jueves, 11 de enero de 2018

CIRUGIA ESTETICA VAGINAL. LABIOPLASTIA Y REJUVENECIMIENTO VAGINAL

Resultado de imagen de cirugia plastica vaginalDesde los años sesenta, técnicas de labioplastia y vaginoplastia han sido practicadas por los ginecólogos y cirujanos plásticos. No fue sino hasta 1983, que Hodgkinson publicó uno de los primeros procedimientos vaginales cosméticos. Posteriormente, los informes de desarrollo y mejoras a las técnicas han sido muchos. Tanto la labioplastia como el rejuvenecimiento vaginal son dos procedimientos que generalmente son confundidos entre sí y que son radicalmente distintos.
 
El rejuvenecimiento vaginal comprende una o la combinación de los siguientes procedimientos que son practicados según lo precise cada caso:
Colporrafia anterior o plastia vaginal anterior (plegamiento de la línea media). El tejido conjuntivo adelgazado entre vejiga y vagina se une y refuerza utilizando suturas de plegamiento. Con este reforzamiento se pretende elevar la vejiga y la uretra hasta una posición más anterior.

Colporrafia posterior o colpoperineorrafia. Se usa, por lo general, para reparar el prolapso de la pared vaginal posterior en casos de rectocele. Específicamente, se pretende reforzar las capas de tejido fibromuscular. Reforzamiento de la estructura del cuerpo perineal mediante suturas.

Vaginoplastia. Comprende la escisión de porciones de mucosa de los fondos del saco vaginal, esto puede ser por medio de bisturí, electrodo o láser con una colporrafia anterior y/o posterior con o sin escisión de mucosa lateral. Todo esto, con el fin de conseguir una vagina más estrecha. Quienes se beneficiarán de esos procedimientos son las pacientes con defectos congénitos, multíparas o con lesiones deformantes.

Labioplastia. La labioplastia, en contraste con los procedimientos que incluyen el rejuvenecimiento vaginal, se enfoca en vulva y labios. En esta técnica se remueve una porción de los labios menores hipertróficos y, ocasionalmente, se realiza un aumento en labios mayores. Hasta 1999, la labioplastia se llevaba a cabo mediante la remoción del exceso en el tejido labial con el cierre de la herida mediante sutura absorbible; esta técnica traía consigo dolor e incomodidad en las pacientes que se sometían a este procedimiento, es debido a esto que los procedimientos han ido evolucionando con el paso de los años. En la actualidad, distintas técnicas son implementadas y se diferencian entre sí por el tipo de incisión en el labio. Dentro de éstas se encuentran:
  •  Técnica de Zeta-plastia. Esta técnica se puede realizar bajo anestesia general, local o regional. Se toma y fija cada labio con pinzas de Allis, se trazan dos zetas de 90° en la porción medial de cada labio, los bordes de las zetas deberán de confluir en el meato urinario, se infiltra el labio con xilocaína y epinefrina para garantizar una hemostasia intraoperatoria; posteriormente se incide haciendo hemostasia con electrocauterio, se aproximan los bordes de cada extremo y finalmente se unen mediante sutura vicryl 4-0 con puntos simples o continuos. La ventaja de esta técnica es que reducela tensión de la sutura, limitando así el riesgo de dehiscencia sin alterar la morfología o coloración del borde libre.
  • Técnica de Wedge o en “V”. Esta técnica reduce tamaño y longitud del labio menor no deseado mediante una incisión en V del tejido labial, con la siguiente unión de los bordes mediante vicryl 4-0. Esta técnica se puede realizar mediante anestesia local, regional o general y brinda la ventaja de que la cicatriz pasa inadvertida, conservando así la textura del borde longitudinal del labio menor y su apariencia. La desventaja de esta técnica es que no logra la extracción del borde labial hipercrómico y puede presentarse dehiscencia de la herida por la tensión.
  • Técnica de Trim. Esta técnica es la más simple y, por ende, la más realizada por los cirujanos. Desafortunadamente, deja resultados poco naturales ya que la cicatriz de la herida tiene un color y textura distinta. Se realiza mediante un corte longitudinal del labio con la extracción de la porción hipercrómica redundante y la aproximación de la herida mediante sutura no absorbible.
  • Técnica de desepitelización. Técnica que fue descrita por primera vez en el 2000 por el Dr. Choi. Se puede realizar bajo anestesia local, regional o general, previa incisión se infiltra el labio con lidocaína y epinefrina, posteriormente, se traza y realiza una desepitelización del área central en los lados mediales y laterales de ambos labios; la remoción de la porción epitelial podrá realizarse con bisturí o láser y finalmente, se afrontarán los bordes con sutura absorbible. Esta técnica tiene la ventaja de reducir el exceso de tejido vertical permitiendo la conservación del colgajo labial, además preservará las características sensitivas y eréctiles del labio.
  • Más recientemente, una nueva técnica de Matlock aún sin publicar, la cual es realizada en el Instituto de Rejuvenecimiento Vaginal con Láser de los Ángeles, California. Dicha técnica garantiza un mejor resultado estético y una menor tasa de complicaciones postoperatorias. Como sea, más estudios son requeridos para confirmar dichas hipótesis.
La labioplastia estará indicada en aquellas pacientes que tengan un labio hipertrófico secundario a condiciones congénitas, irritación crónica o estímulo androgénico excesivo; el labio menor deberá medir más de 4 cm y tener asimetría de sus bordes. La clasificación para la hipertrofia labial de Ricci and Pardo se divide en:
  • Ausencia de hipertrofia verdadera. Labio menor con una medida mayor a 2 cm o de tamaño normal pero con un defecto morfológico como asimetría.
  • Hipertrofia verdadera moderada. Labios menores con medidas de entre 2-3 cm con zonas de mucho crecimiento.
  • Hipertrofia verdadera severa. Labios menores de 4 cm o más con o sin zonas de mucho crecimiento.
Reducción efectiva del exceso de la piel en el capuchón del clítoris. Esta técnica se basa en la reducción del tamaño en el capuchón y pliegues hipertróficos que se encuentren en el clítoris con fines cosméticos, y menos comúnmente en los casos que se busque más exposición de la glándulas que se encuentran en el clítoris, las cuales brindarán teóricamente una mejora en la gratificación sexual. También se realiza en la mayoría de los casos después de una labioplastia durante el mismo tiempo quirúrgico. Su indicación precisa es en el caso de hipertrofia del capuchón del clítoris y en pacientes que refieren disconfort en esta zona.

Himenoplastia. Procedimiento donde se reconstruye la membrana de la piel que parcialmente cubre la apertura vaginal (himen), puede ser con la misma piel o inclusive con membranas artificiales. La cirugía se lleva a cabo bajo anestesia local y sutura absorbible fina, esta técnica es ideal para pacientes en quienes no han tenido parto vaginal o embarazos previos. Inclusive, existen informes de su uso en pacientes con cistitis postcoital recurrente. Este procedimiento, aunque sencillo, envuelve dilemas sociales y culturales. Para algunas religiones en donde se le da mucha importancia a la virginidad, esta técnica ha sido rechazada y hasta satanizada ya que refieren: “puede borrar la evidencia de la historia sexual de la mujer”.
 
Ampliación del punto “G”. Se define a la próstata femenina como las glándulas uretrales, periuretrales y sus conductos. El punto G forma parte de este conjunto de glándulas, nombrado así, en honor del ginecólogo alemán Ernest Gräfenberg. Este punto se encuentra situado en la cara anterior del canal vaginal, a tres centímetros del exterior de la vagina entre el hueso del pubis y el cuello del útero. La existencia de este punto ha estado teñida por la polémica, existen grupos que niegan su existencia, y otros que la afirman. Se ha demostrado mediante biopsias de la zona, un tejido que es similar al de la próstata masculina y lo han denominado “próstata femenina”, lo cual es en realidad una colección de glándulas que rodean la uretra y, de igual manera que la próstata masculina, puede verse afectada por diversos procesos como carcinoma o prostatitis. La secreción de estas glándulas contiene antígeno prostático específico y se presenta durante el orgasmo femenino en el vestíbulo vaginal a través del meato uretral y de los orificios del ducto parauretral.

El primer estudio realmente científico realizado que profundizó en el misterio de la eyaculación femenina, fue proporcionado por el ginecólogo Reinjier De Graaf (1641-1673 A.D.), quien describió a los genitales femeninos y la ovulación en su trabajo Tractatus de Virorum Organis Generationi Inservientibus. En éste, define a la próstata femenina como la uretra rodeada por una sustancia membranosa, que produce un líquido expulsado desde el ducto ubicado en la salida de la uretra. Años más tarde, muchos otros científicos como William Smellie y William E. Horner se refieren a la expulsión de fluido a través de la próstata femenina y de su probable etiología glandular. No fue sino hasta el siglo XIX que Rudolf Virchow describió a la próstata femenina como las glándulas parauretrales, siendo Alexander Skene quien obtiene el crédito por su descripción. Ya durante el siglo XX, en Nueva York, es en donde el Doctor Gräfenberg basado en las observaciones de mujeres durante el orgasmo, publicó en 1953 un importante artículo titulado “El rol de la uretra en el orgasmo femenino”. Fueron los hallazgos reportados en este artículo los que guiaron a los Doctores John Perry y Whipple a nombrar a esta área “punto-G” en honor al Dr. Gräfenberg.

La ampliación del punto G es una técnica que se realiza mediante la inyección de submucosa en la pared anterior del canal vaginal, específicamente en el punto medio, entre el borde posterior del pubis y el labio anterior del cuello uterino (en caso de no existir cuello uterino, de 2 a 3 cm detrás del pubis). Esta técnica ha sido practicada con distintos productos como son: tejido celular subcutáneo, el ácido hialurónico de baja densidad y colágenos. Actualmente, la inyección de ácido hialurónico de alto peso molecular (apGshotMR) es la mejor opción para procedimientos realizados en esta zona y no es una técnica nueva, ya que este componente también es usado en la cirugía urológica con el fin de tratar la incontinencia urinaria de esfuerzo.

LASER DE REJUVENECIMIENTO VAGINAL.- Tocaremos dicho tema en otros post

PROS Y CONTRAS DE LA CIRUGÍA VAGINAL COSMÉTICA.- Es difícil comparar el grado de riesgo que se asocia entre una vulvoplastia electiva y otros procedimientos cosméticos, los cuales son practicados con mayor frecuencia como es el caso de la rinoplastia, y esto es comprensible debido a que se tienen más estudios al respecto a diferencia de los procedimientos vaginales cosméticos que son relativamente nuevos. Las complicaciones que se pueden presentar en este tipo de cirugías son el sangrado excesivo, mala cicatrización, dehiscencia de la herida, retención urinaria e infección de la herida.

Dichas complicaciones no son distintas a las que se pueden presentar en otras cirugías. Dos series largas de casos reportan tasas de reintervenciones quirúrgicas que oscilan entre 2.9 y 7%, teniendo como causas más frecuentes a la dehiscencia de la herida y la inconformidad ante el resultado estético. Las complicaciones inherentes a estos procedimientos suelen estar relacionadas con las cicatrices y la sensibilidad, a pesar de que son pocas las terminales nerviosas que se lesionan durante los procedimientos pueden llegar a reflejarse en un cambio transitorio o permanente en la sensibilidad; en cuanto a la cicatrización, puede presentarse mucho tejido cicatrizal, el cual en lugar de ayudar a la sensibilidad la disminuirá. Quizás, la complicación más frecuente en estos procedimientos se centra en la insatisfacción con los resultados y las altas expectativas que tienen las pacientes en cuanto a la gratificación sexual que obtendrán posterior al procedimiento.

La mayoría de los estudios en la literatura reportan tasas que oscilan entre un 93-96% de conformidad con los resultados en las pacientes que se realizaron algún tipo de procedimiento cosmético ginecológico después de un seguimiento de 6-42 meses. Otro estudio reporta que de 151 casos, sólo el 4% no se volvería a someter a esta cirugía. Las pacientes que por lo general solicitan algún tipo de procedimiento cosmético ginecológico, acuden a consulta por razones meramente estéticas, comúnmente refieren molestia al usar ropa ajustada o simplemente tienen vergüenza al estar desnudas, esta percepción pudiera reflejar una confusión entre lo que es normal y lo que es idealizado, influido probablemente por su entorno social en el cual los medios publicitarios presentan una idea de la imagen corporal perfecta de un modo alterado y no natural.

QUIÉNES ESTÁN CAPACITADOS PARA LLEVARLA A CABO.- ¿Quién debe realizar esta cirugía? Es un tema controvertido, ya que la mayoría de los médicos que realizan estos procedimientos son los ginecoobstetras, la razón de esto es simplemente la predilección que tiene la paciente por su médico y un argumento que lo sustenta es la empatía y confianza que le tienen, ya que ante su ginecólogo se encuentran vulnerables y desarrollan una relación médicopaciente basada en la confianza íntima mutua y no así con un cirujano plástico a quien consideran juega un rol como técnico de procedimientos estéticos. Es por esto por lo que es importante que el ginecólogo actúe con ética profesional cuando una paciente acuda con dudas de su estética genital y pueda hablarle con franqueza sobre los parámetros de normalidad en la anatomía vaginal.

El conocimiento de la anatomía pélvica y perineal es mayor en los ginecólogos, que serán capaces de diferenciar en un momento dado entre lo normal y anormal, pudiendo así llevar a cabo una mejor selección de la paciente. El ginecoobstetra tiene conocimientos suficientes en procedimientos reconstructivos como es el caso de la neovagina en los casos de pacientes con síndrome de Rokitansky-Küster-Hauser. El ginecólogo deberá tener un conocimiento concreto de las técnicas de dichos procedimientos, los cuales se obtendrán por medio de cursos de actualización en las nuevas técnicas. La ACOG no aprueba los procedimientos estéticos vaginales en mujeres que no tengan las indicaciones precisas, además sostiene que no existe suficiente evidencia de su seguridad y efectividad, ya que los reportes hasta ahora publicados carecen de la suficiente validez estadística.

CONCLUSIONES.- En los últimos años, el interés de las mujeres en estos procedimientos ha crecido y los ginecoobstetras se encuentran cada día con más pacientes que preguntan sobre estas técnicas. Un número de ginecólogos cada vez mayor ha empezado a ofrecer estos procedimientos como parte de su práctica. Dependerá de su responsabilidad moral y profesional el mantener esta nueva práctica dentro de los límites de lo médicamente indicado y correcto.

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