lunes, 2 de julio de 2018

REPRODUCCION ASISTIDA. OTRAS VERTIENTES


29.366 niños han nacido en España gracias a la reproducción asistida. Los datos, proporcionados por la Sociedad Española de Fertilidad, son de un solo año, de 2015, y se prevé que se hayan incrementado en los tres últimos ejercicios.

Las parejas que llevan tiempo tratando de lograr el embarazo de manera natural, llegan a la consulta de fertilidad no sólo con temores, sino también con mucha negatividad y con proyecciones pesimistas hacia el futuro. Es vital, aseguran los terapeutas, disipar las dudas sobre las garantías del tratamiento, así como tratar de que lo vivan con tranquilidad, no sólo por su bienestar, sino por el éxito final. Según la SEF, el estrés es el causante de abandono en el 60% de los casos, mientras que la Sociedad Americana de Infertilidad advierte en un estudio que las pacientes que se someten a un tratamiento con altos niveles de estrés ovulan menos y tiene más posibilidades de aborto.

Dependerá del tratamiento indicado el proceso reproductivo. La Fecundación In Vitro, la técnica más empleada y que consiste en la extracción de óvulos y semen para su posterior fecundación en un laboratorio, es la que puede ser más larga, aproximadamente un par de meses. Lo más «pesado» para la mujer suele ser el proceso de estimulación ovárica, común tanto en esta técnica como en la Inseminación Artificial y en la Vitrificación de Óvulos. Este tramo del tratamiento, que incluye la medicación para producir más óvulos, dependerá de cada mujer, de su reserva ovárica y de su edad. Desde los años 90 el proceso se ha simplificado para que la paciente pueda administrarse la medicación que, por otra parte, es más efectiva y se tolera muy bien.

Resulta inevitable que los problemas de infertilidad, en los que interviene la relación sexual, se trasladen a la clínica. Se percibe ese ambiente sanitario como hostil, por lo que, aquí de nuevo, resulta de innegable ayuda la atención psicológica. El proceso es duro y los futuros padres o la madre soltera necesitan no apoyo y compañía, sino a alguien con las herramientas profesionales para gestionar el malestar.

El hecho de que los gametos puedan proceder de una tercera persona externa a la pareja también puede tener repercusiones a nivel de sentimientos; impotencia, incapacidad, frustración o angustia. En el caso de los hombres estos sentimientos se agravan debido a que si los gametos de donante son masculinos, el futuro padre puede sentirse aislado o arrinconado ya que su aportación respecto al futuro bebé no podrá cuantificarse a nivel “genético”. También hay que tener en cuenta que cuando el donante es un hombre, el miembro masculino de la pareja también puede ver atacada su virilidad, su auto concepto y su autoestima. Los terapeutas ayudan a la pareja a pasar por este proceso, y a vivir y a disfrutar de la paternidad y maternidad en los máximos niveles emocional y psicológico.

La Ley de Reproducción Asistida garantiza no sólo el anonimato total de los donantes, sino también el perfecto estado de salud del material genético que se recibe: óvulos y semen. Ni los futuros donantes ni sus familiares cercanos pueden padecer malformaciones congénitas o hereditarias. Los futuros padres no sabrán quien les ha ayudado en el tratamiento, pero sí que está sano y que posee un perfil afín, ya que a la hora de elegir donante se tiene en cuenta la similitud fenotípica como la raza, altura, el tono de piel, el color, textura del cabello o el color de los ojos.

El alto riesgo en la gestación no está ligado a la reproducción asistida, sino a patologías previas de la madre como diabetes, cáncer, hipertensión, problemas renales, epilepsia, infecciones o malformaciones en el útero. También son peligrosas la obesidad y las enfermedades crónicas, entre otros. El único factor a tener en cuenta es la posibilidad de embarazo múltiple en la reproducción asistida, por la doble implantación embrionaria para garantizar el embarazo. Este tipo de gestaciones, eso sí, siempre requieren más controles y mayor vigilancia.

En absoluto, los niños nacidos por reproducción asistida no tienen ningún riesgo de tener más problemas de salud que los nacidos de forma natural. En el caso de la vitrificación de óvulos o el DGP, sería justo al contrario. Existiría la posibilidad de garantizar una mejor salud al futuro bebé puesto que a la hora de implantar los óvulos congelados estos son de mejor calidad. En el caso del Diagnóstico Genético Preimplantacional para tratamientos de FIV, se implantan los embriones sanos con el objetivo de impedir que el bebé padezca enfermedades genéticas evitables.

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