viernes, 17 de enero de 2020

ELECTROCARDIOGRAFIA FETAL INTRAPARTO


Resultado de imagen de electrocardiograma fetal

En el siglo pasado, algunas áreas de obstetricia, incluida la atención intraparto, han tardado en beneficiarse de los dramáticos avances en tecnología y atención médica. Aunque la monitorización de la frecuencia cardíaca fetal (cardiotocografía) estuvo disponible hace medio siglo, su interpretación a menudo difiere entre instituciones y países, su precisión diagnóstica necesita mejoras y se necesita con urgencia una tecnología para ayudar a reducir las intervenciones obstétricas innecesarias que han acompañado a la cardiotocografía.

Durante la segunda mitad del siglo XX, los hallazgos clave en experimentos con animales capturaron la estrecha relación entre la glucogenólisis miocárdica, la carga de trabajo miocárdica y los cambios ST, lo que demuestra que el análisis de la forma de onda ST del electrocardiograma fetal puede proporcionar información sobre la oxigenación del miocardio fetal y establecer La base fisiológica para el uso del electrocardiograma en la vigilancia fetal intraparto.

Seis ensayos controlados aleatorios, 10 metanálisis y más de 20 estudios observacionales han evaluado la tecnología desarrollada en base a este análisis del segmento ST de electrocardiografía fetal para monitoreo intraparto, una evaluación crítica de evidencia conflictiva y un camino a seguir. No obstante, a pesar de esta evaluación intensiva, las diferencias en los protocolos de estudio, los criterios de inclusión, las tasas de inscripción, las pautas clínicas, el uso de muestras de sangre fetal y las definiciones de los parámetros de resultado clave, así como las inconsistencias en el manejo de datos de ensayos controlados aleatorios y la metodología estadística, han hecho que esta voluminosa evidencia es difícil de interpretar. Enormes recursos gastados en ensayos controlados aleatorios no han logrado garantizar la generalización de sus resultados a otros entornos o su capacidad para reflejar la práctica clínica diaria.

El último metanálisis utilizó datos revisados ​​de ensayos controlados aleatorios primarios y datos de los ensayos controlados aleatorios más grandes de los Estados Unidos para demostrar una reducción significativa de las tasas de acidosis metabólica en un 36% (odds ratio, 0,64; intervalo de confianza del 95%, 0,46– 0,88) y tasas de parto vaginal quirúrgico en un 8% (riesgo relativo, 0,92; intervalo de confianza del 95%, 0,86–0,99), en comparación con la cardiotocografía sola.

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