En realidad, el primer problema, en lo que se refiere al diagnóstico, es el llamado autodiagnóstico. Esta es la capacidad de cualquier mujer individual para poder diagnosticar con gran certeza que sus síntomas son atribuibles a una levadura. Los autodiagnósticos son notablemente inexactos.
Hay mucho sobrediagnóstico de infecciones recurrentes y hay algunos elementos de subdiagnóstico, especialmente para enfermedades crónicas. No se puede diagnosticar de manera confiable ninguna forma de enfermedad vulvovaginal sin ver a un médico que tome un historial y realice un buen examen físico, así como las pruebas locales inmediatas apropiadas que están disponibles en el consultorio
Cada vaginitis no es levadura. A veces hay VB [vaginosis bacteriana]. A veces hay una infección mixta. A veces es atrofia vulvovaginal. Parte del problema que estamos viendo es que hemos creado este problema en el que hay muchos diagnósticos y tratamientos telefónicos porque no teníamos otra opción con COVID-19, y luego estamos sobretratándolos. Estamos viendo el surgimiento de la resistencia. Estamos viendo más candidiasis no albicans.
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