Hay 3 categorías de endometriosis: enfermedad peritoneal, enfermedad ovárica y endometriosis profundamente infiltrante, en las que observamos una invasión de más de unos pocos milímetros a través de la superficie peritoneal. Esas han sido las categorías generales, pero si uno quisiera pensar en ello de manera más amplia, tenemos peritoneal extra distante en una forma mucho menos común de endometriosis, pero esa es una que ciertamente parece que también podría ser bastante diferente. Estas categorías son útiles desde un punto de vista académico. Si las enfermedades son procesos funcional o fisiológicamente diferentes, eso es un poco más difícil de entender.
Es útil categorizar a estos pacientes con estos diversos enfoques, pero para comprender la biología de la enfermedad, debemos considerar todos los diferentes tipos y no excluir ninguno. Obviamente, el dolor se ha asociado más con las formas profundamente infiltrantes de endometriosis. Se ha argumentado que los endometriomas ováricos no están asociados con tanto dolor, aunque hemos visto excepciones.
Los datos apuntan a correlaciones no fuertes entre la gravedad de los síntomas de dolor y la presencia, ubicación y subtipo de endometriosis. Sin embargo, es sorprendente, porque hacemos estas afirmaciones basándonos en tamaños de muestra no muy grandes. Pero el mensaje clínico para llevar a los pacientes es que puede tener cualquier forma de endometriosis en cualquier grado de dolor, y la cantidad de endometriosis que tiene no necesariamente predice el tipo o la ubicación o el patrón de dolor que tiene. El lugar princeps donde los datos están más fuertemente asociados con la ubicación y la gravedad de la endometriosis y el dolor es en pacientes que tienen endometriosis profunda en el fondo de saco de Douglas. Tienen una fuerte correlación con tener dispareunia o dolor con la penetración vaginal. Eso es algo de lo que debemos ser conscientes.
Pero queda mucho trabajo por hacer para comprender cómo se relaciona con la etiología y qué tan bien responden los pacientes a los tratamientos. Muchas pacientes habrán informado dismenorrea, pero muchas también informan síntomas de dolor pélvico, además de dismenorrea. Hay un estudio que encontró que la mayoría de las adolescentes tendrán este dolor pélvico acíclico con o sin ciclos de dolor pélvico con su período.
Se piensa que el 50% del riesgo es de origen genético y el 50% es ambiental. Aunque no se han identificado desencadenantes ambientales específicos, si pudiéramos identificarlos, podríamos prevenir enfermedades. Preguntar por la historia familiar es muy importante. Se sorprendería de cuántas familias tienen una madre, una hermana o una tía con endometriosis, o pueden haberse sometido a una histerectomía que no fue diagnosticada hace muchos años. Además, tener una menarquia temprana y una exposición prolongada a los estrógenos a lo largo de la vida aumenta el riesgo de endometriosis. Hay asociaciones de la endometriosis con otras enfermedades que están asociadas con la inflamación, la autoinmunidad y, ciertamente, un papel del sistema inmunitario, pero no sabemos el impacto de los factores de riesgo en términos de promover la progresión o el inicio o la progresión de la enfermedad.
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