martes, 20 de junio de 2017

CONSIDERACIONES A TENER EN CUENTA ANTES DE LA CIRUGIA DEL PROLAPSO DE ORGANOS PELVICOS

Es raro tener un defecto aislado.
• A veces, el prolapso uterino que vemos en la clínica, es un grado más leve que el prolapso uterino real.
• Es fundamental valorar cada compartimento del suelo pélvico antes de recomendar una reparación. Todas las áreas de debilidad en el suelo pélvico deben ser evaluadas y contabilizadas antes de planificar la cirugía (Teoría integral de Ulmsten y Petros).
• Cada vez más, las mujeres bien informadas, se presentan en consulta por las consecuencias de un fallo en la reparación del prolapso, sólo para descubrir que se sometieron a una reparación de cistocele y rectocele vaginal (colporrafia anterior / posterior), sin abordar el ápex (parte superior de la vagina o el útero) .
Añadir un McCall siempre después de las histerectomías. La obliteración preventiva, profiláctica, de un saco de Douglas profundo mediante suturas circulares (Moschowitz) o verticales (Halban) es recomendada por los ginecólogos cuando realizan, por vía abdominal, una intervención de Marshall o de Burch. Este tratamiento “obliterativo” es válido también como terapéutico en enteroceles congénitos o por pulsión sintomáticos.
Conservación del útero si no patología. Una histerectomía no es necesariamente una parte obligatoria de la reparación quirúrgica porque varios tipos de suspensiones uterinas se pueden realizar a través de la vía abdominal o vaginal. Y además en la cirugía con mallas parece ser que los resultados son peores. Sin embargo, por razones prácticas y no otras, el útero se elimina frecuentemente para proporcionar un mejor acceso a los puntos de reunión apical, particularmente los ligamentos uterosacro, cardinal, sacrospinoso y sacro anterior.

Se debe formular un plan quirúrgico claro en todos los casos. Otras preguntas que deben ser respondidas incluyen si la operación se realizará por vía abdominal, vaginal,transrectal, o laparoscópica/robótica y si se deberá realizar una histerectomía. A priori se puede consensuar con la paciente el plan quirúrgico pero en ocasiones hay que variarlo sobre la marcha dependiendo de los hallazgos intraoperatorios.

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