miércoles, 27 de diciembre de 2017

RIESGOS DE LA CIRUGIA VAGINAL CON MALLAS

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En este verano 2017 se ha publicado el informe sobre los riesgos que tiene la cirugía vaginal con aplicación de la malla vaginal, el cual llevaba elaborándose recopilando información desde hacía 2 años. El documento, redactado por la Sociedad británica de Uroginecología y los elaboradores de las Guías NICE (de referencia sobre protocolos de actuación de excelencia) , entre otros, habla sobre los inconvenientes que tiene la malla vaginal (introducción de un implante de polipropileno).

No obstante, se ha elaborado este documento recopilatorio porque no es el primer informe que se hacía al respecto: ya en 2008 en EEUU se hacía patente la controversia frente a las mallas vaginales por constatarse a la FDA 1000 casos de complicaciones y secuelas. De hecho, se ha elaborado este informe tras constatar que las mujeres no contaban con la suficiente información sobre las complicaciones. Para ellas era un método rápido para solucionar su problema y hacer un “rejuvenecimiento de su vagina” sin llegar a tener que hospitalizarse.

La cirugía vaginal suele realizarse para tratamientos frente a problemas como incontinencia o ante prolapsos pélvicos, los cuales suelen sufrirse tras la maternidad por debilidad de los músculos del suelo pélvico (aunque pueden haber otras causas, como la práctica reiterada de deportes de impacto o tras otras intervenciones quirúrgicas como histerectomía).

La intervención con malla vaginal se ha ido desarrollando y perfeccionando en los últimos años, ganando adeptos porque es interpretada como un “método fácil, rápido y sencillo de recuperarse ante las pérdidas de orina o los prolapsos”. En el fondo, el planteamiento no es incorrecto, ya que en gran número de casos se ven los resultados de inmediato (sin tener que permanecer hospitalizada varios días para la recuperación).

Pero lo que genera controversia es que se plantee como primera opción/solución terapéutica, olvidando las complicaciones y que existan alternativas menos cruentas. Aunque en muchos casos la cirugía vaginal se desarrolla correctamente y sin complicaciones, hay que tener en cuenta que sigue siendo una operación quirúrgica y, como tal, puede tener complicaciones y secuelas (no por ser realizada rápidamente no tiene complicaciones postquirurgícas).

Algunas de las complicaciones son:

1º Dolores crónicos: Se han registrado como efectos secundarios a la cirugía vaginal problemas como dolores crónicos. Solamente en el primer semestre de 2017 se registraron en Inglaterra 800 casos de denuncias de mujeres intervenidas con malla vaginal con esta secuela, siendo aproximadamente 1 de cada 11 de las mujeres operadas.

2º Alteración de la función sexual: A causa del dolor crónico, muchas de las mujeres comentaban problemas en las relaciones sexuales, cursando incluso con sangrado. De hecho, tras la aplicación de la malla vaginal para ellas es díficil volver a tener relaciones con sus parejas.

3º Otras secuelas frecuentes de las mallas vaginales son:

-Infección vaginal

-Problemas urinarios

-Perforación de un órgano

-Erosión de la malla vaginal a través de la vagina.

Cuando se habla a nivel médico de opciones de tratamiento, en ningún tipo de patología suele ser la cirugía la primera opción terapéutica, y más aún en este caso en el cual se constatan tantas complicaciones. La realidad es que la cirugía (hablando en general, no solo a nivel vaginal) suele usarse en casos en que no funcionan otros tratamientos como pueden ser los preventivos (hábitos saludables, ejercicio,…) u otros paliativos pero menos invasivos (como es la fisioterapia o, en segundo lugar tratamientos como la medicación).

Lo que ocurre es que en el caso de la cirugía vaginal se ha extendido rápidamente su aplicación por el desconocimiento de las complicaciones y la falta de implicación para la prevención de esas secuelas tan comunes como es la incontinencia o los prolapsos (hasta ahora, muchas mujeres los aceptaban como “típicos de la vejez” quedando resignadas a usar compresas de por vida o, incluso, a no tener relaciones sexuales por los prolapsos avanzados).

Algunas medidas preventivas son:

1. En todos los casos en los cuales exista riesgo, evitar la debilidad muscular es importante (a través de ejercicios de Kegel y ayudándose con otras técnicas).
2.También conviene cuidar los hábitos que puedan perjudicar o someter a esfuerzos la musculatura, como puede ser evitar el estreñimiento, hidratarse correctamente,….
3. Además, según el proceso predisponente, también se puede actuar sobre él:

-En la maternidad: ya en la fase del embarazo puedes acudir a un centro especializado preparto y hacer ejercicios enfocados a evitar lesiones (algunas disciplinas útiles pueden ser Pilates o el metodo 5p) además de practicar el masaje perineal,…

Tras dar a luz, aunque no se tengan secuelas conviene “darle un empujón” al proceso de recuperación. Para ello puede ser útil realizar ejercicios seguros para tu suelo pélvico, como son la gimnasia abdominal hipopresiva.

Si además has sufrido alguna secuela, ponte cuanto antes en tratamiento para evitar que se prolongue. Piensa que una episiotomía mal curada, por ejemplo, puede crear adherencias cicatriciales. Incluso tener hemorroides en el postparto puede provocar que durante varios meses hagas ·esfuerzos innecesarios” en el aseo, perjudicando a tu periné.

-Si se practican deportes de impacto, puede ser recomendable compensar no solo con los ejercicios perineales, sino tratar de proteger la zona (un ejemplo sería el uso de un cinturón pélvico que estabilice la pelvis cuando se practica running).

En los últimos años también han salido nuevas ayudas para ejercitar el suelo pélvico que hacen que el ejercicio sea más sencilla (tanto de integrar para saber hacerlo correctamente, como para evitar volverse perezosa y abandonar antes de tiempo). Además, también han salido al mercado nuevos pesarios o dispositivos urinarios que permiten que mejore la calidad de vida y autonomía de la mujer considerablemente.

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