Según la doctora Debby Herbenick, coautora del libro "Lee mis labios: guía completa de vagina y vulva", estos son los 6 embustes más escuchados en el consultorio de un ginecólogo.
    1-Mi vida sexual es excelente:
    No debes sentirte avergonzada de contarle a tu ginecólogo si te sientes irritada, dolorida, o sufres de infecciones vaginales después de tener relaciones. Hay causas meramente físicas que pueden corregirse con receta médica. Por ejemplo, la irritación puede ser el resultado de falta de lubricación por un anticonceptivo que esté afectando tus hormonas. Con cambiarlo será suficiente. Y, por supuesto, hay maneras de evitar y/o curar las infecciones vaginales. 
    2-Sin condón, jamás:
    Que se rompió, que él se lo puso mal, que ya no les quedaba ni uno y decidieron arriesgarse, o que en una noche loca tuviste intimidad con alguien a quien acababas de conocer y no recuerdas si lo hicisteis con protección. A tu ginecólogo no tienes por qué darle detalles, pero sí contarle lo que sucedió para que pueda descartar, a través de los análisis correspondientes más allá del Papanicolau, la presencia de alguna enfermedad de transmisión sexual y prevenir un embarazo no deseado. 
    3-No, yo no fumo:
    Según Leslie A. Phillips, ginecóloga del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte de Texas, las mujeres que fuman y usan anticonceptivos hormonales tienen más posibilidades de producir coágulos de sangre. Además se asegura que los cigarrillos también afectan tu sistema inmunológico y te hacen más vulnerable a lesiones relacionadas con el virus del papiloma humano, como verrugas genitales y cáncer cervical. También hay estudios que relacionan el tabaquismo con infertilidad y riesgos de aborto. Y aunque no seas fumadora de oficio, es bueno que menciones el hábito si lo tienes.
    4-Me tomo la pastilla todos los días:
 Hasta a la mujer más organizada se le olvida alguna vez tomar la píldora, pero si te ocurre en más de una ocasión por ciclo, ocultárselo a tu ginecólogo es perjudicarte a ti misma. No solamente aumentas el riesgo de quedar embarazada, sino que además te pierdes la oportunidad de ensayar un método anticonceptivo que resulte más conveniente para ti. Hay muchos anticonceptivos en el mercado. En el caso de las olvidadizas el anillo es más cómodo porque lo dejas puesto tres semanas seguidas. También en estos casos se recomiendan las inyecciones que son efectivas durante tres meses, y siempre están los dispositivos intrauterinos, DIU, que pueden durar hasta 5 años.
    5-Nunca he tenido una infección:
Tu ginecólogo no te va a juzgar por ello. Es importante que le cuentes si tuviste alguna vez herpes o papiloma para que te recete los fármacos que te van a ayudar a calmar las molestias asociadas o a evitar que se repitan con frecuencia. Infecciones adquiridas en tu vida sexual pasada como clamidia y gonorrea también deben ser informadas aunque se hayan curado con antibióticos, pues sus secuelas podrían haber aumentado tu riesgo de infertilidad.
    6-¿Sexo anal? Yo, nunca:
Cada pareja busca el placer sexual a su manera. Y aunque sientas que tu ginecólogo es un intrépido al preguntar si tienes sexo anal, tema que aún se considera tabú, sé sincera y no le mientas aunque tu primera reacción sea negarlo. Las mismas enfermedades de transmisión sexual que puedes contraer por la vagina, también se contagian por vía anal. Y para esto y todo lo anterior, debes hablar.
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