lunes, 30 de diciembre de 2019

TEST DE GALLI MAININI O PRUEBA DE LA RANA DEL EMBARAZO.

No había oído hablar de la prueba de Galli Mainini desde  las clases de Obstetricia en la Facultad de Medicina, en que se nos decía que se trataba de la espermiación de la rana macho en reacción a la orina de la embarazada, hasta que me incorporé a mi Hospital actual, en que se pedía un Galli cuando se quería realizar un test de embarazo. Pero mi sorpresa fue mayor aún cuando pregunté a los residentes si sabían en que consistía el Galli de origen y nadie me supo responder. Por dicho motivo y dado que me tocó explicárselo, hice recientemente una revisión sobre el tema que creo que merece la pena insertarse en el blog.

El interés de los esposos por saber si van a tener o no un hijo no ha decaído durante toda la historia humana. Según un milenario papiro del Egipto faraónico, para detectar si la mujer estaba embarazada se le hacía orinar sobre semillas de trigo y cebada. Si después de varios días sólo germinaba la cebada, el hijo sería varón; si germinaba el trigo, sería mujer; si no germinaba nada, la mujer no estaba embarazada (el papiro no daba el diagnóstico cuando germinaban ambos). Estudios hechos en 1963 mostraron que la orina de una mujer embarazada producía germinación el 70% de las veces, mientras que nunca lo hacía la de las mujeres no embarazadas o la de los hombres.

En 1928 los ginecólogos alemanes Ascheim y Zondek desarrollaron un método más científico, aunque no 100% efectivo: inyectar la orina femenina en ratas hembras impúberes, dos veces por día durante 3 días sucesivos. Después de unas 100 horas se sacrificaban las ratas y se inspeccionaba la presencia de cuerpos lúteos en sus ovarios. Cuando éstos están engrosados, la probabilidad de embarazo es de un 80%. El hoy obsoleto Método Asheim-Zondek era bastante más complejo y costoso que el egipcio pero no mucho más preciso. Es más reciente la comprensión científica de estos métodos biológicos que permiten la detección del embarazo en sus primeros días y antes de la aparición de síntomas como la interrupción de la menstruación.

En 1930 James Collip y sus colaboradores descubrieron que cuando una mujer queda embarazada, en su orina aparecen fragmentos de una hormona, la gonadotrofina coriónica humana o hCG (sigla del nombre inglés human Chorionic Gonadotropin). Los métodos egipcio y alemán, como la casi totalidad de los métodos biológicos de detección de embarazo, sólo capitalizan los efectos visibles que la hCG tiene sobre algunas plantas y animales. Recientemente, a partir de la década de 1960 comenzó el desarrollo de los métodos directos y rápidos que se usan hoy, basados en reacciones inmunológicas producidas por la hCG.

El test o la prueba de la rana era una prueba de embarazo que se usó intensivamente hasta los años 1960 en que se desarrollaron los métodos inmunológicos, pero que continúa usándose en algunas zonas rurales de muchos países latinoamericanos por su simplicidad y bajo costo. Consistía en inyectar a una rana o sapo hembra, bajo la piel, la orina de la paciente. La orina de una mujer embarazada contiene la hormona HCG que estimula la ovulación del animal. Si la rana desovaba en 24 horas, el test se consideraba positivo. El animal sobrevivía y podía ser utilizado para otro test, aunque con demoras de unos 40 días.

Este test se desarrolló en Sudáfrica en los años 1930 por los investigadores Lancelot Hogben, Zwarenstein y Shapiro. Para los experimentos se utilizó la especie de sapo Xenopus laevis, que luego se exportó a todo el mundo, lo que lo convirtió en una plaga que amenazaba la fauna local en algunos países en donde logró escapar a los ambientes naturales. Lancelot Hogben y colaboradores descubrieron que la inyección de orina de una embarazada en la rana hembra Xenopus laevis la hacía ovular en aproximadamente 18 horas. El método era efectivo entre el 94 y el 97% de los casos pero sólo varias semanas después de la suspensión de la menstruación y los animales no podían volver a usarse para una prueba de embarazo antes de los 40 días.

Un método que lleva el mismo nombre, pero basado en un fenómeno biológico diferente que requiere machos en vez de hembras, fue desarrollado por Galli Mainini en Argentina (1947), con el sapo Rhinella arenarum. La inyección en el saco linfático dorsal del sapo provoca la eyaculación del animal dentro de las tres horas siguientes. Este método fue luego extendido a otras especies por investigadores como Ramírez Olivilla, Benach y Martell en Cuba (1948), con la rana toro; Wiltberger y Miller en EE.UU. (1948), con la rana pipiens.

En 1942, el citólogo Eduardo de Robertis dirigía el área de su especialidad en el Instituto de Anatomía General y Embriología que dirigía entonces Bernardo Alberto Houssay (quien recibiría el Premio Nóbel de Fisiología y Medicina en 1947). De Robertis descubrió entonces que la inyección de hCG en sapos provoca la liberación de espermatozoides por sus células de Sertoli.
Su condiscípulo Carlos Galli Mainini, mientras trabajaba en el Hospital Rivadavia de Buenos Aires entre 1942 y 1947, dedujo que si la mujer embarazada tenía hCG en su orina, su inyección en sapos causaría la maduración y expulsión de espermatozoides. Inyectó entonces orina de mujeres embarazadas en el saco linfático dorsal de sapos macho comunes (Rhinella arenarum, antes Bufo arenarum); al cabo de 2 o 3 horas examinó su orina al microscopio y, albricias, allí estaban los espermatozoides. Bautizada en su honor como Reacción de Galli Mainini, proporcionó un modo eficaz y económico de diagnóstico precoz del embarazo y se usó masivamente en toda América Latina durante varias décadas por su simplicidad y bajo costo. A partir de la década de 1960 el método fue reemplazado en los países más prósperos por métodos inmunológicos más rápidos y precisos. Sin embargo, aunque usando otros tipos de batracios, todavía sigue usándose en zonas rurales de México y algunos países centro y sudamericanos.

La reacción de Galli Mainini efectuada en batracios machos para el diagnóstico precoz del embarazo, se deriva del conjunto de trabajos realizados por Houssay y su escuela, quienes desde el año de 1922 venían trabajando en forma intensa e ininterrumpida, sobre anatomía histología y fisiología gonadales, observando las relaciones entre éstas y las gonadotrofinas en diversos batracios. En el año de 1929 hallaron la liberación de los espermatozoides en el testículo del Bufo arenarum Hensel, por la estimulación de las gonadotrofinas hipofisiarias y aunque numerosos trabajos se publicaron al respecto en los años posteriores, sólo en marzo de 1947 Carlos Galli Mainini publicó su primer trabajo, realizado sobre 19 casos, marcando el primer eslabón en esta reacción que ha sustituído a cuantas se han aplicado para el diagnóstico precoz del embarazo, por su exactitud y rapidez.

El fundamento de la reacción reposa en la especificidad que tiene la gonadotrofina coriónica, presente en la orina de mujer embarazada, sobre el testículo del sapo, haciendo liberar las células de Sertoli : éstas sufren una serie de transformaciones, cuyo resultado es el desprendimiento de los espermatozoides quedando libres en la luz de las ampollas seminíferas, desde donde inician su migración al exterior. El procedimiento para efectuar la reacción consiste, en inyectar 10 cm3. de orina en el saco linfático lateral, dejar el animal en reposo 2 a 3 horas y luego tomar de la cloaca unas gotas de orina que se examinan al microscopio. En caso de positividad, se ven los espermatozoides del sapo en medio de su orina y en caso negativo no están estos elementos presentes.
Puede haber hCG en la orina aún sin embarazo, pero esto es muy improbable. De todos los métodos disponibles hoy, los basados en esta hormona son los que permiten la detección más temprana y ella es la base de los rápido y sencillos tests de embarazo actuales. Estos tests no habrían podido desarrollarse sin la gran comprensión de los fenómenos biológicos y bioquímicos que han alcanzado las Ciencias Médicas. La Reacción de Galli Mainini es sólo un ejemplo entre muchos que pone claramente en evidencia el imprescindible basamento científico de la Medicina, que con la Electrónica son prototipos de tecno-ciencias, tecnologías basadas en saberes científicos.

La mujer con cuya orina se efectuará la reaccion, no necesita someterse a ningún régimen especial ni tampoco se requiere que suspenda ningún tipo de medicación a la cual esté sometida, aun en casos de terapéutica hormonal con estrógenos, progesterona o gonadotrofinas. Referente a éstas últimas si se consideran las dosis comunmente empleadas y aun suponiendo que toda la cantidad inyectada se elimine en las 24 horas por vía urinaria, el contenido de 10 cm3. será siempre insuficiente para provocar respuesta positiva en el animal. La recolección de la orina puede hacerse en cualquier momento, aunque es preferida la orina de la primera micción matinal. No es necesario filtrarla, no necesita precauciones de esterilidad el recipiente, su pH no tiene influencia sobre la reacción y sobre la duración de la actividad gonadotrófica de la orina de mujer embarazada, se ha comprobado que guardan la actividad suficiente para provocar reacciones positivas aún 10 días después de emitirlas conservadas a temperatura ambiente sin preservativos de ninguna especie. Este punto fue estudiado por Galli Mainini quien aplicó el método cuantitativo para determinar diariamente la potencia gonadotrófica en orinas estacionadas a temperatura ambiente entre 149 y 189 como también a 49. En ninguno de los casos se empleó precaución alguna para impedir la proliferación microbiana o inhibe los procesos de fermentación. Los resultados demostraron, que aún 10 días después de emitida la orina, conserva una actividad gonadotrófica igual, tanto en las que se conservan a bajas temperaturas como en las que se conservan a temperatura media.

Mayer, Govi y Flórez han trabajado con orinas conservadas a una temperatura entre 229 y 269 durante 7 días y también encuentran resultados positivos después de este lapso; sacando la siguiente conc!usión: "Debemos destacar que los procesos de fermentación en la orina no afectaron la vida del batracio, quedando demostrado que la actividad biológica de la gonadotrofina coriónica en orinas envejecidas, mantenidas a la temperatura ambiente expresada, persiste por un largo tiempo (7 días determinado) siendo factible se prolongue por varios días más, pero que nosotros no hemos determinado".

Por otra parte Gandolfo Herrera y Sauri comprobaron, que el calentamiento a 359 no afecta su actividad, pero sí cuando se sobrepasen los 709, tiempos mínimo y máximo en las reacciones. La observación microscópica de la orina del sapo, puede hacerse en cualquier momento a partir de los 30 minutos de inyectados, que es el tiempo mínimo en el que se han obtenido resultados positivos. Se acepta que en buenas condiciones el 100 por 100 de respuestas positivas ocurren dentro de las tres primeras horas de la inyección, positividad que persiste en forma continua durante más de 24 horas.

Especifticidad de la reacción. De acuerdo a la numerosa estadística presentada por el autor, la respuesta del sapo macho es específica solamente para las gonadotrofinas de origen corial, aunque experimentalmente se ha logrado obtener respuestas positivas con gonadotrofina sérica, hipofisiaria, equina, hipofisiaria de vacuno, pero usando productos muy purificados y en dosis elevadas. Se ha experimentado con hormona folículo estirnulante hipofisiaria de mujer ovariectomizada o en menopausia, estrógenos, benzoato de estradiol, etilbestrol, progesterona, propionato de testosterona, desoxicorticosterona, pitressina, tiroxina, prolactina. adrenocorticotrofina, adrenalina, suspensiones crudas de hígado, riñón, suprarrenales, bazo, corazón, músculo y estómago de sapo, ácido ascórbico, acetil.colina, acetato de cobre, yohinbina, azul de metileno, sulfato de zinc, sin ninguna respuesta positiva. Hasta el presente, no se ha observado ninguna reacción falsamente positiva. Sobre un total de 2.064 reacciones verificadas en personas que con certeza se podía afirmar la ausencia de embarazo, la exactitud fue del 100 por 100 y la estadística acumulada en los casos de embarazos de poco tiempo suman 3.079 reacciones. El número de positivos confirmados es de 2.027 y el porcentaje de resultados corectos varía entre el 98,16 por 100 al 100 por 100.

Precocidad de la reacción. La reacción diagnóstica en el sapo parece ser sumamente precoz en relación al tiempo de amenorrea. Sobre 106 casos estudiados todos con amenorrea menor a 20 días y entre los que en 80 la amenorrea era inferior a 15 días, se obtuvieron resultados positivos en los que posteriormente se comprobó el embarazo por el estudio clínico. El tiempo mínimo de amenorrea era de 4 días y en 21 casos la amenorrea era de 9 días.

Resultados comparativos con la reacción de Friedman. Sobre 1.674 reacciones efectuadas simultáneamente en la coneja y el sapo, se ha podido comprobar que la reacción en el batracio macho es de una mayor exactitud; en la mayoría de los casos reacciones correctas en el sapo, lo eran también en la coneja, pero las discordancias observadas están a favor de la reacción de Galli, posiblemente debido a las condiciones previas de la coneja, como peso, edad, aislamiento individual, etc., requisitos que pueden falsearla inadvertidamente.

En la serie de Galli-Mainini figuran 368 reacciones practicadas simultáneamente en el sapo y en la coneja con 14 defunciones. Del resto, es decir en 354 reacciones hay 27 no coincidentes, con 23 casos en que la respuesta del sapo fue correcta, en 2 lo fue la Friedman y en 2 no pudo establecerse cual de las reacciones era exacta.

Pinto y Suer Boero hallaron 9 resultados no concordantes. En 7 casos el resultado de la Friedman fue equivocadamente negativo y el sapo correctamente positiva.

Sala, Jachesky y Colotta encontraron 3 reacciones no coincidentes en las cuales 2 eran respuestas correctas positivas en el sapo.

Merchante, encontró coincidencia de resultados en 42 sobre 45 reacciones simultáneas, analizando así la discordancia.

Un resultado negativo incorrecto en el sapo en el que la observación no se prolongó más de tres horas. Un resultado positivo correcto en el sapo y un resultado negativo incorrecto en el sapo, que posteriormente repetido dió respuesta positiva, comprobándose más tarde la presencia de un embarazo ectópico. En SO reacciones simultáneas afeetuadas por Hutz, hubo un caso discordante en que la Friedman era erróneamente negativa. Repetida la reacción de Friedman fue nuevamente negativa y el sapo positivo. Sólo 1S días más tarde, la tercera reacción de Friedman dió resultado positivo cuando la de GaIli lo había sido más precozmente.

Carlos Galli Mainini habia nacido en Buenos Aires en 1914, estudió en la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo su título de médico en 1937, especializándose luego en endocrinología.

En 1938 trabajó en el Servicio de Clínica Médica del Reggio Policlínico de Roma (Italia) y como becario en la Universidad de Harvard (Estados Unidos) en 1939. De regreso a Argentina, fue investigador del Instituto de Biología y Medicina Experimental dirigido por una eminencia como el Dr. Bernardo Alberto Houssay. (quien recibiría el Premio Nóbel de Fisiología y Medicina en 1947) Mainini mientras trabajaba en el Hospital Rivadavia de Buenos Aires desarrolló, entre 1942 y 1947, un método de diagnóstico precoz del embarazo basado en la detección de la hormona gonadotrofina coriónica humana con batracios mediante la reacción que lleva su nombre. Cuenta su hijo Eduardo que “papá nos mandaba a buscar sapos en el gran parque de nuestra quinta de Florencio Varela, antes que publicara su reacción de embarazo, y nos pagaba cinco centavos por cada sapo que le trajéramos”

Pero vayamos a su novedoso descubrimiento y por lo que ganó fama mundial “La reacción Mainini”. Qué me dirían ustedes si les cuento que en la década del 50 o 60 su médico de cabecera les pedía llevar a la consulta un sapo macho para saber si usted estaba embarazada o no. Seguramente creerían que les hablo de un medico brujo o de alguna curandera tal vez, pero no, esa era la realidad. Mainini se inspiró en realidad en los trabajos científicos de Lancelot Hogben. 

El método de detención temprana de embrazo se convirtió en el más rápido del mundo ganando fama mundial como “Reacción Mainini”. Durante varias décadas fue usado por su simplicidad y bajo costo.

A partir de la década de 1960 el método fue reemplazado en los países más prósperos por métodos inmunológicos más rápidos y precisos. Carlos Galli sin embargo no pudo disfrutar mucho tiempo de su éxito y fama murió joven a la edad de 47 años. Sus restos descansan en una bóveda del cementerio de Florencio Varela junto a su esposa que murió en 1985. Lamentablemente no se pudieron recabar más datos de su fallecimiento ya que al investigar en la ficha de su bóveda del cementerio local, nos encontramos con la noticia de que está vacía sin datos volcados sobre ella. Por ultimo diremos que la calle del principal hospital de Florencio Varela lleva su nombre.

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