jueves, 10 de mayo de 2018

VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO


El virus del papiloma humano (VPH) es el causante de la infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo. El virus del papiloma humano (VPH), perteneciente al género de los Papilomavirus, puede presumir de grandes cifras: se conocen más de 100 tipos distintos, unos 40 pueden causar infección y hasta tres cuartas partes de la población se contagiará de VPH alguna vez en su vida. De ahí que sea el virus de transmisión sexual más frecuente en todo el mundo.
 
La transmisión del VPH se produce principalmente mediante contacto directo de la piel y las mucosas durante la relación sexual. Aunque se trata de un virus muy común en la población sexualmente activa, la infección suele ser asintomática (en más del 80% de los casos) y desaparece de forma espontánea sin necesidad de tratamiento en un periodo de 6 a 24 meses.
 
La prevalencia de este virus se sitúa en el 14% entre las mujeres de 18 a 65 años, según los datos del estudio CLEOPATRE, realizado recientemente en España. El porcentaje aumenta en la franja de edad comprendida entre los 18 y 25 años, en la que alcanza el 29%. La incidencia del virus en los hombres es más variable y depende tanto de la muestra analizada como de las prácticas sexuales. Según un estudio, la prevalencia global en hombres era del 38%, siendo más alta en varones homosexuales y universitarios, y alcanzaba el 80-90% entre las personas homosexuales con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
 
Pero la infección por el VPH también puede complicarse y provocar desde verrugas y condilomas genitales, hasta displasia y cáncer de cérvix en la mujer, así como cáncer de la zona anal y genital tanto en hombres como en mujeres.
 
Para prevenir la infección y reducir el riesgo de contagio por el VPH, pueden adoptarse diversas medidas:
  • Uso de preservativo. Es recomendable, aunque sólo evita la infección en un 60-70% de los casos, debido al contacto de zonas genitales no cubiertas por el preservativo o a un uso inadecuado de él.
  • Programas de cribado periódico de prevención de cáncer cervical. Esta medida ha permitido reducir la morbilidad y la mortalidad por cáncer de cérvix en más de un 75% de las mujeres. Se realiza mediante citología y/o determinación del VPH en una muestra cervical. En los últimos años, también se han puesto en marcha programas de cribado de cáncer anal en varones homosexuales con infección por VIH, debido a la elevada prevalencia de la infección por el VPH asociada a un mayor riesgo de cáncer anal, aunque todavía no hay suficiente evidencia científica sobre su efectividad.
  • La vacunación preventiva. El calendario vacunal actual incluye la vacuna frente al VPH para las niñas de 11 a 14 años, y aconseja informar a las familias con hijos varones de la posibilidad de su administración. Además, se recomienda la vacunación de adolescentes y mujeres hasta los 26 años. Las vacunas disponibles han demostrado una eficacia muy elevada para la prevención de lesiones genitales precancerosas (cervicales, vulvares y vaginales) y del cáncer cervical en mujeres, así como en verrugas genitales en hombres y mujeres, y en lesiones anales premalignas y cáncer anal en ambos sexos.

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