La corioamnionitis clínica, el diagnóstico más común relacionado con la infección en las unidades de parto y parto, es un antecedente de infección puerperal y sepsis neonatal. La afección se sospecha cuando la fiebre intraparto se asocia con otros dos signos maternos y fetales de inflamación local o sistémica (por ejemplo, taquicardia materna, sensibilidad uterina, leucocitosis materna, secreción vaginal maloliente o líquido amniótico y taquicardia fetal).
La corioamnionitis clínica es un síndrome causado por infección intraamniótica, inflamación intraamniótica estéril (inflamación sin bacterias) o inflamación materna sistémica inducida por analgesia epidural. En casos de incertidumbre, se puede hacer un diagnóstico definitivo analizando el líquido amniótico con métodos para detectar bacterias (tinción de Gram, cultivo o ácido nucleico microbiano) e inflamación (recuento de glóbulos blancos, concentración de glucosa, interleucina-6, interleucina-8, metaloproteinasa de matriz-8).
Los microorganismos más comunes son las especies de Ureaplasma, y las infecciones polimicrobianas ocurren en el 70% de los casos. La tasa de ataque fetal es baja, y la tasa de hemocultivos neonatales positivos oscila entre el 0,2 % y el 4 %. La administración de antibióticos intraparto es el tratamiento estándar para reducir la sepsis neonatal. El tratamiento con ampicilina y gentamicina ha sido recomendado por las sociedades profesionales, aunque se han utilizado otros regímenes antibióticos, por ejemplo, cefalosporinas.
Dada la importancia de las especies de Ureaplasma como causa de infección intraamniótica, es necesario considerar la administración de agentes antimicrobianos eficaces contra estos microorganismos como la azitromicina o la claritromicina. Hemos utilizado la combinación de ceftriaxona, claritromicina y metronidazol, que se ha demostrado que erradica la infección intraamniótica con estudios microbiológicos.
Las pruebas de rutina de neonatos nacidos de madres afectadas para detectar micoplasmas genitales podrían mejorar la detección de sepsis neonatal. La corioamnionitis clínica se asocia con una disminución de la actividad uterina, la incapacidad para progresar en el parto y la hemorragia posparto; sin embargo, la corioamnionitis clínica por sí sola no es una indicación para el parto por cesárea. La oxitocina a menudo se administra para el aumento del parto, y es prudente tener agentes uterotónicos a mano para controlar la hemorragia posparto.
Los bebés nacidos de madres con corioamnionitis clínica a corto plazo corren el riesgo de sepsis neonatal de inicio temprano y de discapacidad a largo plazo, como la parálisis cerebral. Una frontera es la evaluación no invasiva del líquido amniótico para diagnosticar la inflamación intraamniótica con un colector de líquido amniótico transcervical y una prueba rápida junto a la cama para IL-8 para pacientes con ruptura de membranas. Este enfoque promete mejorar la precisión del diagnóstico y proporcionar una base para la administración antimicrobiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario