Por eso, a medida que el peso aumenta por la parte delantera, se vuelve necesario cuidar la espalda para prevenir esta situación haciendo ejercicios específicos y vigilando la postura. Entre las medidas más importantes a adoptar se encuentran aquellas centradas en el control de la dieta y la práctica de ejercicio físico.En lo que se refiere a la alimentación es fundamental llevar unas pautas saludables que eviten coger más peso del que se debe.
En cuanto al ejercicio físico, se recomienda que las mujeres salgan a caminar durante media hora o una hora al día. También realizar ejercicios suaves para estirar la espalda (por ejemplo la postura del gato) y mantenerse erguida, con los hombros hacia atrás y el trasero hacia dentro, dirigiendo el coxis hacia delante. De esta forma se evita sobrecargar la espalda y adoptar una postura perjudicial para la columna.
Disciplinas como el PILATES o el YOGA son idóneas igualmente para aquellas mujeres embarazadas con dolores de espalda. Además serán muy útiles durante el parto. Los ejercicios que se practican mejoran la postura fortaleciendo los músculos de la espalda y del abdomen. Asimismo proporcionan flexibilidad y equilibrio, a la vez que aumentan la sensación de bienestar, aliviando la tensión y los dolores musculares.
Si bien, hay ocasiones en que el dolor lumbar impide seguir estas indicaciones. En estos casos se recomienda el uso de fajas específicas para el embarazo, que sujeten la zona lumbar sin presionar al feto.
También la aplicación de calor local sobre la zona lumbar puede aliviar las molestias, gracias a la sensación de relajación debida a su efecto descontracturante.
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