La Sociedad Norteamericana de Ginecología Pediátrica y Adolescente (NASPAG) publicó recientemente una opinión clínica sobre cómo diagnosticar y manejar el liquen escleroso vulvar (LS) basada en una revisión de la literatura. Esta opinión clínica reemplaza las recomendaciones de NASPAG de 2014.
El LS vulvar, una afección cutánea inflamatoria crónica que a menudo afecta a las niñas prepúberes, se caracteriza por irritación y dolor vulvar, prurito vulvar, sangrado debido a fisuras cutáneas, defecación dolorosa, estreñimiento y, a veces, síntomas del tracto urinario. El LS suele aparecer como manchas de color blanco marfil o rosa, que pueden extenderse a las regiones perineal y perianal para crear una forma de “figura de 8”. Se pueden desarrollar cicatrices genitales, lo que da como resultado adherencias en el capuchón labial y del clítoris, un clítoris enterrado, pérdida o atenuación de los labios menores y estrechamiento de la abertura vaginal.
La LS generalmente se puede diagnosticar basándose en el examen clínico, seguido de un ensayo de terapia. Si el tratamiento falla o el diagnóstico es dudoso, puede ser aconsejable la derivación a un dermatólogo o ginecólogo pediátrico.
Los pilares del tratamiento incluyen el manejo de los síntomas y los corticosteroides tópicos de potencia ultra alta (UPTC), generalmente propionato de clobetasol y dipropionato de betametasona aumentado, usados diariamente o hasta que los síntomas estén controlados. Los ungüentos son preferibles a las cremas debido a su mayor penetración y menor riesgo de dermatitis de contacto. Los inhibidores tópicos de la calcineurina, a saber, pimecrolimus y tacrolimus, también se han utilizado para tratar la LS.
Muchos pacientes continúan teniendo un leve picor y malestar incluso después del tratamiento adecuado. Una buena higiene vulvar y compresas frías pueden aliviar estos síntomas.
Debido a que el LS a menudo recae, NASPAG recomienda un tratamiento de mantenimiento con un inhibidor de calcineurina tópico diario o con esteroides tópicos graduados. Si la LS no ha progresado después de 6 meses de terapia de mantenimiento, el paciente debe ser examinado anualmente durante otros 2 años antes de considerar suspender la terapia si los síntomas están bien controlados.
La opinión clínica también señaló que, aunque las UPTC pueden resolver los síntomas del prurito y el dolor, las distorsiones anatómicas a largo plazo pueden persistir, lo que genera efectos negativos sobre la función sexual y otros aspectos de la calidad de vida. Por lo tanto, los médicos deben aconsejar a las adolescentes con LS que se sometan a un seguimiento ginecológico regular.
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