La infección por virus papiloma humano, es muy común en nuestra especie, es un virus que se ha adaptado a vivir con nosotros, afortunadamente en la mayoría de las personas que han contraído la infección, ésta no tendrá consecuencias. El virus no se integra en el huésped y es eliminado.
Desde hace siglos se sabe que el cáncer del cuello uterino epidemiológicamente se comporta como una enfermedad de transmisión sexual. Ahora sabemos que la infección por éste virus es una condicion necesaria para que se produzca éste tipo de cáncer, es decir que el cáncer más frecuente del cuello uterino, se presenta sólo en personas infectadas por el virus que mantienen la infección activa.
Se dice que la infección por el virus del HPV, es una condición necesaria, pero no suficiente. ya que la mayoría de las personas que se infectan por el virus, nunca desarrollarán un cáncer, se han establecido factores de riesgo adicionales que favorecen la producción de cáncer por el virus, hábitos como el de fumar, factores hereditarios, factores sociales y culturales, factores inmunológicos, todos ellos, sabemos que predisponen a que aparezca éste cáncer, en presencia del virus.
Asi mismo existen cepas específicas del virus que interactúan peor con el huésped, las llamadas cepas de alto riesgo, estas tienen capacidad de integrarse en el código genético de las células que infectan y producen cambios en los genes, codificando unas proteínas específicas que los regulan.
La síntesis de proteínas requiere que el ADN, codifique un ARN mensajero que sale del núcleo y organiza, la síntesis proteínas. El ADN de éstos virus de alto riesgo, cuando se integra en el código genético de la célula infectada, sintetiza unas proteínas que bloquean los genes que se encargan de la muerte celular programada, un mecanismo celular necesario para que las células se regeneren. Ahora bien el cáncer no es más que un crecimiento celular indetenible y desordenado, se entiende entonces cómo la infección por HPV, puede producirlo.
La integración del virus con el genoma de la célula puede ser detectado mediante pruebas biomoleculares, una la tinción p16, que ya nos la suelen reportar los patólogos en las biopsias que tomamos. Otra prueba de este tipo es la detección de RNA mensajero para las proteínas E6 y E7 las que hablamos en el párrafo anterior, y la tercera es el estudio genético de la metilación del DNA celular que dá un patrón característico, cuando el virus se encuentra integrado.
De las tres la más fácil de obtener y rentable es la identificación del RNA mensajero, que se realiza mediante la toma una muestra del cuello uterino y se puede detectar su presencia, junto con la presencia de los virus de alto riesgo.
La importancia de poder discernir entre las infecciones que tienen el virus integrado en el genoma de las células y las que no, radica en que las primeras son las que podrían desarrollar un cáncer.
La prueba estaria indicada en:
- Pacientes con HPV+
- Pacientes con diagnóstico de Atipias de caracter incierto o lesión de bajo grado en la citologia, sobre todo en menores de 30 años donde la prevalencia de infección por HPV es poco específica para saber quién desarrollará una lesión.
- Pacientes que por algún motivo tuviesen un resultado de HPV + y una citologia normal.
- Pacientes que hayan tenido una conización y tengan persistencia de infección por HPV o lesión citologica, para prevenir reconizaciones.
- Pacientes vacunadas contra el HPV que tuviesen una infección por HPV
Si la prueba es negativa, se pueden hacer controles anuales, las que tuviesen una prueba positiva requerirán seguimiento más cercano y pruebas adicionales.
En resumen, la prueba de detección de RNA mensajero para proteínas E6 y E7, es una herramienta adicional disponible en la prevención del cáncer del cuello uterino, aumentando nuestra capacidad diagnóstica y limitando la utilización de pruebas que pueden llegar a ser incómodas para la paciente.
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