martes, 9 de mayo de 2017
NUECES Y OMEGA3. EL SECRETO DE LA MEJORA DE LA FERTILIDAD
Recientes estudios demuestran que una dieta saludable, rica en ácidos grasos y en antioxidantes mejora la calidad del esperma. En el caso de las mujeres, el consumo de ácido fólico resulta esencial incluso desde antes del embarazo.
Ser padres es un deseo vital para muchas personas. Sin embargo, hay ocasiones en las que la genética y los problemas de salud se cruzan en el camino y complican esta hermosa tarea. De hecho, la infertilidad afecta al 15% de todas las parejas en edad reproductiva, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que los factores masculinos, como la disminución de la calidad del semen, son los responsables de aproximadamente un 25% de estos casos. Y ahí juega un papel decisivo la alimentación, pues un reciente estudio realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición, Ciberobn, confirma que una dieta saludable mejora la calidad espermática.
Cuando una pareja decide lanzarse a la aventura de buscar un bebé, cuidar la alimentación es uno de los primeros requisitos que hay que cumplir. Los resultados de este estudio demuestran que una dieta saludable, rica en algunos nutrientes como los ácidos grasos omega-3, algunos antioxidantes (vitamina E, vitamina C, carotenos, selenio, zinc, criptoxantina y licopeno), otras vitaminas (vitamina D y folato) y un bajo consumo de ácidos grasos saturados y ácidos grasos trans se asocian a una mejoría de la calidad espermática. En esta línea, un reciente estudio ha demostrado que consumir 75 gramos de nueces al día reduce la peroxidación lipídica que daña los espermatozoides y mejora la movilidad y la morfología del esperma.
Ademas de las nueces, en la dieta de la fertilidad no debe faltar el consumo de pescado, marisco, pollo, cereales, verduras, fruta y lácteos bajos en grasas, pues también se asocian a una mejor calidad del semen. Por el contrario, un consumo excesivo de carnes rojas y procesadas, alimentos ricos en soja, dulces y bebidas edulcoradas, ciertos lácteos enteros y la ingesta de alcohol y cafeína se asocian, en algunos estudios, con una disminución de la calidad espermática.
Pero si la dieta es decisiva en el varón, más aún lo es en la mujer. Mantener un peso adecuado antes y durante el embarazo es crucial. Si desea quedarse embarazada, la fertilidad es más sencilla en mujeres cuyo peso es el saludable. Por eso, mantener una actividad física regular y tener unos hábitos culinarios correctos (prefiriendo opciones más ligeras y menos grasas) son otros puntos a tener en cuenta. Y nada mejor para cocinar y aderezar que el aceite de oliva virgen.
Una vez iniciado el embarazo, las recomendaciones nutricionales no deben diferir demasiado de las habituales para mantener una dieta suficiente, variada y equilibrada, es decir, nuestra alabada dieta mediterránea. El feto es un producto del organismo materno y su crecimiento se hace a expensas de las reservas de la madre. Una dieta correcta en la mujer supone una alimentación adecuada para el feto en crecimiento. Es importante saber la necesidad de asegurarse la ingesta de 400 µg de ácido fólico. Los alimentos y bebidas que aportan más ácido fólico son: judías, garbanzos, hígado de ternera, zumo de naranja, leche de vaca y cerveza (siempre sin alcohol durante el embarazo y la lactancia).
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