En un reciente estudio, Parker y cols. encontraron que un gen llamado IRF7 se inhibe en los pacientes cuyo cáncer se disemina a otras partes del cuerpo (metástasis). IRF7 controla la producción de interferón, un tipo importante de proteína inmune que combate los virus y bacterias aparte de las células tumorales.
La pérdida de IRF7, evita la estimulación de la respuesta inmune y permite a las células cancerosas esconderse para no ser reconocidas. Variando la localización del gen en las células cancerosas se evitaban las metástasis al no ser reconocido y por lo tanto mantenerse intacta la respuesta de interferón. La otra forma es tratamiento con interferón, el cual está disponible para el tratamiento de otras enfermedades, como la hepatitis. Esto también impedía la propagación del cáncer de mama.
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