Una brecha alarmante aqueja a la atención de la menopausia en los Estados Unidos, debido a mitos persistentes sobre la terapia de reemplazo hormonal y fallas en la forma en que se capacita a los nuevos médicos. El resultado: innumerables mujeres luchan con el costo físico y emocional de esta transición de vida.
Estas deficiencias han llevado a una afluencia de médicos que pasan de la práctica tradicional a nuevas empresas virtuales que se centran en problemas de salud de las mujeres, tratando a pacientes que acuden a ellos desesperados y frustrados después de años de problemas sin resolver.
La solución suele ser tan simple que casi enloquece, dicen los especialistas: cremas vaginales que contienen bajas dosis de estrógeno, que pueden abordar los síntomas de la menopausia, desde sequedad vaginal hasta infecciones recurrentes del tracto urinario. "Sin lugar a dudas, esta es una de las intervenciones más significativas que he ofrecido a un paciente y, sin embargo, está infrautilizada". “Muchas empresas están floreciendo en este espacio de la menopausia porque está desatendido por la atención médica tradicional: su ginecólogo generalmente se ocupa de la reproducción y, por lo general, cuando las mujeres terminan con la maternidad, son liberadas del cuidado de su ginecólogo.”
Más de 1 millón de mujeres en los Estados Unidos pasan por la menopausia cada año. Según una encuesta de 2022, 4 de cada 10 mujeres reportan síntomas de menopausia que han sido lo suficientemente perturbadores como para interferir con su desempeño laboral al menos semanalmente. Y, sin embargo, muchas mujeres no reciben el tratamiento adecuado.
Los médicos dicen que parte de la culpa es el legado dañino de datos defectuosos. Los primeros resultados de la Iniciativa de Salud de la Mujer (WHI), financiada con fondos federales y publicados en 2002, mostraron que la terapia de reemplazo hormonal conducía a mayores riesgos de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y cáncer de mama. Pero un análisis más detallado mostró lo contrario: las terapias hormonales tienen un efecto útil sobre la salud cardiovascular y ósea y, en general, reducen el riesgo de muerte en mujeres más jóvenes o en el período posmenopáusico temprano.
La terapia de reemplazo hormonal (TRH) administra estrógeno, a veces con progesterona, al cuerpo a través de geles, cremas, parches, píldoras, supositorios o un dispositivo colocado dentro del útero. La TRH sistémica envía hormonas al torrente sanguíneo, mientras que la TRH local (como la crema vaginal de estrógeno) trata específicamente los síntomas vaginales de la menopausia.
Los mitos sobre los riesgos para la salud relacionados con la TRH sistémica y tópica han sido desacreditados durante mucho tiempo, y la investigación sobre la TRH tópica en particular muestra que no representa ningún riesgo de cáncer u otras enfermedades crónicas. Sin embargo, aunque han pasado dos décadas desde que comenzó a difundirse la información errónea, la gente sigue lamentablemente desinformada sobre los tratamientos hormonales.
La FDA todavía exige que los productos con estrógeno lleven una advertencia de recuadro negro en los primeros datos, a pesar de que desde entonces se ha demostrado que son falsos.
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