martes, 23 de mayo de 2023

METEORISMO DURANTE LA MENOPAUSIA. (PARTE 2)

Pero ¿todas las mujeres en la menopausia tienen gases?

Pues bien, lo cierto es que un elevado porcentaje de mujeres que tienen entre 45 y 55 años sufre molestias durante la menopausia según un estudio de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), aunque cabe destacar también que hay mujeres que apenas perciben sintomatología menopáusica. Es importante, no obstante, que a pesar de que no todas las mujeres tengan síntomas o bien padezcan gases en esta etapa no dejen de hacer ejercicio físico moderado y regular, tengan unos hábitos de alimentación saludables y presten especial atención a la retención de líquidos.

Además, la menopausia también puede causar cambios en la flora intestinal, lo que puede afectar la digestión y la absorción de nutrientes.
  • La aerofagia, que consiste en la deglución espasmódica de aire y posterior eructo, con la intención de aliviar la sensación de hinchazón o distensión abdominal.
  • La flatulencia, que es la distensión del estómago o del intestino por aire o gases.
  • El meteorismo, que consiste en la eliminación de gases por el ano mediante ventosidades para disminuir la distensión abdominal que dichos gases producen.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

La flatulencia y el meteorismo dejan de ser fisiológicos cuando se asocian a hinchazón y/o dolor abdominal. No siempre los pacientes con molestias tienen una mayor cantidad de gas en el intestino. Muchas veces lo que sucede es que producen y expulsan el gas con rapidez.

Esta alteración en la motilidad intestinal no deja tiempo para que se absorban los gases que se acumulan en el intestino, de modo que éstos producen una distensión en las paredes de la cavidad intestinal, ocasionando dolor.

En un gran porcentaje de los casos estas molestias se deben a una ingestión demasiado rápida de los alimentos, al estrés nervioso que altera la motilidad intestinal (por lo que no se hace una correcta digestión) o al consumo de alimentos flatulentos.

No obstante, si la propensión a tener gases es continua, será necesario un examen médico exhaustivo para descartar parasitosis intestinales, intolerancia a la lactosa, síndrome de malabsorción --especialmente de hidratos de carbono y grasas-- u otras enfermedades.

ETIOLOGÍA

En condiciones normales el volumen de gas intestinal se estima en 200 ml, sin variaciones en ayunas respecto a los períodos posprandiales, ni tampoco, y este hecho es muy relevante, entre pacientes con meteorismo y controles sanos.

Este gas en su mayor parte está compuesto por N2, H2, CO2 y CH4 (metano), en proporciones considerablemente variables; tanto inter como intrapersonales ( en función de la edad, dieta, etc.). También hay una pequeña proporción de sulfhídrico, amoníaco, mercaptán y algunas aminas volátiles, resultado de la fermentación bacteriana, que son responsables del mal olor.

El gas intestinal procede de tres fuentes básicas:
  • Deglución del aire atmosférico (aerofagia). Con cada deglución de alimentos o de saliva se introducen varios mililitros de aire en la cavidad gástrica; una parte se expulsa al exterior por la boca en forma de eructos y otra por el ano, una vez atravesado el intestino. El aumento en la deglución de aire puede deberse a varias causas: al consumo de alimentos con elevado contenido gaseoso (tabla I) o de bebidas carbónicas, al aumento de la producción de saliva por masticar chicle o caramelos, por alteraciones dentales u otorrrinolaringológicas, estados de ansiedad, depresión u otros.
  • Producción intestinal. Son gases de distinta procedencia, proceden de la neutralización del ácido clorhídrico gástrico por el CO3H salivar, pancreático y biliar, como es el caso del CO2; de la fermentación bacteriana de polisacáridos con producción de H2 y metano, que en condiciones normales y en su mayor parte se difundirán a la sangre y se eliminarán por el aire espirado y el N2 que pasa de la sangre al colon por difusión para ser eliminado.
  • Difusión a partir de la sangre. Sólo tiene cierta importancia en grandes alturas (escaladores, astronautas).
Este gas intestinal tiene varias formas de presentación:

En resumen, se puede decir que para que se produzca aerofagia debe existir una deglución excesiva de saliva y, por tanto, de aire, que puede deberse al estrés, la ansiedad, una desviación del tabique nasal, una obstrucción nasal (rinitis, congestión, etc.) o hábitos como fumar y mascar chicle.

La presencia de gases empeora el dolor en ciertas enfermedades (hernia de hiato, ulcus péptico, colecistopatías o colon irritable). Puede tener su origen en malos hábitos higiénicos como comer demasiado deprisa (taquifagia), y en el consumo de bebidas gaseosas o alimentos flatulentos.

PROTOCOLO DE TRATAMIENTO

El concepto de tratamiento no se refiere únicamente a un tratamiento farmacológico, sino también a otras medidas higienicodietéticas encaminadas a mejorar los síntomas. Además, nunca se debe iniciar el tratamiento farmacológico sin advertir al paciente de la importancia de evitar aquellos agentes que causan sus molestias, una vez identificados.

Tratamiento no farmacológico. Debido a que estos trastornos son generalmente producidos por unos hábitos dietéticos erróneos a menudo basta con hacer una serie de cambios en dichos hábitos para aliviar el problema. Es importante que el farmacéutico aconseje al paciente sobre las pautas a seguir para corregir los hábitos perjudiciales. Las recomendaciones serían:
  • No comer demasiado ni demasiado deprisa.
  • No comer bajo presión emocional.
  • No hablar ni reírse al comer.
  • No beber directamente de latas ni botellas.
  • Evitar alimentos flatulentos. Si fuera necesario incrementar la ingesta de fibra, deberá hacerse de forma gradual para facilitar su asimilación. En el caso de que ya consuma una gran cantidad y ésta le produzca flatulencia, puede recomendarse una disminución brusca para ir reintroduciéndola paulatinamente.
  • No fumar ni mascar chicle.
  • No acostarse después de comer. Es mejor dejar un tiempo para hacer la digestión e incluso pasear un poco.
  • Prestar atención a defectos físicos que interfieran en la respiración y deglución normales, como pueden ser desviaciones del tabique nasal, obstrucción de la nariz, adenoides o rinitis, defectos en la dentadura postiza, dentaduras postizas mal colocadas, etcétera.
  • Tratar los estados de ansiedad que en ocasiones pueden provocar una respiración entrecortada y suspiros.
Es conveniente dar estas recomendaciones al paciente por escrito e incluso añadir una pauta de alimentos recomendables o desaconsejados.Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico deberá ser lo más corto posible. Generalmente se prolongará hasta resolver la sintomatología.
  • Siliconas. Disminuyen la elasticidad de las burbujas de aire cubiertas de moco, favoreciendo su coalescencia y rotura. Al no absorberse en el tracto gastrointestinal, generalmente se admite su uso en embarazadas y madres lactantes, así como en niños. Sus efectos adversos son leves y transitorios; el más característico (menos de un 1%) es el estreñimiento.
    • Si se emplean formulaciones de siliconas asociadas a algún antiácido pueden producir interacciones con diversos fármacos, por lo que el farmacéutico deberá tener en cuenta dicha asociación.
    • Se recomienda tomar las siliconas después de las comidas.
  • Adsorbentes. En este apartado figura el carbón activado o carbón adsorbente. Actúa inactivando toxinas y microorganismos en el tracto digestivo, mediante un proceso físico de adsorción de micropartículas. Las cápsulas deben tragarse con agua (no se debe utilizar otra bebida), dos horas ante de las comidas.
    • El carbón adsorbente no se absorbe ni metaboliza, atraviesa el tracto gastrointestinal hasta eliminarse por las heces. Por este motivo su uso está aceptado tanto en embarazadas como en madres lactantes. No se recomienda su utilización en niños menores de tres años ya que puede interferir en la absorción de algunos nutrientes. Tampoco se recomienda su utilización durante tiempo prolongado por el mismo motivo.
    • Puede provocar coloración negra de las heces, por lo que hay que advertir al paciente de este hecho. También conviene advertirle de que puede disminuir la absorción determinados medicamentos y alimentos, por lo que deberá dejar transcurrir dos horas entre la administración del carbón adsorbente y estos medicamentos o alimentos.
    • Bebidas como café, vino o té, y los helados o sorbetes pueden reducir la acción del carbón.
  • Plantas medicinales. Existen en el mercado preparados a base de plantas (matricaria, anís estrellado, anís verde, hinojo, comino, manzanilla y menta poleo) en forma de infusión, comprimidos o aceites esenciales, cuyos principios activos tienen acción carminativa (relajan el esfínter esofágico anterior facilitando de esta manera el eructo posprandial).
SELECCIÓN DEL TRATAMIENTO

En el caso de embarazadas y madres lactantes sólo podrá recomendar la utilización de siliconas o carbón adsorbente, ya que no existe absorción intestinal. También se admite el uso de manzanilla en el caso de embarazo o lactancia.

Si se trata de un niño se puede recomendar siliconas. El resto de los medicamentos puede utilizarse con precaución y en caso de no existir alternativas terapéuticas más seguras.

A las personas en tratamiento con otro tipo de medicación se les recomienda no utilizar carbón adsorbente, puesto que puede disminuir la absorción de determinados fármacos. Tampoco se recomienda la administración de manzanilla por el mismo motivo. Pueden emplearse otros tratamientos.

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