen dos tipos de vaginismo: El vaginismo primario se presenta en mujeres que nunca han podido mantener relaciones sexuales con penetración. Suele diagnosticarse con más frecuencia en adolescentes o mujeres jóvenes, y está vinculado principalmente a factores psicológicos. En cambio, el vaginismo secundario aparece en mujeres que, en algún momento sí pudieron mantener relaciones sexuales con penetración, pero que posteriormente desarrollaron esta dificultad. 

Los síntomas del vaginismo pueden variar según el grado de tensión vaginal: dolor durante la penetración vaginal, sensación de ardor o escozor, molestias en las relaciones sexuales (dispareunia), incluso llevando a dificultades para respirar o palpitaciones durante las relaciones sexuales. Por todo ello, la libido disminuye. Además, a nivel físico pueden llegar a experimentar espasmos musculares en piernas o en la zona lumbar.

Para tratar esta disfunción sexual se requiere un enfoque integral y multidisciplinar, tanto psicológico como ginecológico. El abordaje terapéutico puede incluir diversas herramientas como la fisioterapia del suelo pélvico, la terapia cognitivo-conductual, el uso progresivo de dilatadores vaginales y, en casos específicos, otras intervenciones a nivel psicológico adaptadas a las necesidades de cada paciente. En cualquier caso, el abordaje integral es clave para su tratamiento. Y la comunicación, si hay una pareja en la ecuación, es esencial.

Las técnicas de reproducción asistida como solución alternativa para ser madre. Afortunadamente, muchas mujeres pueden retomar su vida sexual con normalidad una vez superado. En los casos en que no sea posible del todo, las técnicas de reproducción asistida (como la inseminación artificial o la fecundación in vitro) siguen siendo opciones recomendadas para que estas pacientes puedan lograr cumplir su deseo de ser madres.

Aunque el vaginismo puede suponer un obstáculo para algunas mujeres en edad fértil, no es una barrera insalvable, debido a los diversos métodos de reproducción asistida que existen hoy en día y un enfoque muy personalizado. Entre los más comunes para estos casos se encuentran la inseminación artificial, consistente en introducir espermatozoides previamente seleccionados en el útero de la mujer, o la fecundación in vitro. En este caso se extraen los óvulos de la mujer y, posteriormente, se colocan en una placa de cultivo para ser fecundados con el esperma del varón, por lo que sufrir esta condición no es incompatible con la maternidad.

jueves, 4 de septiembre de 2025

DEFECTOS ENDOMETRIALES PODRIAN SER CAUSA PREVENIBLE DE ABORTOS ESPONTÁNEOS

Investigadores británicos hallaron, recientemente, que un proceso biológico esencial denominado "reacción decidual", que prepara el revestimiento del útero para el embarazo durante el ciclo menstrual, pudiera no progresar adecuadamente en mujeres con antecedentes de aborto espontáneo. 

Uno de cada seis embarazos que se pierden, principalmente antes de las 12 semanas, aumenta el riesgo de otro aborto. Si bien el impacto de la calidad del embrión en el riesgo de aborto espontáneo se ha estudiado ampliamente, el endometrio (el revestimiento del útero) ha permanecido, en gran medida, como una "caja negra" ausente en el ámbito de la medicina reproductiva.

La función del endometrio es, precisamente, recibir al embrión y apoyar el desarrollo de la placenta durante el embarazo. La reacción decidual transforma el revestimiento del útero en un tejido de soporte para la implantación del embrión. Cuando no se activa completamente o se desregula, crea un entorno inestable que, si bien permite la implantación de los embriones, aumenta el riesgo de sangrado y aborto espontáneo.

La respuesta anormal en el revestimiento uterino, ya sea demasiado débil o excesivamente fuerte, se repite a lo largo de los ciclos menstruales en algunas mujeres con una frecuencia mucho mayor de la que predeciría el azar. Esto sugiere una causa consistente, medible y potencialmente prevenible del riesgo de aborto espontáneo. 

En un estudio publicado en 'Science Advances', revelan una pieza clave del rompecabezas del aborto espontáneo: un problema en el revestimiento del útero antes del embarazo. Ello podría explicar por qué algunas mujeres experimentan abortos espontáneos repetidos, incluso con embriones sanos. A muchas mujeres se les dice simplemente que han tenido 'mala suerte con el embarazo, pero nuestros hallazgos demuestran que el propio útero podría estar preparando el terreno para la pérdida del embrión, incluso antes de que se produzca la concepción.

Al analizar más de 1.500 biopsias de más de 1.300 mujeres, el equipo descubrió que un proceso biológico esencial llamado "reacción decidual", que prepara el revestimiento del útero para el embarazo cada mes, a menudo no progresa adecuadamente en mujeres con antecedentes de aborto espontáneo. Esto sugiere una causa consistente, medible y potencialmente prevenible del riesgo de aborto espontáneo.

Está bien establecido que los errores cromosómicos en los embriones explican el aumento de las tasas de aborto espontáneo en mujeres mayores de 35 años. Este estudio demuestra que cada aborto espontáneo aumenta el riesgo de implantación de un embrión en un endometrio anormal, independientemente de la edad.

En definitiva, la frecuencia con la que se presenta uno de dos eventos (embrión anormal o reacción decidual anormal) a lo largo de cientos de ciclos menstruales podría determinar la probabilidad de aborto espontáneo en cada mujer. Este avance sitúa el revestimiento uterino como un factor clave en la salud durante las primeras etapas del embarazo, abriendo nuevas vías para la atención preconcepcional, el tratamiento personalizado y el alivio emocional para pacientes que han vivido durante mucho tiempo sin respuestas.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

NUEVOS REGIMENES DE TRATAMIENTO EN EL CANCER DE MAMA ER+ METASTASICO

La combinación de atezolizumab con terapias dirigidas al gen TP53 muestra actividad, con un caso de respuesta extraordinaria, según datos de un nuevo estudio. 

Científicos de la Universidad Vanderbilt han llevado a cabo un ensayo de fase Ib/II en el que demuestran la viabilidad del tratamiento de combinación con atezolizumab y idasanutlina, en pacientes con tumores de mama metastásicos ER+ sin mutaciones en el gen TP53. Una proporción de estas pacientes logró controlar la enfermedad durante más de 6 meses, incluyendo un caso de repuesta durante 14 meses. Esta paciente, que discontinuó la terapia debido a un efecto adverso, mantuvo su enfermedad estable durante los tres años posteriores. El mismo ensayo también evaluó la combinación de atezolizumab con cobimetinib en pacientes con mutaciones en TP53, constatándose enfermedad estable como mejor respuesta. 

A pesar de los avances en el tratamiento del cáncer de mama metastásico, la enfermedad sigue siendo incurable y una de las principales causas de mortalidad relacionada con cáncer. Aunque los inhibidores de los puntos de control inmunológico, tales como pembrolizumab, se han convertido en terapia estándar en los tumores triple negativos, la eficacia de este agente en los ER+ es limitada. Sobre estas observaciones los autores del actual estudio han explotado las vulnerabilidades asociadas a TP53. 

Específicamente, los tumores sin mutaciones en este gen son potencialmente susceptibles a los antagonistas de MDM2, tales como la idasanutlina, cuya acción promueve la senescencia tumoral, facilitando con ello la infiltración por células inmunitarias. Adicionalmente, en los tumores mutados en TP53, la inhibición de la quinasa MEK mediante cobimetinib, en combinación con un agente anti-PD-1, podría restaurar la presentación de antígenos tumorales y restablecer la respuesta inmunitaria frente al tumor.

martes, 2 de septiembre de 2025

VOLVEMOS AL BLOG DESPUÉS DE LA VACACIONES. DETECTAR ALTERACIONES MENSTRUALES A TIEMPO ES UN FACTOR CLAVE PARA PRESERVAR LA FERTILIDAD

Irregularidades como ciclos inestables, sangrado abundante o ausencia de menstruación pueden ser indicios de patologías ginecológicas o desequilibrios hormonales que afectan a la fertilidad. Por ello, expertos advierten sobre la necesidad de observar el ciclo menstrual con atención y evitar la normalización del dolor o las anomalías. 

Las alteraciones en la menstruación, como el dolor intenso, el sangrado abundante y la falta de regularidad, a menudo se perciben como algo normal, pero pueden estar indicando problemas ginecológicos u hormonales que influyen en la fertilidad de la mujer. 

Las irregularidades menstruales afectan entre el 14% y el 25% de las mujeres en edad fértil y hacen referencia a variaciones en la frecuencia, duración o regularidad de los ciclos menstruales. En este caso, la mujer menstrúa, pero no sigue un patrón estable mes a mes; tiene ciclos demasiado largos o cortos, ausencia de menstruación (amenorrea) o variaciones importantes en la cantidad de sangrado.

Por su parte, el sangrado uterino anormal, que afecta entre el 10% y el 30% de las mujeres en edad fértil se refiere a cualquier sangrado vaginal que no encaja con un patrón menstrual normal. Es decir, sangrados que aparecen en momentos no esperados o con una duración o intensidad fuera de lo habitual, como sangrado entre periodos, después de la menstruación o reglas excesivamente largas o abundantes.

Anomalías como reglas muy abundantes y/o dolorosas, o la ausencia de menstruación, entre otras, pueden estar vinculadas a diversas patologías relacionadas con el aparato reproductivo, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), los miomas uterinos o la endometriosis. Es esencial observar y conocer los patrones del propio ciclo menstrual. La cronificación de cualquiera de estas alteraciones puede afectar la ovulación, dificultar la fecundación o comprometer la receptividad endometrial. El problema es que muchas veces no somos conscientes de ello ni le damos la importancia suficiente hasta que aparece el deseo de ser madre. Y entonces comienza la carrera contrarreloj.

Llama la atención que el 70,9% de las mujeres españolas declara sufrir molestias menstruales todos o casi todos los meses, y que sin embargo todavía exista un 20% que nunca lo ha consultado con su ginecólogo. Y es que esto evidencia la normalización del dolor menstrual y de otras alteraciones del ciclo, lo que supone retrasar la búsqueda de atención médica y seguir ejerciendo un enfoque reactivo, en lugar de preventivo.

La importancia de prestar atención a los cambios en la regla. Detectar a tiempo problemas ginecológicos o desequilibrios hormonales que puedan afectar a la fertilidad es fundamental para no reducir las posibilidades de lograr un embarazo espontáneo en el futuro y valorar la vitrificación de óvulos si fuera necesario. El 58,9% de las mujeres ya utiliza alguna aplicación para controlar su ciclo, y más del 48% estaría dispuesta a congelar sus óvulos para preservar su fertilidad.

Estos datos evidencian un creciente interés por entender el propio cuerpo, planificar a futuro y tomar decisiones reproductivas informadas, algo cada vez más relevante en un contexto en el que la maternidad está retrasándose cada vez más. En la actualidad, la edad media para tener el primer hijo en España es de 32,6 años. Y es que, cuanto más se pospone, más necesaria se vuelven las herramientas para conocer el estado de la fertilidad y cómo cuidarla. No se trata solo de tratar enfermedades, sino de ofrecer a las mujeres información y opciones para decidir sobre su fertilidad a tiempo.

viernes, 25 de julio de 2025

Tomaremos unas merecidas vacaciones, mientras España se enfrenta a la peor crisis de natalidad de su historia. Hasta la vuelta en Septiembre



El Instituto de Política Social (IPSE) ha lanzado una grave advertencia, denunciando lo que considera «una alarma nacional» por el acelerado colapso demográfico que sufre España. Según la organización, el país atraviesa la peor crisis poblacional de toda su historia, con cifras estremecedoras que, de no revertirse, podrían poner en peligro la continuidad misma de la sociedad española tal y como la conocemos.

En un duro comunicado, el IPSE asegura que España se enfrenta a un panorama crítico: cada vez nacen menos niños y la población envejece de forma imparable. Señalan que tres de cada cuatro hogares «no tienen hijos menores de edad» y que la fecundidad ha descendido hasta un mínimo histórico de 1,12 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional.

Asimismo, aseguran que «la pirámide demográfica está completamente invertida», con una proporción de 10 personas mayores de 65 años por cada tres menores de edad. De hecho, los datos de 2023 son alarmantes, ya que nacieron apenas 320.656 niños, la cifra más baja desde 1941, lo que, según el Instituto, demuestra que el país está muy lejos de alcanzar los nacimientos necesarios para regenerar su población.

La situación demográfica de España se caracteriza por una profunda crisis de natalidad, con la tasa de nacimientos más baja de su historia. Esta crisis se manifiesta en un descenso continuo de nacimientos y una disminución de la tasa de fecundidad, lo que ha llevado a una preocupante disminución de la población. 

El año pasado se produjeron 320.656 nacimientos, lo que supuso una caída del 2,6 % respecto al anterior, y además marcó un preocupante récord: el de la cifra más baja desde 1941.

Desde 2008 la tasa ha caído en picado, registrado un descenso continuado de casi el 25 % (24,7 %), según los datos de la estadística Movimiento Natural de Población, publicados por el INE. Y así vamos a seguir a pesar de la inmigración. 
  • Factores que contribuyen a la crisis de natalidad:
    • Cambios sociales y culturales:
      • La emancipación femenina, el acceso a la educación y al mercado laboral, y el retraso en la edad de maternidad han influido en la decisión de tener menos hijos. 
    • Inestabilidad económica:
      • La precariedad laboral, la dificultad para acceder a una vivienda y la falta de apoyo a las familias con hijos influyen en la decisión de tener hijos. 
    • Falta de políticas públicas:
      • La ausencia de medidas eficaces para conciliar la vida laboral y familiar, así como la falta de apoyo económico a las familias, agravan la situación. 
    • Cambios en los modelos de familia:
      • La disminución de la tasa de matrimonios y el aumento de las familias monoparentales también contribuyen a la disminución de la natalidad. 
  • Consecuencias de la crisis de natalidad:
    • Envejecimiento de la población:
      • España es uno de los países con mayor envejecimiento del mundo, con una proporción cada vez mayor de personas mayores y una menor proporción de jóvenes. 
    • Despoblación:
      • La disminución de la natalidad y el aumento de la mortalidad están provocando una pérdida de población en muchas zonas, especialmente en áreas rurales. 
    • Presión sobre el sistema de pensiones:
      • La disminución de la población activa y el aumento de la población jubilada ejercen presión sobre el sistema de pensiones, que podría volverse insostenible a largo plazo. 
    • Escasez de mano de obra:
      • La disminución de la población joven y activa puede generar dificultades para cubrir las necesidades del mercado laboral en el futuro. 
    • Impacto en las escuelas:
      • Se prevé una disminución significativa del número de alumnos en las escuelas en los próximos años, con el cierre de centros educativos en algunas zonas. 
En resumen: España enfrenta una profunda crisis de natalidad con consecuencias importantes para su futuro demográfico, económico y social.

Es fundamental abordar esta situación con políticas públicas eficaces que promuevan la natalidad, apoyen a las familias y garanticen un futuro sostenible para el país. 

De vacaciones también en cuanto a la fecundidad y natalidad.

jueves, 24 de julio de 2025

RIESGO DE MORBIMORTALIDAD PERINATAL EN LOS FETOS PEQUEÑOS PARA LA EDAD GESTACIONAL

Introducción. 
La prevención de la muerte fetal depende en gran medida de la interrupción de un embarazo mediante la inducción médicamente indicada del parto o el parto por cesárea después de la identificación de un riesgo elevado. 

En el período prematuro, los riesgos asociados con estas intervenciones son considerables, por lo que el umbral para la intervención es alto; en gestaciones posteriores, los riesgos son menores y la intervención es común. Sin embargo, incluso el parto a término antes de las 39 semanas de gestación se asocia con resultados adversos neonatales e infantiles. A medida que la mayoría de los embarazos llegan a término, el impacto del aumento de la frecuencia del parto prematuro podría ser sustancial a nivel de población.

La mayoría de las muertes muertas en el embarazo temprano son de fetos pequeños para la edad gestacional (SGA), pero, a término, la prevalencia de SGA es menor (hasta un 30%) y es menos probable que se encuentre una "causa" identificable. Muchos de estos fetos no alcanzan su potencial de crecimiento, pero su peso al nacer es normal según los estándares de la población (es decir, la restricción del crecimiento fetal (FGR)). Puede ser posible identificar algunos de estos casos mediante ultrasonido. Sin embargo, esto se ve obstaculizado por la disponibilidad finita y la precisión limitada del ultrasonido. Otro problema es la escasa especificidad de los resultados adversos, lo que aumenta la probabilidad de sobreintervención.

Sin embargo, la prevención de la muerte fetal se basa en gran medida en el ultrasonido, además de la intervención en presencia de ciertos factores de riesgo, como la edad gestacional > 41-42 semanas o la ruptura prolongada de las membranas antes del parto. Con el creciente uso de ultrasonido en este contexto, se han recomendado protocolos complejos para detectar FGR, basándose en el tamaño fetal estimado, los índices Doppler y la velocidad de crecimiento, según lo evaluado de manera cruda utilizando cambios de centil. Como estas variables están mal predichas por los factores de riesgo clínicos y demográficos, la detección universal sigue siendo el método más completo para intentar detectar FGR a término.

Los beneficios de la detección universal no están claros, posiblemente porque la mayoría de los resultados adversos a término ocurren en embarazos en los que no se ha detectado disfunción placentaria. Algunos resultados adversos están relacionados con diferentes patologías, como la hemorragia fetomaternal, pero muchos siguen sin explicarse. Para minimizarlos, es necesario identificar los factores de riesgo en los embarazos a término sin SGA o evidencia convencional de FGR. El objetivo de este análisis fue determinar los factores de riesgo anteparto para la mortalidad fetal o neonatal y la morbilidad neonatal grave en embarazos en los que no había evidencia de ultrasonido prenatal de SGA o FGR a las 35-37 semanas de gestación.

Este fue un estudio de cohorte retrospectivo basado en la población, utilizando datos de los Hospitales de la Universidad de Oxford, Oxford, Reino Unido, de todas las mujeres con un embarazo único y una fecha de parto estimada entre el 1 de octubre de 2016 y el 31 de diciembre de 2023. Los criterios de exclusión fueron embarazo múltiple, anomalía fetal diagnosticada prenatalmente, nacimiento antes de 35 + 1 semana, exploración universal no disponible (debido al parto ≥ 35 + 1 semana pero antes de la exploración), ultrasonido o datos de resultados faltantes y cualquier evidencia prenatal de FGR o SGA.

En esta unidad, además de la exploración de datación/translucidez nucal a las 11-13 semanas y la exploración anatomía a las 18-21 semanas, a todas las mujeres con un embarazo single se les ofrece una exploración de rutina entre 35+1 y 36+6 semanas, independientemente del riesgo previo. La presentación fetal, la ubicación placentaria, el peso fetal estimado (EFW), el nivel de líquido amniótico, la velocidad de crecimiento bruto desde las 20 semanas y los índices Doppler fetales, incluido el índice de pulsatilidad (PI) de la arteria umbilical (UA) y la arteria cerebral media y la relación cefaloplacentaria (RCP), se evalúan en esta exploración. La anatomía fetal no se vuelve a inspeccionar formalmente. Se realizan exploraciones adicionales antes y después de la exploración a las 35+1 a 36+6 semanas de acuerdo con la estratificación del riesgo, que implica Doppler universal de la arteria uterina (UtA) a las 18-21 semanas y factores de riesgo clínicos. 

Las imágenes de ultrasonido son realizadas por ecografistas o médicos experimentados de acuerdo con las directrices de la Sociedad Internacional de Ultrasonido en Obstetricia y Ginecología (ISUOG), utilizando la metodología de garantía de calidad como se describe en el proyecto INTERGROWTH-21st. Después de la exploración a las 35+1 a 36+6 semanas, los embarazos con sospecha de SGA o FGR se manejan de acuerdo con un protocolo publicado. Esto incluye a los fetos con un EFW < 10º percentil; aquellos aparentemente cultivados normalmente pero con evidencia de una desaceleración de ≥ 40 percentiles en el crecimiento fetal; y aquellos con UA-PI > 95 percentil o RCP anormal (se eligió un umbral simple de 1,1 para la práctica clínica). El impacto del escaneo universal de 36 semanas en el resultado adverso se ha descrito anteriormente.

Teníamos la intención de definir una cohorte fácilmente identificable sin evidencia de SGA o FGR. Para alinearse con las definiciones publicadas y fácilmente reproducibles, los criterios de exclusión fueron: (1) definición de consenso de Delphi de FGR tardío; (2) EFW aislado < décimo centil; y (3) EFW ≥ décimo centil con CPR < quinto centilo o UA-PI > 95 percentil. Este último se utilizó porque el trabajo anterior ha demostrado que estos embarazos tienen un mayor riesgo de resultados adversos. El umbral de RCP para la exclusión del análisis fue ligeramente más bajo (< quinto centil) en comparación con el utilizado clínicamente (corte único de 1,1). La velocidad de crecimiento de la circunferencia abdominal (ACGV) < décimo percentil entre las exploraciones de 20 y 36 semanas, pero donde el EFW fue ≥ décimo percentil, no se utilizó como criterio de exclusión porque no se usa comúnmente y actualmente no es práctico para que un ecografista lo calcule.

Factores de riesgo. Los factores de riesgo se clasificaron como clínicos/demográficos o derivados de ultrasonido. Los factores clínicos/demográficos fueron la edad materna, el índice de masa corporal (IMC), la paridad, el estado socioeconómico, el origen étnico, los múltiplos de la mediana de la proteína plasmática-A (PAPP-A) asociada al embarazo, el estado del tabaquismo, la enfermedad hipertensiva y la diabetes preexistente y gestacional. Los factores de ultrasonido fueron la velocidad de crecimiento (medida como ACGV entre las exploraciones de 20 y 36 semanas), el centilo EFW y UtA-PI a mitad del embarazo (18-21 semanas).

Resultados. El resultado principal fue la muerte fetal. Los resultados secundarios fueron: (1) un compuesto de resultados adversos graves (CAO), definido como al menos uno de muerte fetal, muerte neonatal < 28 días, encefalopatía neonatal de grado 2 o 3 o la necesidad de enfriamiento terapéutico o ventilación mecánica durante > 24 h a término; y (2) SGA grave, definido como peso al nacer < 3er percentil. Los mortinatos se investigaron utilizando la herramienta de revisión de mortalidad perinatal (https://www.npeu.ox.ac.uk/pmrt) de manera estructurada. La muerte fetal "inexplicable" se definió como aquella para la que no se encontró una causa clara; la FGR solo se consideraba una asociación si la histología placentaria era anormal.

De 52.659 mujeres con un embarazo único durante el período del estudio, 45.179 (85,8%) eran potencialmente elegibles para la inclusión, de las cuales 40.169 (88,9%) sin evidencia de ultrasonido prenatal de SGA o FGR se incluyeron en la cohorte final (Figura 1). Hubo 48 (0,1%) mortinatos, 221 (0,6%) casos de CAO grave y 295 (0,7%) casos de SGA grave al nacer. El peso medio al nacer fue de 3556 g y la edad gestacional media al nacer fue de 40 + 0 semanas (Tabla 1). 

Predicción prenatal de muerte fetal. La preeclampsia fue el único factor de riesgo que se asoció significativamente con el término mortinato (OR, 4,46 (IC del 95 %, 1,99-9,9)). Basado en la prevalencia de preeclampsia del 14,6% entre los casos de mortinato, la fracción atribuible a la población de preeclampsia fue del 9,6%; el riesgo absoluto de mortinato con preeclampsia fue del 0,5%. Ninguna de las variables ecográficas, incluidas las que evalúan la velocidad de crecimiento, fueron un factor de riesgo significativo para la muerte fetal.

Prediction of severe composite adverse outcome. En el análisis univariante, el IMC alto, la nulidad, la diabetes preexistente y gestacional, la preeclampsia y el EFW ≥ 90o centil se asociaron significativamente con CAO grave, pero, después del ajuste por factores de confusión, solo la diabetes preexistente (aOR, 2,82 (IC del 95 %, 1,02–7,85)) y la nuloparidad (aOR, 1,56 (IC del 95 %, 1,19–2,04)) permanecieron significativas.

SGA severo. Los factores de riesgo demográficos y clínicos para la SGA grave fueron la etnia negra y del sur de Asia, el tabaquismo durante el embarazo, la nulidad y los bajos niveles de PAPP-A, que fueron estadísticamente significativos tanto en los análisis univariante como en los ajustados. La baja edad materna y la preeclampsia fueron factores de riesgo significativos en el análisis univariante, pero no después del ajuste por factores de confusión. Los factores de riesgo de ultrasonido significativos aumentaron UtA-PI a mediados del trimestre, EFW décimo a < 20 percentil y ACGV < décimo percentil.

DISCUSION. Este análisis identificó los pocos factores de riesgo clínicamente importantes para resultados adversos a término en el subgrupo mayoritario de bajo riesgo de una población examinada exhaustivamente para FGR y SGA utilizando criterios establecidos en una ecografía al final del tercer trimestre. Por lo tanto, nuestros hallazgos son representativos de un entorno sofisticado pero real.

Tamaño y crecimiento fetal. Aunque está presente entre los casos con resultados adversos, el bajo peso al nacer contribuyó menos a la mortalidad y la morbilidad de lo que generalmente se cita. Esto es presumiblemente atribuible a la identificación anterior de FGR y SGA. La falta de detección de los casos restantes podría deberse a una reducción en el crecimiento después de la exploración de 36 semanas o a una inexactitud de la exploración bien documentada. La biometría fetal tiene una sensibilidad pobre para el SGA; mientras que esto se mejora mediante el uso de marcadores de FGR, la sensibilidad sigue siendo, en el mejor de los casos, un poco más del 50%. Esto se demostró en la proporción restante de bebés que dieron a luz con un peso al nacer por debajo del tercer centil (n = 295 (0,7%)).

Hay otros factores de riesgo para el SGA grave, la mayoría de los cuales se han establecido en la literatura. El hallazgo de que EFW décimo a < 20ºcentil constituye un riesgo de SGA grave no es sorprendente. Sin embargo, el papel limitado de la SGA en la mortalidad y la morbilidad grave socava el papel potencial para una mayor detección de SGA después de una exploración "normal" de 36 semanas. Además, se ha postulado que el papel de la SGA en la muerte fetal se ha exagerado debido a la pérdida de peso fetal entre la muerte y el parto.

Por lo tanto, el hallazgo de que poco menos del 90% de los bebés nacidos no eran SGA al dar a luz (es decir, el peso al nacer fue ≥ décimo percentil) es importante. Solo la preeclampsia fue un factor de riesgo significativo para la muerte fetal, y solo la nulidad y la diabetes preexistente fueron factores de riesgo para la CAO grave. Es posible que algunos casos tuvieran una desaceleración del crecimiento, aunque la falta de asociación entre la CAD grave y la baja ACGV, un posible marcador de resultados adversos, no lo respalda. Sin embargo, se ha informado anteriormente que el crecimiento lento en el tercer trimestre está asociado con la muerte fetal en fetos no SGA, y no tenemos datos sobre la alteración tardía del crecimiento.

También se encontró que otros marcadores de ultrasonido que pueden estar relacionados con la aberración del crecimiento, incluido el UtA-PI de mitad del trimestre, no son factores de riesgo clínicamente importantes. Esto podría deberse a una paradoja de intervención, ya que el UtA-PI aumentado se ha asociado con el término mortinato, y las directrices de inducción de la unidad tienen en cuenta esto. De hecho, la asociación de UtA-PI anormal con SGA grave al nacer sugiere un riesgo persistente. No tenemos datos sobre otros parámetros de Doppler fetal, particularmente la RCP, que se sabe que se asocia con peores resultados incluso en bebés de edad adecuada para la gestación (AGA), porque los valores anormales en la exploración de 36 semanas se consideraron un criterio de exclusión. Dado que la RCP es más predictiva de resultados adversos cuando se mide más cerca del nacimiento, es posible que la evaluación posterior y más frecuente pueda tener un valor predictivo.

Las sutilezas de la FGR y la persistencia de bajo nivel de la SGA entre los casos de muerte fetal y CAO grave sugieren que, además de las mejoras en la precisión de la exploración, la evaluación posterior de la ecografía, particularmente con referencia a la trayectoria de crecimiento, podría tener un papel limitado en la predicción del resultado perinatal adverso. Sin embargo, no está claro qué embarazos se beneficiarían de esto, y la tasa de falsos positivos plantearía los mismos problemas que los que ahora se asocian con la detección de SGA.

Otros factores de riesgo. A pesar de su papel limitado, los factores de riesgo identificados aquí requieren atención si los resultados perinatales van a mejorar. La preeclampsia representó casi el 10% de los mortinatos. Estaba menos claramente asociado con la CAO grave, a pesar de su asociación conocida con la encefalopatía. Los criterios de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Hipertensión en el Embarazo para la preeclampsia implican que, por definición, un embarazo con nueva hipertensión que termina en muerte fetal es preeclamptico. En nuestro conjunto de datos, tres embarazos con hipertensión aparente inducida por el embarazo fueron preeclámpticos únicamente de acuerdo con esta definición. Esto, y el momento poco claro de la manifestación, limitan la utilidad de la preeclampsia como factor de riesgo para la muerte fetal, aunque esto podría mejorarse utilizando las pruebas de biomarcadores. Sin embargo, nuestros hallazgos enfatizan la necesidad de acelerar el parto urgentemente si la preeclampsia se diagnostica después de 37 semanas, independientemente de los hallazgos de la ecografía.

Se descubrió que la diabetes preexistente era un factor de riesgo significativo para la CAO grave. Las pautas para la diabetes abogan por el nacimiento antes de las 39 semanas, pero la mortalidad y la morbilidad estaban presentes a pesar de la adhesión a este. La nulidad era el único otro factor de riesgo independiente para la CAO grave, pero, debido a la alta frecuencia de esta característica, solo podía usarse en la práctica como parte de un modelo.

El posible aumento del riesgo de CAO grave asociado con la LGA al nacer probablemente se deba a un papel intraparto. Esto puede estar menos sujeto a la paradoja de la intervención porque la práctica local refleja la evidencia predominante de que acelerar el nacimiento de un feto grande tiene un beneficio limitado. Al igual que con los fetos SGA, la precisión del escaneo es un problema en este contexto. Aunque el trabajo anterior sugiere que es el aumento de la velocidad de crecimiento en lugar del tamaño estimado lo que es importante, al menos para resultados adversos menos graves, nuestros datos no lo confirman. Todo esto significa que la capacidad de mejora es pequeña. Se requiere una mayor investigación sobre qué fetos LGA están en mayor riesgo.

Fortalezas y limitaciones. A pesar de su tamaño, este análisis de factores de riesgo clínicamente importantes para resultados adversos está limitado por su baja prevalencia y el diseño del estudio retrospectivo. Debido a la falta de doble ciego, nuestro estudio estuvo sujeto a una paradoja de intervención, que puede haber atenuado las asociaciones con factores que se cree que confieren riesgo. Elegimos incluir todas las causas de la muerte fetal, en lugar de solo la muerte fetal "mediada por la placenta", porque esta categorización imprecisa impide el análisis del resultado que más importa, es decir, cualquier muerte fetal. El hecho de que nuestra definición de muerte por nacimiento inexplicable significara que esto representaba casi la mitad de los muertos a términos no resta valor al análisis. 

Además, la tasa de falta de información fue baja, excepto en el caso de PAPP-A, debido a la disminución de la detección de aneuploidía. A pesar de la capacitación y la auditoría estandarizadas, la precisión del escaneo es imperfecta. Aunque esto refleja la práctica del mundo real, es un área que requiere mejora. Además, nuestras definiciones de FGR y SGA, que llevaron a la exclusión del 11 % de los embarazos elegibles, diferían ligeramente de las utilizadas para la gestión. 

En la práctica clínica, consideramos un umbral de RCP de 1,1 para la derivación para una evaluación adicional en fetos de AGA, mientras que en nuestro análisis se utilizó RCP < quinto centil. Además, la desaceleración del crecimiento se definió como > 40 centiles (en lugar de > 50 centiles según lo recomendado por ISUOG) y el ACGV no se calculó. Dado que ahora se reconoce que los cambios de centil tienen poca utilidad clínica debido a la superioridad matemática de las puntuaciones Z sobre los centiles, esto significa que se incluyeron algunos fetos con desaceleración del crecimiento, pero no EFW < décimo percentil. Si bien estos casos mitigan ligeramente el efecto de la paradoja de la intervención, permiten que la cohorte se replique fácilmente y representen la práctica clínica común: ACGV y otras definiciones de velocidad de crecimiento basadas en la puntuación Z no se realizan fácilmente en un entorno práctico, pero se pueden evaluar como un factor de riesgo. Además, debido a la baja tasa de etnia no blanca en nuestro conjunto de datos (13,9%), no pudimos determinar la importancia de la etnia, y esto limita la traducción de nuestros hallazgos a una población más étnicamente diversa. Finalmente, nuestros hallazgos también se aplican solo a un entorno similar en el que se intenta una política integral de detección de FGR, pero ese es el punto: los intentos de identificar FGR ya se recomiendan ampliamente, aunque de diferentes maneras.

Conclusiones. La ausencia de factores de riesgo para la morbilidad y mortalidad perinatal en nuestra población de embarazos sin evidencia prenatal de SGA o FGR es sorprendente. Este hallazgo solo debe considerarse relevante en una población que ha sido "sesgada" para FGR, pero significa que la predicción de muerte fetal y morbilidad grave en fetos aparentemente no FGR es pobre. Esto se debe a nuestra comprensión limitada de las etiologías múltiples y complejas que sustentan la mortalidad y la morbilidad. 

La biometría comparativa y tal vez la evaluación de la RCP más frecuente podrían identificar fetos más en riesgo, pero con falsos positivos asociados e intervenciones innecesarias. Una mejor identificación de la preeclampsia y condiciones raras como la vasa previa, así como un mejor manejo de la diabetes, también pueden ayudar. Sin embargo, la falta de factores de riesgo sugiere la necesidad de más datos y modelos utilizando múltiples factores de riesgo. Hasta que esto se haga, es difícil no inferir que la agilización rutinaria temprana del parto, una política que es impopular, requiere más personal, a menudo se asocia con una peor experiencia materna y puede ser perjudicial para la salud a largo plazo, pero claramente reduce la mortalidad perinatal, es el principal método disponible para reducir aún más los resultados adversos a término.

miércoles, 23 de julio de 2025

LA TERAPIA HORMONAL PUEDE ALTERAR EL RIESGO DE CANCER DE MAMA EN MUJERES MENORES DE 55 AÑOS

Recientes hallazgos derivados de estudios científicos constatan la necesidad de un asesoramiento médico personalizado al considerar el empleo de la terapia hormonal sustitutiva. Así, tanto las pacientes como los profesionales de la salud deben sopesar los beneficios del alivio de síntomas frente a los posibles riesgos asociados. 

Un reciente estudio realizado por científicos de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de EEUU ofrece una mayor comprensión de los riesgos asociados con los diferentes tipos de terapia hormonal sustitutiva (THS) "La terapia hormonal puede mejorar considerablemente la calidad de vida de las mujeres que experimentan síntomas menopáusicos severos o que se han sometido a cirugías que afectan sus niveles hormonales".

Sin embargo, los hallazgos apuntan a que dos tipos comunes de THS pueden alterar el riesgo de cáncer de mama en mujeres menores de 55 años. En concreto, detectaron que las mujeres tratadas con terapia hormonal con estrógenos sin oposición (E-HT) tenían menos probabilidades de desarrollar la enfermedad que aquellas que no la utilizaban. También descubrieron que las mujeres tratadas con terapia hormonal con estrógenos y progestina (EP-HT) tenían más posibilidades de desarrollar cáncer de mama que que aquéllas que no la utilizaban.

Estas dos terapias hormonales analizadas suelen utilizarse para controlar los síntomas relacionados con la menopausia o tras una histerectomía (extirpación del útero) o una ooforectomía (extirpación de uno o ambos ovarios). Al respecto, según se recuerda desde los NIH, "la terapia con estrógenos sin oposición solo se recomienda para mujeres que se han sometido a una histerectomía debido a su conocida asociación con el riesgo de cáncer de útero".

Los investigadores realizaron un análisis a gran escala internacional que incluyó datos de más de 459.000 mujeres menores de 55 años procedentes de cuatro continentes: Norteamérica, Europa, Asia y Australia. De este modo, el estudio se extiende a mujeres más jóvenes, aportando evidencia esencial para orientar la toma de decisiones de las mujeres durante la menopausia.

Según los resultados obtenidos, aquellas que utilizaron terapia hormonal con estrógenos sin oposición (E-HT) presentaron una reducción del 14 % en la incidencia de cáncer de mama en comparación con aquellas que nunca la utilizaron. Cabe destacar que este efecto protector fue más pronunciado en las mujeres que iniciaron la terapia a edades más tempranas o que la utilizaron durante más tiempo.

Por el contrario, las mujeres que usaron terapia hormonal combinada de estrógenos y progestágenos (EP-HT) tuvieron un 10% más de casos de cáncer de mama en comparación con las no usuarias, y un 18% más en aquellas que usaron EP-HT durante más de dos años en comparación con las que nunca la utilizaron.

Según los autores, esto sugiere que, para las usuarias de terapia hormonal con progestina (EP-TH), el riesgo acumulado de cáncer de mama antes de los 55 años podría ser de aproximadamente el 4,5 %, en comparación con el 4,1 % para las mujeres que nunca recibieron terapia hormonal y el 3,6 % para las que sí la usaron. Además, agregaron, la asociación entre la EP-TH y el cáncer de mama fue especialmente elevada entre las mujeres que no se habían sometido a histerectomía ni ooforectomía.

Los autores de este trabajo resaltaron la importancia de considerar la posibilidad de cirugía ginecológica al evaluar los riesgos de iniciar determinada terapia hormonal. "Estos hallazgos subrayan la necesidad de un asesoramiento médico personalizado al considerar la terapia hormonal". "Las mujeres y los profesionales de la salud deben sopesar los beneficios del alivio de los síntomas frente a los posibles riesgos asociados con la terapia hormonal, especialmente la terapia hormonal con progesterona"

martes, 22 de julio de 2025

APROBACIONES CLAVE DE LA FDA EN SALUD DE LA MUJER

Un resumen de las aprobaciones más impactantes de la FDA en salud de la mujer de enero a junio de 2025, que abarca diagnósticos, terapias y atención domiciliaria.

La primera mitad de 2025 ha traído varias aprobaciones fundamentales de la FDA que están ampliando el acceso a la atención, avanzando en la precisión del diagnóstico y abordando las brechas de larga data en la salud de las mujeres.

Desde el primer antibiótico oral de su clase, gepotidacina, para las infecciones urinarias hasta la detección de anomalías fetales asistida por IA y las herramientas en el hogar para la detección de ITS y cáncer cervical, estas innovaciones reflejan un cambio creciente hacia la atención personalizada, accesible y preventiva. Cada aprobación destaca cómo el progreso regulatorio está ayudando a los médicos a ofrecer diagnósticos más rápidos y tratamientos más efectivos para las mujeres a lo largo de la vida reproductiva.

Actualizaciones regulatorias de 2025 en obstetricia y ginecología:
  • La FDA aprueba la gepotidacina para el tratamiento sin complicaciones de las infecciones urinarias. La FDA aprobó la gepotidacina (Blujepa; GSK) para el tratamiento de infecciones del tracto urinario no complicadas (uUTI) en pacientes femeninas de 12 años o más el 25 de marzo de 2025, marcando el primer antibiótico oral en una nueva clase en más de 20 años. Los ensayos clínicos demostraron su superioridad sobre la nitrofurantoína, con mayores tasas de éxito terapéutico y un menor potencial para el desarrollo de resistencia.
El medicamento mostró un perfil de seguridad favorable, siendo los efectos secundarios gastrointestinales los efectos secundarios más comúnmente reportados. Dada la creciente prevalencia de uUTI resistentes a los antibióticos, la gepotidacina representa una nueva opción valiosa para los pacientes que necesitan un tratamiento eficaz.
  • La FDA aprueba la prueba de Visby para la identificación de ITS en el hogar. La FDA otorgó la autorización de comercialización para la Prueba de Salud Sexual de Mujeres de Visby Medical el 28 de marzo de 2025, lo que la convierte en la primera prueba en el hogar sin receta para la clamidia, la gonorrea y la tricomoniasis. Diseñada para pacientes femeninas sintomáticas y asintomáticas, la prueba ofrece resultados en aproximadamente 30 minutos a través de la aplicación Visby Medical.
Las evaluaciones clínicas demostraron altas tasas de precisión, con una sensibilidad y especificidad superiores al 97 % para las 3 infecciones. Si bien la FDA enfatizó la importancia de la atención de seguimiento, esta aprobación marca un avance significativo en el diagnóstico de salud sexual al mejorar la accesibilidad y reducir las barreras para las pruebas oportunas.
  • La FDA autoriza a Sonio Suspect AI para la detección de anomalías fetales. La FDA autorizó el modelo de IA Sonio Suspect para detectar anomalías fetales el 24 de febrero de 2025, ofreciendo una mejora de 22 puntos en el rendimiento del lector y mejorando los diagnósticos tempranos y precisos. La tecnología integra el control de calidad de la IA en tiempo real con la detección de anomalías, abordando las brechas en las ecografías prenatales, donde hasta el 51 % de las anomalías pasan desapercibidas.
Los estudios clínicos demostraron su eficacia en diversos datos demográficos de pacientes y antecedentes clínicos, con el modelo mejorando significativamente las tasas de detección de estructuras cerebrales y cardíacas. Al permitir la identificación más temprana de malformaciones congénitas, Sonio Suspect apoya intervenciones oportunas, mejorando en última instancia los resultados de salud materna y fetal.
  • La FDA aprueba Teal Wand para la detección de cáncer cervical en el hogar. La FDA aprobó la varita verde azulada el 9 de mayo de 2025, como el primer dispositivo de autocolección vaginal en el hogar para la detección del cáncer de cuello uterino en mujeres estadounidenses. Diseñado para mujeres de 25 a 65 años con riesgo promedio, el dispositivo demostró una precisión del 96 % en la identificación del precáncer cervical en el ensayo SELF-CERV y mostró una fuerte preferencia por el usuario y facilidad de uso. La varita verde azulada ofrece una alternativa cómoda a las pruebas de Papanicolaou tradicionales y puede ayudar a aumentar las tasas de detección, especialmente entre las poblaciones desatendidas. Se espera que la disponibilidad a nivel nacional siga su lanzamiento en junio en California, con apoyo de seguros destinado a reducir las barreras de acceso.

lunes, 21 de julio de 2025

QUE HAY DE NUEVO EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGIA?

A medida que cerramos el primer semestre de 2025, el segundo trimestre ha entregado importantes avances en la detección del cáncer de cuello uterino, el manejo de enfermedades infecciosas y la salud preventiva de la mujer. Desde las aprobaciones de la FDA y los avances en los ensayos clínicos hasta la evolución de las tecnologías de detección y los conocimientos de expertos sobre las disparidades e intervenciones de estilo de vida, estos desarrollos reflejan la innovación en curso en la atención ginecológica. 

Los temas abarcan dispositivos de auto-recogida para el cáncer de cuello uterino, alternativas de antibióticos orales para infecciones del tracto urinario y estrategias emergentes para reducir el riesgo de cáncer de mama.

En este resumen del segundo trimestre, Contemporary OB/GYN destaca las decisiones regulatorias más impactantes, los hallazgos de la investigación y los comentarios de expertos que dan forma a la salud de las mujeres en 2025.
  • La FDA ha aceptado una nueva solicitud de medicamento para zoliflodacina, un antibiótico oral de primera clase para la gonorrea no complicada en pacientes de 12 años o más. Si se aprueba, sería el primer tratamiento oral nuevo para la gonorrea en décadas y una opción crítica contra el aumento de la resistencia a los antibióticos. Los ensayos clínicos mostraron que una sola dosis oral de zoliflodacina no era inferior al régimen estándar de ceftriaxona más azitromicina, con un perfil de seguridad favorable y sin eventos adversos graves. A medida que crece la resistencia global a las cefalosporinas y la azitromicina, la zoliflodacina puede abordar una necesidad significativa de salud pública.
  • La FDA aprobó la varita verde azulado el 9 de mayo de 2025, como el primer dispositivo de autocolección vaginal en el hogar para la detección del cáncer de cuello uterino en mujeres estadounidenses. Diseñado para mujeres de 25 a 65 años con riesgo promedio, el dispositivo demostró una precisión del 96 % en la identificación del precáncer cervical en el ensayo SELF-CERV y mostró una fuerte preferencia por el usuario y facilidad de uso. La varita verde azulado ofrece una alternativa cómoda a las pruebas de Papanicolaou tradicionales y puede ayudar a aumentar las tasas de detección, especialmente entre las poblaciones desatendidas. Se espera que la disponibilidad a nivel nacional siga su lanzamiento en junio en California, con apoyo de seguros destinado a reducir las barreras de acceso.
  • Los CDC han eliminado su recomendación de vacunación rutinaria contra la COVID-19 en niños sanos y mujeres embarazadas. El cambio, que sigue a las recientes actualizaciones de políticas de la FDA, limita la elegibilidad de la vacuna a aquellos con factores de riesgo de enfermedad grave. La actualización puede complicar la cobertura del seguro y el acceso a las vacunas antes de la temporada de vacunación de otoño.
  • Se encontró que el sulopeném oral (ORLYNVAH; Iterum Therapeutics) no era inferior a amoxicilina/clavulanato para el tratamiento de infecciones del tracto urinario no complicadas en mujeres adultas, según los resultados del ensayo de fase 3 de REASSURE. Entre 2.222 participantes, el sulopenem mostró una tasa de éxito general del 60,9 % frente al 55,6 % de amoxicilina/clavulanato, cumpliendo con el umbral de no inferioridad. El sulopenem también mostró superioridad estadística en pacientes con patógenos susceptibles, pero tuvo tasas más altas de eventos adversos leves. Con actividad demostrada contra organismos multirresistentes, el sulopenem ofrece una alternativa oral prometedora para las uUTI, especialmente en medio del aumento de la resistencia a los antibióticos y las opciones de tratamiento limitadas.
  • El ensayo de fase 3 de PIVOT-PO evaluando el tebipenem HBr para infecciones complicadas del tracto urinario (cUTI) se detendrá temprano debido a la eficacia, según GSK y Spero Therapeutics. El tebipenem HBr llegó a su punto final principal de no inferioridad al imipenem-cilastatina IV, lo que lo convierte en un posible primer carbapenem oral para cUTIs en los EE. UU. El ensayo incluyó a 1690 adultos, sin nuevos problemas de seguridad reportados. Los eventos adversos comunes fueron leves e incluyeron diarrea y dolor de cabeza. GSK planea enviar los datos a los reguladores a finales de 2025 y presentar los hallazgos en una próxima reunión científica.
  • Los nuevos datos presentados en la Reunión Clínica y Científica Anual de la ACOG de 2025 apoyan el uso a largo plazo de gránulos orales de secnidazol para la vaginosis bacteriana recurrente (V), una condición que afecta a casi 1 de cada 3 mujeres en edad reproductiva en los EE. UU. En un pequeño ensayo, las dosis semanales de 2 g mostraron una eficacia comparable o mejorada a los regímenes supresores recomendados por los CDC. Los hallazgos también subrayan la necesidad de un diagnóstico preciso y un manejo sostenido de la BV, que conlleva cargas tanto físicas como psicosociales.
Perspectivas de expertos en obstetricia y ginecología del segundo trimestre de 2025.

Se discutió las persistentes disparidades raciales y la creciente incidencia en el cáncer de mama, enfatizando la necesidad de estrategias centradas en la prevención. Destacaron las nuevas directrices de la AMA que recomiendan dietas basadas en plantas, ejercicio regular, reducción de alcohol y mantenimiento de peso saludable para reducir el riesgo de cáncer de mama. Se señaló que la soja puede reducir el riesgo, mientras que la leche de vaca y el alcohol pueden aumentarlo. A pesar de la sólida evidencia, solo el 28% de las mujeres reconocen la dieta como un factor de riesgo. Alentó las derivaciones a los dietistas y promovió la campaña "Vamos a vencer al cáncer de mama" para mejorar la conciencia y los resultados.

Se destacó también el creciente papel de TikTok y otras plataformas de vídeo de formato corto en la promoción de la detección del cáncer de cuello uterino entre las mujeres jóvenes. Señaló que los proveedores están utilizando estas herramientas para ofrecer una educación visual y accesible sobre las pruebas de Papanicolaou, ayudando a desmitificar el procedimiento y reducir la ansiedad. Si bien las imágenes pueden ser útiles, se advirtió contra centrarse en el dolor o la incomodidad, lo que puede disuadir a los espectadores. En cambio, los mensajes empáticos y claros pueden aumentar la conciencia y la intención de examinar, particularmente para las audiencias no aseguradas o desatendidas con acceso limitado a la atención médica tradicional.

Se discutió los avances recientes en la detección del cáncer de cuello uterino, incluida la detección primaria del VPH y el genotipado extendido. Hizo hincapié en que estas herramientas, en particular la autocolección en entornos clínicos, pueden ampliar el acceso a la detección en más del 30%, llegando a grupos desatendidos como aquellos con discapacidades, personas LGBTQ+ y pacientes que enfrentan barreras socioeconómicas. También se destacó el Ensayo de Onclaridad de BD aprobado por la FDA, que permite el genotipado extendido y apoya la autorecolección, marcando una evolución clave en la detección del cáncer de cuello uterino y la atención centrada en el paciente.