jueves, 7 de septiembre de 2023

PREVENCION DEL TRAUMA PERINEAL DURANTE EL PARTO VAGINAL

El traumatismo perineal después del parto vaginal es común y afecta aproximadamente a 9 de cada 10 mujeres. Los desgarros perineales de segundo grado tienen el doble de probabilidad de ocurrir en partos de primíparas, con una incidencia del 40%. 

La incidencia de lesión obstétrica del esfínter anal es aproximadamente del 3%, con una tasa significativamente mayor en mujeres primíparas que en mujeres multíparas (6% frente a 2%). La lesión obstétrica del esfínter anal es un factor de riesgo importante para el desarrollo de incontinencia anal, y aproximadamente el 10% de las mujeres desarrollan síntomas dentro del año siguiente al parto vaginal. Las lesiones obstétricas del esfínter anal tienen importantes implicaciones médico-legales y contribuyen en gran medida a los costes sanitarios. Por ejemplo, en 2013 y 2014, la carga económica de las lesiones obstétricas del esfínter anal en el Reino Unido osciló entre £3,7 millones (con parto vaginal asistido) y £9,8 millones (con parto vaginal espontáneo). En los Estados Unidos, las complicaciones asociadas con el traumatismo del perineo generaron costos de aproximadamente 83 millones de dólares entre 2007 y 2011. 

Por lo tanto, es crucial centrarse en mejorar la atención clínica para reducir este riesgo y minimizar el desarrollo de traumatismos perineales, en particular los del esfínter anal obstétrico. lesiones. La identificación de factores de riesgo permite modificar la práctica obstétrica con el objetivo de reducir la tasa de traumatismo perineal y la morbilidad asociada. Los factores de riesgo asociados con el trauma perineal de segundo grado incluyen aumento del peso fetal al nacer, parto vaginal operatorio, segunda etapa prolongada del trabajo de parto, posición materna al nacer y edad materna avanzada. En la lesión obstétrica del esfínter anal, los factores de riesgo incluyen inducción del trabajo de parto, aceleración del trabajo de parto, epidural, aumento del peso del feto al nacer, malposición fetal (occipito posterior), episiotomía de la línea media, parto vaginal operatorio, etnia asiática y primiparidad.

La práctica obstétrica puede modificarse tanto antes como durante el parto. La evidencia sugiere que en el período prenatal, el masaje perineal puede iniciarse en el tercer trimestre del embarazo para aumentar la elasticidad muscular y permitir el estiramiento del perineo durante el parto, reduciendo así el riesgo de desgarro o la necesidad de episiotomía. 

Con respecto al período intraparto, existe un creciente conjunto de evidencia procedente del Reino Unido, Noruega y Dinamarca que sugiere que la implementación de iniciativas de mejora de la calidad, incluida la capacitación de los médicos en protección perineal manual y episiotomía mediolateral, puede reducir la incidencia de dolor anal obstétrico y la lesión del esfínter. 

Con la episiotomía, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia recomienda el uso restrictivo en lugar de rutinario de la episiotomía. Este es particularmente el caso de los partos vaginales sin asistencia. Sin embargo, existe un papel para la episiotomía, específicamente mediolateral o lateral, en los partos vaginales asistidos. Este es específicamente el caso de los partos nulíparos con ventosa y con fórceps, dado que se ha demostrado que el uso de episiotomía mediolateral o lateral reduce significativamente la incidencia de lesión obstétrica del esfínter anal en estos grupos en un 43% y un 68%, respectivamente. Sin embargo, se deben reconocer las complicaciones asociadas con la episiotomía, que incluyen dolor perineal, dispareunia y disfunción sexual.

A pesar de una considerable investigación, las intervenciones para reducir el riesgo de traumatismo perineal siguen siendo objeto de controversia. 

En conclusión, la prevención del trauma perineal y sus secuelas, incluido el dolor perineal, la dispareunia, el prolapso de órganos pélvicos y la incontinencia, es un resultado importante para las mujeres. La apreciación de los factores de riesgo modificables y no modificables en el período anteparto e intraparto es importante porque permite a los médicos asesorar adecuadamente a las mujeres en riesgo y modificar la atención obstétrica. La aplicación de iniciativas de mejora de la calidad en los servicios de maternidad para prevenir el trauma perineal tiene un gran potencial para reducir eficazmente la incidencia del trauma perineal grave. La investigación debe continuar ampliando las fortalezas y aplicaciones de estas intervenciones para permitir un consenso global con respecto a la prevención del trauma perineal dentro de los servicios de maternidad.

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