Un nuevo estudio presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Salud Sexual de la Mujer (ISSWSH) destaca la insatisfacción significativa entre las pacientes con vaginosis bacteriana recurrente (BV), subrayando la necesidad de tratamientos más efectivos y una mejor comunicación entre los pacientes y los proveedores de atención médica. La vaginosis bacteriana se caracteriza por un desequilibrio en la microbiota vaginal, proliferando especies de bacterias con la Gardnerella vaginalis que produce enzimas como la putrecina y cadaverina, lo que lleva a síntomas como secreción y olor a pescado podrido.
La BV recurrente, definida como 3 o más episodios dentro de un año, constituye un desafío persistente, con tasas de recurrencia que alcanzan hasta el 50% dentro de los 6 a 12 meses de tratamiento. La condición está asociada ademas con mayores riesgos de parto prematuro, enfermedad inflamatoria pélvica, infecciones de transmisión sexual y efectos negativos para la salud mental.
Los investigadores encuestaron a personas que habían experimentado BV recurrente, recopilando datos a través de grupos de apoyo en línea y redes sociales. Las participantes respondieron preguntas sobre sus síntomas, experiencias de tratamiento e interacciones con los proveedores de atención médica. Los hallazgos revelaron que el 77 % de las encuestadas continuaron experimentando síntomas de moderados a graves a pesar de la adherencia a los tratamientos prescritos. Muchas habían probado múltiples terapias, incluyendo metronidazol, ácido bórico, decualínico y probióticos, pero ninguna proporcionó un alivio consistente. El metronidazol, el tratamiento más efectivo del estudio, tuvo éxito para solo el 25,6% de las participantes. Además, las modificaciones del estilo de vida recomendadas con frecuencia por los médicos mostraron poco beneficio confiable.
La insatisfacción de la paciente con los resultados del tratamiento y la comunicación con el médico fueron evidentes. Solo el 20 % de las encuestadas informó de cualquier nivel de satisfacción con su tratamiento, mientras que el 60 % indicó que la BV recurrente tuvo un impacto moderado o mayor en su bienestar. Además, el 79 % de las participantes sintieron que sus preocupaciones eran abordadas por su médico solo la mitad del tiempo o menos.
Los investigadores sugieren que ampliar la educación del médico sobre la salud sexual y reproductiva podría mejorar la comprensión y la empatía, lo que en última instancia conduce a mejores estrategias de tratamiento y resultados de salud.
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