El riesgo de incontinencia urinaria o anal 6 meses después del parto no se ve afectado por esfuerzos de pujo moderados o intensos entre las mujeres que dieron a luz bajo analgesia epidural, según un estudio reciente publicado en el American Journal of Obstetrics & Gynecology.
En la segunda etapa del trabajo de parto, la cabeza fetal comprime el suelo pélvico, lo que potencialmente estira y daña el nervio pudendo lo que puede contribuir a los trastornos del suelo pélvico.. Múltiples hipótesis han discutido una asociación entre diferentes tipos de manejo de la fase activa del parto y los músculos del piso pélvico, la incontinencia urinaria y la incontinencia anal.
El estudio realizó un análisis planificado como parte del ensayo Phase Active du Second STade para determinar el impacto del pujo moderado e intensivo en la incontinencia urinaria y anal entre mujeres que reciben analgesia epidural. Los resultados del estudio mostraron que no hubo una asociación significativa entre los pujos moderados o intensivos durante la segunda etapa del trabajo de parto y la incontinencia urinaria o anal, lo que sugiere que las matronas deberían guiar a las mujeres utilizando las técnicas de pujo que funcionen mejor para ellas.
Entre las 6 semanas y el año posparto, entre el 10 % y el 63 % de las mujeres se ven afectadas por la incontinencia urinaria y entre el 3 % y el 10 % por la incontinencia anal. El embarazo y el parto vaginal se asocian con un mayor riesgo de trastornos del suelo pélvico, pero todavía hay debate sobre los mecanismos detrás de esta asociación.
El ensayo PASST fue un ensayo controlado aleatorio multicéntrico que se llevó a cabo entre enero de 2017 y mayo de 2020. Los participantes incluyeron mujeres nulíparas de 18 años o más que recibieron analgesia epidural para parto espontáneo o inducido con un feto único a término en posición de vértice. Se incluyeron únicamente mujeres con analgesia epidural para poder guiar los esfuerzos de expulsión durante el parto.
Los criterios de exclusión incluyeron condición psiquiátrica u otra enfermedad que afecte los esfuerzos de expulsión, falta de seguro médico, presencia de cicatriz quirúrgica uterina, no hablar o entender francés, o tener un feto pequeño para la edad gestacional, con anomalías congénitas, frecuencia cardíaca anormal antes de la aleatorización o muerte en el útero. La continencia materna a los 6 meses posparto fue el resultado principal del análisis, evaluado mediante el Cuestionario de Consulta Internacional sobre Incontinencia – Formulario abreviado de incontinencia urinaria (ICIQ-UI SF). El ICIQ-UI SF evaluó la frecuencia, gravedad e impacto en la calidad de vida de la incontinencia urinaria.
Se utilizó la puntuación de Wexner para evaluar la continencia anal, con puntuaciones que oscilaban de 0 a 20. Se incluyeron 890 pacientes en el análisis final, con características similares entre los grupos de pujo moderado e intensivo. La rehabilitación perineal se informó en el 84,1% del grupo de pujos moderados y en el 84,7% del grupo de pujos intensivos.
No se encontró asociación entre pujos moderados o intensos e incontinencia urinaria o anal. Se informó una puntuación ICIQ-UI SF de 1 o más en el 36,6% del grupo de pujos moderados y en el 38,5% del grupo de pujos intensos. Las tasas de una puntuación de Wexner de 2 o más en estos grupos fueron del 32,2% y del 34,6% respectivamente. La incontinencia urinaria y anal grave, definida por puntuaciones más altas de ICIQ-UI SF y Wexner, tampoco difirió entre los grupos. La doble incontinencia sólo se informó en el 14,6% del grupo de pujo moderado y en el 16,2% del grupo intensivo.
Estos resultados indicaron que la incontinencia urinaria y anal no se ve afectada por el manejo de la fase activa del parto en la segunda etapa entre las mujeres que reciben analgesia epidural. Los investigadores concluyeron que las parteras deberían guiar a las mujeres utilizando las técnicas de empuje más efectivas para ellas.
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