viernes, 15 de junio de 2018

VARIACIONES DE LA FLORA VAGINAL

Resultado de imagen de microbiota vaginalTodas las mujeres cuentan con una flora vaginal propia, fundamental para el correcto estado de salud. Ésta varía a lo largo de la vida, en función de la etapa de la vida de la mujer (infancia-adolescencia-edad adulta-menopausia), y del proceso en el que se encuentre, de si está embarazada, de si ha superado una infección y de si ha tomado una serie de fármacos.

Se ha demostrado que en la etapa fetal esta microbiota pueden estar en la sangre, en el meconio, y en el líquido amniótico. Parece que intraútero se empieza a colonizar, y que va variando a lo largo de la vida, y de la edad. Las niñas tienen una composición, en la edad fértil empieza a desarrollarse y, dentro de ésta, también cambia en función de la fase del ciclo, además de modifcarse también durante el embarazo y luego en la menopausia.

Se trata de microorganismos que, de forma natural, se encuentran en la vagina de toda mujer, y sin causar ningún daño. Conforman lo que se conoce como el 'ecosistema vaginal', fundamentalmente bacterias del grupo de 'lactobacillus'. Actualmente se denomina también a la flora vaginal como 'microbiota vaginal'. Puede haber hasta 100 tipos diferentes de bacterias lactobacillus en ella, aunque unas son más predominantes que otras. Aunque también de manera natural puede haber otras bacterias o hongos que estén ahí sin hacer daño, pero que cuando se desajustan las proporciones puede surgir el problema.

La microbiota vaginal en función de la etapa de vida de la mujer puede variar:
  •  En la niñez, y antes de la menstruación, las bacterias que se encuentran en la vagina son parecidas a las que hay en la piel, bacterias que hay en la zona del perineo o en la zona intestinal.
  • Cuando aparece la menstruación proliferan otro tipo de bacterias, tipo lactobacillus, ante una mayor secreción. Pueden variar a lo largo del ciclo, primero por la acción de los estrógenos y después de los progestágenos. Además, el ph vaginal también varía ante el ph de la menstruación. El mismo efecto de arrastre de la sangre hace que se cambie también la flora vaginal.
  • En el embarazo no hay esta acción de la menstruación y no se producen los efectos de arrastre, pero sí se incrementa el ph vaginal por mecanismos bioquímicos, que pueden inducir a mayores desequilibrios en la misma, por lo que conviene prevenirlos.
  • En la menopausia se vuelve al mismo estado de la niñez, y disminuye el flujo hormonal en la vagina y aparecen cambios en la microbiota. Disminuye mucho la cantidad de microorganismos, lo normal, según se calcula, es que ésta pasa de unos diez millones de microbacterias por mililitro a un uno por ciento o menos de éstas durante la menopausia.
Es fundamental cuidar de la flora vaginal para evitar la proliferación de patógenos. En este sentido, señala que una de sus funciones se basa en la fabricación de moléculas de defensa inmunitaria, y dice que también se encarga de la bajada del ph vaginal para evitar la proliferación de estas bacterias.
Por otro lado, hay muchos factores que pueden alterar la flora o microbiota vaginal, como cualquier irritante a nivel de vulva o de vagina, como puede ser el caso de jabones detergentes o de suavizantes, así como papeles higiénicos de colores, o geles de baño o de ducha muy fuertes.

Tanto la falta como el exceso de higiene no son buenos, a la vez que se llama la atención sobre la depilación o rasurado, que pueden afectar a la flora vaginal, así como al uso de los tampones, sobre todo si van asociados a sustancias químicas de perfume. Igualmente, el uso de ropa ajustada o de tejidos sintéticos; a la humedad muy mantenida, por ejemplo en verano en las piscinas con los bañadores, o como consecuencia de un ejercicio excesivo; o por prácticas deportivas como el ciclismo, o la equitación, por ejemplo.

Para prevenir infecciones de la flora vaginal es fundamental evitar estos factores de riesgo antes mencionados, y evitar también factores químicos, como los antibióticos de amplio espectro, los tratamientos con corticoides, o incluso el tabaco, que puede favorecer la aparición de infecciones.
Según indica, la infección más frecuente que tiene lugar cuando la microbiota vaginal 'falla' es la candidiasis. El empleo de probióticos y prebióticos cree que puede ser favorable a la hora de 'repararla', así como el uso de jabones específicos para la zona con antisépticos o aceites esenciales de tomillo y de salvia. El yogur natural puede ser útil en estos casos, no sólo su ingesta, incluso su aplicación en la zona de la vagina.

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