martes, 15 de octubre de 2019

INCONTINENCIA URINARIA EN DEPORTISTAS



En 1896, el barón Pierre de Coubertin inauguró los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. En ese momento, las mujeres no podían participar en las competiciones, ya que los deportes en general se consideraban peligrosos para la salud de las mujeres. En los Juegos Olímpicos de París (1900), de los 997 atletas inscritos, 22 eran mujeres que competían en vela, tenis y golf. La participación de las mujeres aumentó considerablemente, y en los Juegos Olímpicos de 2016, que se celebraron en la ciudad de Río de Janeiro, casi la mitad de los atletas eran mujeres.


Sin embargo, el "eslogan" propuesto por el Barón de Coubertin durante la creación del Comité Olímpico Internacional, "Citius, Altius, Fortius" (más rápido, más alto, más fuerte), ha causado numerosos problemas a la salud de las atletas. Los ciclos menstruales irregulares o ausentes, las conductas alimentarias inadecuadas, las lesiones musculares, las fracturas por estrés y las disfunciones del piso pélvico han aumentado entre las mujeres físicamente activas.


Según este estudio, las mujeres que practican ejercicios de alto impacto y alta intensidad tienen ocho veces más probabilidades de sufrir pérdida involuntaria de orina en comparación con las mujeres sedentarias del mismo grupo de edad. Las mujeres necesitan ser educadas sobre qué tipos de actividades físicas son seguras para la salud pélvica a largo plazo.

Las mujeres que practican ejercicios de alto impacto y alta intensidad tienen ocho veces más probabilidades de sufrir pérdida involuntaria de orina en comparación con las mujeres sedentarias del mismo grupo de edad. Los deportes en riesgo de esta afección incluyen trampolín acrobático (trampolín), carrera de larga distancia, voleibol y baloncesto. A diferencia de la incontinencia urinaria de esfuerzo, en la que se producen fugas de orina durante la tos, los estornudos o el levantamiento de pesas, estas jóvenes informan el síntoma solo durante el ejercicio. Por lo tanto, el término incontinencia atlética sería el más apropiado para estos pacientes que se quejan solo durante el ejercicio físico y no pierden orina durante sus otras actividades.

La incontinencia atlética afecta a mujeres jóvenes nulíparas con un índice de masa corporal adecuado. Estas mujeres no tienen los factores de riesgo clásicos para la disfunción del piso pélvico, como la edad, la paridad y la obesidad.

La fisiopatología de la incontinencia deportiva es compleja e incluye factores biomecánicos (impacto y desplazamiento del piso pélvico durante el ejercicio), aumento de la presión intraabdominal, disminución de la disponibilidad de energía (una condición que interfiere con el control hipotalámico del ciclo menstrual, lo que lleva a hipoestrogenismo) e hipermovilidad articular.

El examen urodinámico de estas pacientes no puede reproducir la situación en la que ocurre la fuga de orina, y la prueba de almohadilla convencional es defectuosa. El entrenamiento muscular del piso pélvico puede mejorar la incontinencia atlética, pero se debe ajustar la especificidad de cada modalidad. Muchas de estas mujeres físicamente activas usan dispositivos vaginales como tampones o pesarios para minimizar la pérdida de orina. Las dietas restrictivas y el uso de suplementos lícitos e ilícitos son comunes y deben evaluarse antes del tratamiento.

Concluimos, por lo tanto, que la incontinencia atlética es una condición específica que ocurre en mujeres jóvenes y nulíparas solo mientras practican deportes. Por esta razón, debe evaluarse y tratarse de manera diferente a las otras categorías de incontinencia urinaria.

No hay comentarios: