sábado, 12 de agosto de 2023

MASAS ANEXIALES DURANTE EL EMBARAZO

Se identifican masas anexiales en mujeres embarazadas en una proporción de 2 a 20 por cada 1.000, aproximadamente de 2 a 20 veces más frecuentemente que en la población general de la misma edad. Los tipos más frecuentes de masas anexiales en el embarazo que requieren tratamiento quirúrgico son los quistes dermoides (32%), los endometriomas (15%), los quistes funcionales (12%), los cistoadenomas serosos (11%) y los cistoadenomas mucinosos (8%). 

Aproximadamente el 2% de las masas anexiales en el embarazo son malignas. Aunque la mayoría de las masas anexiales en el embarazo solo se vigilan y aproximadamente el 70% se resuelven espontáneamente, una minoría de casos justifica la intervención quirúrgica debido a los síntomas, el riesgo de torsión o la sospecha de malignidad. 

La ecografía es el pilar de la evaluación de las masas anexiales en el embarazo debido a su precisión, seguridad y disponibilidad. Varios sistemas de puntuación de masas mediante ecografía, incluidos los sistemas de puntuación de Sassone, Lerner, International Ovarian Tumor Analysis Simple Rules e International Ovarian Tumor Analysis Assessment of Different NEoplasias en el adneXa han sido validados específicamente en poblaciones embarazadas. Las decisiones sobre el tratamiento expectante o quirúrgico de las masas anexiales en el embarazo deben sopesar los riesgos de torsión o malignidad con la probabilidad de resolución espontánea y los riesgos de la cirugía. 

Cuando es posible, se prefiere la cirugía laparoscópica a la cirugía abierta, ya que se ha demostrado sistemáticamente que la estancia hospitalaria es más corta y el dolor postoperatorio es menor, y algunos datos demuestran que el tiempo quirúrgico es más corto, la pérdida de sangre es menor y los riesgos de pérdida fetal, parto prematuro y bajo peso al nacer son menores. Las mejores prácticas para la cirugía laparoscópica durante el embarazo incluyen la posición en decúbito lateral izquierdo después del primer trimestre de embarazo, la colocación del puerto con respecto al tamaño uterino y la localización de la patología, una presión de insuflación inferior a 12-15 mm Hg, capnografía materna intraoperatoria, monitorización pre y postoperatoria de la frecuencia cardiaca y las contracciones fetales, y tromboprofilaxis mecánica y química adecuadas. 

Aunque la planificación de la cirugía para el segundo trimestre del embarazo suele dar tiempo para la resolución de la masa y optimizar la visualización con respecto al tamaño uterino y la localización de la patología, la cirugía necesaria no debe retrasarse debido a la edad gestacional. Cuando se realiza en un centro con el apoyo obstétrico, anestésico y neonatal adecuado, la cirugía anexial en el embarazo suele dar excelentes resultados para las pacientes embarazadas y los fetos.

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