A pesar de un alto índice de supervivencia, cada año se reportan 35.000 nuevos casos en España. El diagnóstico, los tratamientos, la concienciación general y la situación de los pacientes con cáncer de mama ha cambiado mucho en los últimos 50 años.
Aunque el índice de supervivencia se acerca al 90%, todavía quedan casos de difícil abordaje, recaídas en la enfermedad, toxicidades y comorbilidades de los actuales tratamientos y en general necesidades no cubiertas, cuestiones que permanecen `ocultas´ a los ojos de la sociedad y que requieren mayor concienciación y más investigación.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica, cada año se diagnostican 35.000 nuevos casos de cáncer de mama, de los cuales entre un 5 y un 6% debutarán en metástasis. Además, hasta un 30% de los pacientes podrá experimentar una recaída, por lo que se enfrentarán a situaciones que requieren un abordaje clínico más complejo con una necesidad de identificar nuevas dianas terapéuticas que mejoren sus pronósticos.
Desde hace 30 años hay cosas que han cambiado sustancialmente. La primera de todas, la más importante, es el conocimiento que tenemos de que el cáncer de mama no es una única enfermedad, sino que son entidades clínico-patológicas muy variadas, con abordajes terapéuticos también diferentes. Eso ha llevado a un desarrollo tremendamente rápido de nuevas estrategias de tratamiento mucho más selectivas, que hace que hoy en día tratar a una paciente con cáncer de mama casi se convierta en una estrategia individualizada.
Los avances nos permiten enfrentar el diagnóstico de otra manera y nos da la opción de percibirnos quizás como posibles largas supervivientes, ya que se han mejorado mucho nuestras oportunidades frente a la enfermedad". Sin embargo, las mujeres que conviven con el cáncer de mama todavía demandan una atención integral que también dé respuesta a todas aquellas necesidades que pueden depender de nuestro contexto y del momento vital en el que nos encontremos, así como de la esfera psicosocial.
El cáncer de mama metastásico a día de hoy sigue siendo una enfermedad incurable. Si es cierto, y tenemos que dar un mensaje de positividad que, gracias a la investigación, a los nuevos métodos de diagnóstico y a las terapias dirigidas, la supervivencia cada vez es mayor.
Sin embargo, no hay que olvidar que el 30% de las personas diagnosticadas de cáncer de mama tiene una metástasis, un 6% desde el inicio de la enfermedad y el resto la desarrollaremos a lo largo de los años. La metástasis del cáncer de mama provoca más de 6.000 fallecimientos al año, siendo la primera causa de muerte de mujeres entre 35 y 50 años.
Es necesario, conseguir que las pacientes tengan el mayor acceso posible a los ensayos clínicos y que estos sean más pequeños, pero mejor dirigidos, que establezcan dianas moleculares y biomarcadores específicos. Hoy en día no se concibe un diagnóstico de cáncer en general y de cáncer de mama en particular que no vaya acompañado de una batería de biomarcadores.
El compromiso es impulsar la medicina de precisión y colaborar con las administraciones para que estos avances lleguen cuanto antes a los pacientes, especialmente a los de cáncer de mama metastásico, con el fin de conseguir cronificar o curar definitivamente su enfermedad.
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