En primer lugar, la palabra "perimenopausia" significa literalmente "alrededor de la menopausia". Se refiere al período de transición entre los primeros síntomas de perimenopausia de una mujer y la menopausia en toda regla, que se caracteriza por doce meses consecutivos sin un período. Si bien la menopausia en sí evoca imágenes de mujeres sudando durante la noche y olvidando sus palabras en las reuniones, la realidad es que estos síntomas aparecen mucho antes del último período. La fase de la perimenopausia en realidad puede durar hasta 7-10 años, y los síntomas comienzan a mostrarse en algunas mujeres a partir de los 35 años.
Entonces, ¿cómo sabes que has entrado en la perimenopausia? Bueno, desafortunadamente no hay análisis de sangre para decirnos que esto está sucediendo. Los niveles de FSH (la hormona que aumenta y se mantiene alta después de la menopausia) está fluctuando durante la perimenopausia. Como resultado, estas hormonas durante dicho periodo fluctúan hacia arriba y hacia abajo y crean muchos de los síntomas característicos de esta etapa de la reproducción femenina.
Los primeros años de la perimenopausia generalmente se caracterizan por síndrome premenstrual, sensibilidad en los senos, aumento de peso y períodos más pesados o irregulares. Luego, a medida que la perimenopausia avanza a toda velocidad, comenzamos a ver síntomas más graves, como sofocos, sudoración nocturna, sequedad vaginal y relaciones sexuales dolorosas, frecuencia urinaria, disminución del sueño, cambios emocionales y piel seca.
Entonces, ¿cómo podemos equilibrar nuestras hormonas durante esta fase de transición, conocida como perimenopausia? Cuando los niveles hormonales son menos lábiles (aunque pueden estar disminuyendo), los síntomas mejoran y nos sentimos mejor. Bueno, la verdad es que las señales de buena salud son aún más importantes durante este período de tiempo: una buena nutrición, una mejor calidad del sueño, el ejercicio y la reducción del estrés son jugadores clave en la lucha contra el desequilibrio hormonal. También hay algunas hierbas recomendadas como la baya casta para ayudar a elevar los niveles de progesterona y la raíz de maca para ayudar a aumentar la libido. Se ha demostrado que el cohosh negro ayuda con los sofocos, al igual que la vitamina D y el aceite de onagra.
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