lunes, 1 de octubre de 2012

LISTERIOSIS DURANTE EL EMBARAZO

Aunque la listeriosis puede no afectar a tu salud general, a no ser que padezcas otra enfermedad que debilite tu sistema inmunitario, sufrirla puede tener serios efectos en tu embarazo y en la salud del bebé. Así, puede llegar incluso a provocar el aborto. Los bebés que sí llegan a nacer pero están infectados con la bacteria pueden presentar serias complicaciones a largo plazo.

La listeriosis es una infección que se puede contraer al comer alimentos contaminados con la bacteria listeria monocytogenes. Su vía de transmisión en el ser humano durante el periodo neonatal es transplacentaria, es decir, la bacteria infecta la placenta, el líquido amniótico, y de ahí pasa al feto. Por eso, las mujeres embarazadas y sus futuros bebés se consideran grupos de riesgo.

La enfermedad puede presentarse sin síntomas, pero cuando estos aparecen suele ser fiebre o síntomas parecidos a los de una gripe: resfriado, escalofríos, malestar, dolor de cabeza, dolor de espalda, etc. A veces pueden darse también molestias gastrointestinales o mareos. En los casos que se sospecha que la embarazada padece enfermedad se realiza un tratamiento con antibióticos (ampicilina y aminoglucósidos). Las posibilidades de que la evolución sea favorable son mayores si la infección está en sus comienzos y se trata precozmente.

Lo más importante es no consumir alimentos que puedan contener la bacteria:
Leche o quesos no pasteurizados, como el brie o el camembert.
Huevos crudos.
Carnes crudas o poco cocidas.
Pescados y mariscos ahumados o crudos.
Derivados cárnicos, como salchichas, patés, fiambres o embutidos.

También hay que tener cuidado y cocinar muy bien todos los alimentos, lavar o pelar todas las frutas o vegetales, lavar las esponjas, estropajos y trapos de cocina con frecuencia, y revisar que la temperatura del frigorífico y del congelador funciona correctamente, manteniendo los alimentos en un estado de conservación adecuado.

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