viernes, 25 de diciembre de 2020

LA IMPORTANCIA DE LA VITAMINA D PARA PREVENIR LA OSTEROPOROSIS

La disminución de los niveles de estrógenos en la menopausia es una de las causas que aumenta la falta de vitamina D en las mujeres a partir de cierta edad, en la que los riesgos de sufrir osteoporosis se incrementan. Este factor, que afecta a la hipovitaminosis D, se une a la entrada de la mujer en una edad en la que se ha observado una peor absorción de este nutriente.

La vitamina D tiene su propia función en el mantenimiento de la salud de los huesos, fundamental en la menopausia donde aumenta el riesgo de osteoporosis. El “brusco descenso” de estrógenos “puede condicionar la salud ósea al verse acelerada la pérdida de hueso”. La vitamina D tiene su propia función en el mantenimiento de la salud de los huesos, por eso en esta etapa de la vida es especialmente importante mantener unos niveles séricos adecuados de esta vitamina.

“Los estrógenos aumentan la actividad de la 1 alfa-hidroxilasa, enzima responsable para la formación del calcitriol, que es el metabolito activo. Por otro lado, esta falta de estrógenos también determina una disminución de los receptores de la vitamina D en las células que son fundamentales para que ésta realice sus funciones“.

Y entre las funciones principales de esta vitamina está la absorción de calcio y la mineralización ósea. Por lo que su deficiencia determina “una hipocalcemia” y “puede provocar enfermedades óseas como el raquitismo en los niños y la osteomalacia y osteoporosis en los adultos con un mayor riesgo de presentar fracturas”. De hecho, afirma que las fracturas osteoporósicas son tan frecuentes que se considera que una mujer de cada tres tendrá una de estas fracturas a lo largo de su vida.

Mantener unos niveles adecuados de vitamina D “hará que la salud ósea se mantenga en mejores condiciones”. Incluso “a nivel intestinal, la vitamina D es capaz de favorecer la absorción de calcio y fósforo, dos elementos indispensables para la mineralización adecuada de nuestro esqueleto mediante la formación de cristales de hidroxiapatita, un mineral de fosfato de calcio que confiere resistencia ósea”. En estas mujeres hay que valorar otros muchos factores que predisponen a la osteoporosis. “La vida sedentaria, los malos hábitos alimenticios, hábitos tóxicos, así como los antecedentes personales y familiares de fracturas osteoporóticas”, son clave.

Se señala que las fracturas de húmero, antebrazo distal, vértebra y cadera como las más frecuentes en la osteoporosis. Esta última “es la más incapacitante por condicionar la calidad de vida de quien la sufre. Puede suponer una importante causa de morbilidad y mortalidad en personas de edad avanzada”.

Es necesario conocer las necesidades de cada paciente para determinar la suplementación de vitamina D que necesitan. “En personas de edad avanzada debemos ser más ambiciosos y suplementar con vitamina D para alcanzar niveles de al menos 30 ng/ml”.

En situaciones de hipovitaminosis D en mujeres en la posmenopausia y en otros colectivos, es necesario aumentar la suplementación de 800-1.000 UI diarias que recomiendan las guías internacionales. Así, se considera que una suplementación en el rango superior de las recomendaciones de International Osteoporosis Fundation (IOF) (1.000 UI/día) aumentaría la probabilidad de los pacientes de alcanzar niveles de 30 ng/ml, en comparación con una suplementación con menor dosis. “En personas de edad avanzada debemos ser más ambiciosos y suplementar con vitamina D para alcanzar niveles de al menos 30 ng/ml”

Por otra parte, hay que salvar la falta de adherencia a los tratamientos con suplementos. Las pacientes con osteoporosis “suelen dejar inicialmente los suplementos de calcio y vitamina D antes que el tratamiento prescrito para la osteoporosis”. Por eso considera que la elección de la frecuencia de la dosis se puede basar en la mejora de esa adherencia a largo plazo. “Si existe deficiencia de vitamina D, al utilizar dosis más altas, es más cómodo y tiene mayor adherencia usarla de forma semanal, quincenal o mensual”. 

Por último, “debemos tener en cuenta qué tipo de suplemento administrar”. Hay dos tipos de suplementos de vitamina D: calcidiol o colecalciferol. El tipo de suplemento y la frecuencia de indicación se realizará en función de las necesidades y problemas clínicos asociados que presente cada paciente.

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