miércoles, 16 de agosto de 2023

SOBREPESO Y OBESIDAD CONTRA LA FERTILIDAD

Estudios recientes señalan cómo la obesidad y el sobrepeso impactan negativamente sobre la salud de la mujer, especialmente en la menopausia. De ahí el importante papel que juega el ginecólogo en el abordaje de este problema.

Los datos de la Encuesta Europea de Salud en España, del año 2020, señalan que la prevalencia de la obesidad en las mujeres se sitúa en el 15,5%, una cifra que se incrementa hasta el 30,6% si, además, se tiene en cuenta el sobrepeso. De hecho, en nuestro país, tanto la obesidad como el sobrepeso afectan ya al 30% de la población y parece que esos números van en aumento. Lo cual supone alrededor de un tercio de la población, lo que significa que existen en España varios millones de obesos. 

La obesidad y el sobrepeso tienen graves consecuencias sobre la salud de la mujer. "Son uno de los síntomas principales en patologías como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), que afecta a entre el 50 y el 70% de las pacientes, además de que aumenta la tasa de abortos, empeora la evolución de las gestaciones y acaban por empeorar las tasas de fertilidad, entre otras consecuencias".

Y si bien es cierto que tanto la obesidad como el sobrepeso suelen ser el resultado de la combinación de factores genéticos y ambientales, además de relacionarse con los hábitos alimenticios y la falta de ejercicio, entre otros, la obesidad no es sólo un problema estético. "Es, sobre todo, un problema médico, pues aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, diabetes, hipertensión arterial y determinados tipos de cáncer. Y, como consecuencia, disminuye la esperanza de vida. Además de que, en la menopausia, el problema de la obesidad se vuelve aún más complicado, debido a la disminución de los estrógenos y al aumento relativo de los andrógenos".

Y aunque son muchos los factores que pueden influir para que existan estas cifras, son dos principalmente. "Hay dos momentos clave en la vida de la mujer, donde la ganancia de peso puede asentarse y cambiar por completo su fenotipo. Uno es el embarazo, donde existe una ganancia ponderal importante que, posteriormente, a veces es difícil de revertir. Tanto es así que existe un 15% de mujeres que permanecen obesas tras el parto y el 10% de sus hijos serán obesos tras los cinco primeros años de vida. El otro momento es la menopausia, etapa en la que la ausencia de hormonas del ovario favorece tanto los depósitos de grasa, sobre todo a nivel abdominal, como el aumento de peso". 

Es, precisamente, esta disminución de los estrógenos y el aumento relativo de los andrógenos lo que provoca un incremento de los depósitos de grasa intraabdominales, con el consiguiente aumento del perímetro abdominal, pasando de la obesidad en forma de pera (típica de las mujeres), a la obesidad en forma de manzana (más típica de los hombres).

"Este aumento de perímetro abdominal es el principal factor de riesgo cardiovascular y de la aparición del síndrome metabólico, diabetes e hipertensión arterial. Cabe señalar que el 34% de las pacientes con enfermedades cardiovasculares son obesas".

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