El prolapso de órganos pélvicos es un problema común que afecta a las mujeres, pero actualmente hay una falta de investigación centrada en la experiencia del paciente de los cambios en el pesario. Este estudio tuvo como objetivo capturar la perspectiva del paciente de los cambios del pesario y evaluar formalmente el dolor durante la retirada e inserción del pesario.
A las pacientes que se sometieron a un cambio de pesario (anillo, estante o Gellhorn) en clínicas ambulatorias de ginecología durante un período de 6 meses se les pidió que calificaran sus puntuaciones de dolor en una escala numérica de calificación de dolor de diez puntos. Se recogieron otros datos asociados.
De 213 mujeres, el 58,2 % informó que la extracción del pesario fue más dolorosa que la inserción, el 30,5 % informó igual dolor y el 10,8 % informó que la inserción fue más dolorosa que la extracción. Las puntuaciones de dolor fueron significativamente más altas para la extracción (media 4,37, mediana 4, IQR 4-7) que para la inserción (media 2,66, mediana 2, IQR 2-4, p <0,001).
Los pesarios de anillo eran significativamente menos dolorosos tanto para quitar como para insertar que los pesarios de estante y Gellhorn. Los pesarios más pequeños eran más dolorosos tanto para quitar como para insertar. No hubo una diferencia significativa en las puntuaciones de dolor reportadas por aquellos con o sin afecciones vulvales diagnosticadas.
Conclusiones: La extracción del pesario causa dolor moderado a la mayoría de las mujeres, que debe comunicarse a las pacientes de antemano. Los pesarios anulares son significativamente menos dolorosos de cambiar que otros tipos de pesarios. Los médicos deben considerar el dolor como un factor en su toma de decisiones en torno a la elección del pesario y al asesorar a las pacientes. La investigación futura debe centrarse en formas de reducir el dolor durante la extirpación del pesario.
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