El prolapso de órganos pélvicos (POP) o descenso de las vísceras pélvicas que hernian a través de la vagina, es una condición muy común, ocurriendo en el 40-60% de las mujeres que han parido.
El riesgo de una mujer de tener una cirugía por prolapso de órganos pélvicos es del 12 al 19%, es la indicación para más de 200.000 cirugías en los Estados Unidos anualmente.. El prolapso es la razón más común por la cual las mujeres posmenopáusicas tienen una histerectomía y representa entre el 15-18% de las histerectomías en general. Supone hasta un 30% de la cirugía mayor ginecológica en nuestro entorno. Un 11,8 % de las mujeres es intervenida por prolapso genital a lo largo de su vida. En una revisión de 149.544 mujeres, Olsen et al hallaron un riesgo de cirugía de 11,1% en el prolapso de órganos pélvicos.
El riesgo de una mujer de tener una cirugía por prolapso de órganos pélvicos es del 12 al 19%, es la indicación para más de 200.000 cirugías en los Estados Unidos anualmente.. El prolapso es la razón más común por la cual las mujeres posmenopáusicas tienen una histerectomía y representa entre el 15-18% de las histerectomías en general. Supone hasta un 30% de la cirugía mayor ginecológica en nuestro entorno. Un 11,8 % de las mujeres es intervenida por prolapso genital a lo largo de su vida. En una revisión de 149.544 mujeres, Olsen et al hallaron un riesgo de cirugía de 11,1% en el prolapso de órganos pélvicos.
Es difícil determinar la
prevalencia de POP en las mujeres ambulatorias, ya que la mayoría de los casos
de POP son leves, y el prolapso más allá del introito vaginal ocurre en menos
del 5% de los casos. Las mujeres ambulatorias tienen una tasa de prevalencia reportada de prolapso de órganos pélvicos del 30-93%. Los datos sobre mujeres sintomáticas con prolapso son algo más
robustos. El prolapso de la pared vaginal anterior es el tipo más común.
El riesgo de
padecer esta complicación se asocia a problemas en la musculatura de la zona de
la pelvis, que envuelve y sujeta el sistema genital, urinario y rectal, pero
varios estudios apuntan ya al carácter hereditario como un nuevo punto de
riesgo. Así, las mujeres en cuyas familias hayan existido casos similares o de
hernias, reúnen más posibilidades a la hora de desarrollar este tipo de
problema. Una investigación que fue llevada a cabo en la Escuela de Medicina de
la Universidad de Sant Louis (EE UU) demostró que los antecedentes familiares
elevaban hasta 1,4 veces el riesgo de padecer prolapso. En general, si tu padre
ha tenido una hernia o tu madre un prolapso, las posibilidades de sufrir esta
complicación son muy altas, por lo que las mujeres deben realizarse chequeos
para controlar, prevenir y abordar la situación, antes de que aparezcan las
molestias.
Las
estimaciones sostienen que actualmente un 25 % de las afectadas por este problema, no acude
al médico. Muchas mujeres evitan los tratamientos e incluso explicar su
situación porque a ellas esta situación tabú les provoca vergüenza y piensan
que se convertirá en algo que no tiene solución. Se prevé que el número de mujeres que buscan atención para el prolapso de órganos pélvicos aumentará en un 45% en el segundo decenio del siglo XXI (Shaw).
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