domingo, 27 de marzo de 2022

LA INHIBICION DE PD-1 MEJORA LA SUPERVIVENCIA GLOBAL DEL CANCER DE CUELLO UTERINO RECURRENTE

El cáncer de cuello uterino es el cuarto cáncer más frecuente y la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres a escala mundial. El informe GLOBOCAN 2020 sobre la incidencia y la mortalidad del cáncer, elaborado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), estima que en 2020 habrá 604 000 nuevos casos de cáncer de cuello uterino y 342 000 muertes por esta enfermedad en todo el mundo
Las pacientes con cáncer de cuello uterino diagnosticadas en estadios iniciales tienen un pronóstico excelente, con un índice de supervivencia global (SG) del 90 %-95 %. No obstante, en las pacientes con enfermedad avanzada el pronóstico es infausto, con un índice de supervivencia a 5 años del 15 %. 
Para las mujeres que padecen cáncer de cuello uterino recurrente o metastásico y cuya enfermedad haya progresado a la quimioterapia basada en platino, los tratamientos sistémicos de segunda línea disponibles no muestran ningún beneficio en cuanto a la supervivencia. Así pues, mejorar los resultados de estas pacientes representa una necesidad clínica crucial a la que todavía no se ha respondido.
En la actualidad, los resultados del estudio multicéntrico internacional en fase III EMPOWER del Grupo de Oncología Ginecológica de los EEUU (GOG) y la Red Europea de Grupos de Ensayos de Oncología Ginecológica (ENGOT), publicados como artículo original en The New England Journal of Medicine se muestran esperanzadores en cuanto a la mejora de la supervivencia y podrían conseguir que el anticuerpo anti-PD-1 cemiplimab pase a ser una opción de tratamiento más eficaz para esta población de pacientes en concreto.

Este estudio, dirigido en nombre del GOG por el Departamento de Oncología Ginecológica de California (EE. UU.), y codirigidopor el Grupo de Neoplasias Ginecológicas del VHIO, que forma parte del Campus Vall d´Hebron, se diseñó para evaluar la eficacia del inhibidor de PD-1 cemiplimab como monoterapia, en comparación con la quimioterapia de elección en este caso, para mejorar los resultados clínicos, medidos por la supervivencia global (SG) como criterio de valoración principal.

El cemiplimab, aprobado para tratar cánceres de pulmón y de piel, habia demostrado tener una actividad clínica preliminar en pacientes con cáncer de cuello uterino recurrente. Así pues, buscamos establecer el beneficio en supervivencia de esta agente comparado con la quimioterapia estándar.

En este ensayo abierto de fase III, 608 mujeres con cáncer de cuello uterino recurrente o metastásico recibieron aleatoriamente cemiplimab o la quimioterapia elegida por el investigador. En la población general del ensayo, la mediana de la SG fue más larga en el grupo de cemiplimab que en el de quimioterapia: 12 meses frente a 8,5 meses. Los datos arrojan de forma llamativa que el beneficio en la SG fue uniforme en ambos subgrupos histológicos, carcinoma de células escamosas (177 pacientes) y adenocarcinoma (131 pacientes).

En comparación con la quimioterapia, los investigadores del GOG-ENGOT también han notificado un riesgo de muerte un 31 % menor en la población general de pacientes que recibieron cemiplimab y un 27 % menor en las pacientes con carcinoma escamoso.

Este estudio es el mayor ensayo clínico realizado hasta la fecha en esta población de pacientes. Además, el cemiplimab es el primer tratamiento inmunitario que demuestra una mejora en la supervivencia global en pacientes cuya enfermedad había progresado con el tratamiento de primera línea con quimioterapia con platino.

Nuestros resultados apuntan a la promesa del cemiplimab como nueva y muy necesaria opción de tratamiento para algunas de estas pacientes. Teniendo en cuenta que las mujeres que padecen cáncer de cuello uterino suelen recibir el diagnóstico entre los 35 y los 44 años, debemos llevar a cabo un esfuerzo colectivo para ampliar la supervivencia de estas pacientes tan jóvenes. La supervivencia global fue mayor con la inmunoterapia con cemiplimab que con la monoquimioterapia entre las pacientes con progresión de la enfermedad tras el tratamiento de primera línea con platino. 

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