viernes, 20 de julio de 2012

CIRUGIA DE LOS GENITALES EXTERNOS FEMENINOS

La patología vulvar más frecuente que puede precisar de cirugía, por diversos motivos son:
  1. Quistes y abscesos de Bartholino: glándulas situadas en 1/3 inferior de labios mayores con función de producir moco para la lubricación vaginal. Si su conducto de salida se obstruye, el moco se acumula y forma un quiste, asintomático e indoloroso. Si este quiste se infecta, se producirá un absceso que puede requirir un drenaje quirúrgico.
  2. Rotura del himen: puede producirse accidentalmente, tras caídas a horcajadas, o generalmente tras las relaciones sexuales. En algunas culturas esto puede suponer un problema para el normal desarrollo de la vida de la mujer, poder contraer matrimonio y llevar una vida normal, por lo que en estas ocasiones se realiza una reconstrucción himeneal.
  3. Condilomas vulvares: los condilomas son secundarios a la infección por el virus del papiloma transmitido por contacto directo durante las relaciones sexuales. Los serotipos de VPH más frecuentemente implicados en los condilomas son el 6 y 11. El  tratamiento suele hacerse con preparados tópicos (imiquimod, podofilino) pero en casos más severos o resistentes al tratamiento anterior, con láser. 
Además puede haber una patología vulvar secundaria a agresiones o accidentes, la dividimos en:
  1. Desgarros vaginales, perineales o himeneales: que se producen en las agresiones sexuales a niñas o adolescentes, y que van a precisar de un tratamiento quirúrgico corrector.
  2. Desgarros vaginales en el transcurso de las relaciones sexuales, bien fortuitamente o bien por el uso de juguetes sexuales. Suele asociarse a una hemorragia importante que va a precisar de sutura quirúrgica.
  3. Mutilación genital: se practica en muchos países africanos, algunos de Asia y Oriente Medio y en otros tantos occidentales donde han emigrado estas niñas. Se realiza por motivos culturales y religiosos, con el objetivo de que la mujer llegue más pura al matrimonio y que no pueda sentir placer sexual. Puede producir infecciones, hemorragias, intenso dolor, deformidades a nivel de la vulva, además de traumas psicológicos. Puede incluir desde la amputación del prepucio o capuchón del clítoris hasta la exéresis de los labios menores y mayores. Va a precisar en muchos casos de cirugía correctora para poder llevar una vida sexual digna, aunque sin duda lo más importante es evitar estas prácticas inmorales.

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