lunes, 31 de octubre de 2022

PLACENTA PERCRETA

La mayoría de los autores de las series de cohortes PAS no brindan información completa sobre los hallazgos macroscópicos y microscópicos, como una imagen macroscópica transversal del área de penetración uterina.

La placenta percreta se describe como una invasión miometrial de espesor completo por tejido placentario en el marco del espectro de placenta acreta (PAS), que a veces alcanza y altera los órganos pélvicos y la vasculatura adyacentes.
El término “placenta percreta” fue utilizado por primera vez en 1950 por McCarthy y Nichols.

Sin embargo, los criterios histológicos informados para percreta son heterogéneos, y la mayoría de los autores describen lesión o remodelación de la pared uterina subyacente o extensión de las células trofoblásticas a tejidos distintos del músculo liso uterino. Además de los criterios histológicos clásicos que muestran brechas en la capa decidual con unión directa de tejido velloso al miometrio, como lo describieron originalmente Irving y Hertig en 1937.

En general, el informe de placenta percreta en la literatura se basa en los hallazgos macroscópicos de especímenes de histerectomía que presentan tejido velloso que ha penetrado a través de toda la pared uterina.

Se informó que la mayoría de las muestras de histerectomía llegan al laboratorio distorsionadas por los intentos de extraer la placenta durante el parto, lo que limita considerablemente el examen macroscópico.

Además, en los casos de PAS en los que la placenta se apoya en la serosa uterina, el tejido velloso casi siempre está contenido dentro de la capa cicatricial antes del parto, y es la manipulación quirúrgica y la disección compleja las que exponen el tejido placentario subyacente, lo que a menudo conduce a un diagnóstico clínico falso de placenta percreta.

No es sorprendente que la incidencia de placenta percreta informada en esos estudios oscile entre el 6,6 % y el 51,9 % (promedio de 22,1 %) en los estudios de población general y entre 2,4% y 35,3% (promedio 13,4%) en estudios diagnósticos de placenta previa acreta.

Para estandarizar la definición de las categorías de PAS, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) propuso recientemente una nueva clasificación para el diagnóstico y clasificación de PAS, que incluye criterios clínicos en el momento del parto confirmados por hallazgos histopatológicos de adherencia o invasividad de las vellosidades.

Los resultados de este estudio han proporcionado evidencia de que el PAS no es un trastorno invasivo de la placentación, sino principalmente la consecuencia de la remodelación quirúrgica posoperatoria o de una patología uterina preexistente. 

Estos hallazgos han cuestionado la existencia de placenta percreta tal como la define la histopatología y la teoría de que la gravedad del PAS está relacionada con la invasividad anormal del tejido velloso. Los hallazgos histopatológicos en PAS pueden no tener mucho impacto en el manejo del paciente individual, pero son esenciales para una mejor comprensión de la epidemiología, la fisiopatología y el manejo de las EC complejas, ya sea que estén asociadas o no con una fijación placentaria anormal

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