Desesperación. Cunde el llanto, la zozobra y el desaliento
entre el personal, y además, a ver cómo y quién le dice
ahora a la familia que no van a tener niño, que se ha muerto intraparto. Durísimo
panorama espera. Y esto, en una época en que nadie piensa que el parto puede
complicarse. Que es obligado que todo salga bien y se desarrolle en un clima de
alegría y felicidad porque todos ansían y esperan un bebé hermoso, sano y normal
y nada puede salir mal y que para eso está la cesárea si es que no sale por vías
naturales. Todo tiene que salir bien…
Pero el ciudadano de fuera, la gente de a pie, el
ignorante que no sabe nada, nadie, ninguno de ellos, piensa en los tiempos
transcurridos, ni en la acidosis, ni en el sufrimiento fetal, porque estamos en
un Hospital de III nivel y están los mejores médicos y nada puede fallar. Se
está seguro de la infalibilidad. Y si algo falla, siempre habrá algún culpable
que pague por ello. Que hay muy buenos abogados ávidos para demandar al médico
esperando a la puerta del Hospital.
Pues queridos alumnos y residentes, de eso nada. Las
cosas pueden fallar también aquí. Incluso, todo puede fallar. CATRASCA (cagada
tras cagada). Porque nadie está en posesión de la verdad, nadie sabe hacerlo
todo y todo bien y nadie puede garantizar al 100% que todo saldrá bien. Y el
parto y la vida y el futuro del bebé depende de unos pocos minutos, o interminables
segundos. Incluso en estos hospitales tan avanzados pasan estas cosas. Sí. El
parto es un riesgo ya desde que queda embarazada la mujer, incluso con todos
los medios disponibles. No te digo ya aquellas que quieren parir en su casa…
¿Pero, qué es lo que estamos transmitiendo al
personal, a la calle, al ignorante, al analfabeto, al agresivo, al violento con
el médico? Solo pocas personas y ni siquiera los que día a día sufren en el
Paritorio, pueden entender que se someterán a situaciones críticas, de peligro
real, y el parto es una de ellas. Y que algunas veces salen mal, e incluso muy
mal las cosas, afortunadamente las menos. Claro que todo ha mejorado en cuanto
a la asistencia de un parto y seguirá mejorando, faltaría más, y tenemos las
mejores y más bajas tasas de mortalidad perinatal y materna del mundo, nunca
conocidas hasta ahora, pero, aunque así fuera, el embarazo por sí mismo, sigue
y seguirá representando un riesgo y el parto sigue representando un riesgo aún mayor,
para la madre y para el hijo.
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