viernes, 21 de octubre de 2022

PROLAPSO DE CORDON UMBILICAL


































El prolapso del cordón umbilical es una emergencia obstétrica impredecible con una incidencia que varía de 1 a 6 por 1000 embarazos. Se asocia con una alta mortalidad perinatal, que va del 23% al 27% en países de bajos ingresos al 6% al 10% en países de altos ingresos. 

En esta revisión, abordamos específicamente 3 cuestiones. 

Primero, su definición no es consistente en la literatura actual, y “prolapso de cordón oculto” es un nombre inapropiado porque el cordón todavía está por encima del cuello uterino. Proponemos que el prolapso del cordón, la presentación del cordón y la presentación del cordón compuesto se clasifiquen de acuerdo con la relación posicional entre el cordón, la parte de presentación fetal y el cuello uterino. Todos ellos pueden ocurrir con membranas rotas o intactas. El riesgo fetal es mayor en el prolapso del cordón, seguido de la presentación del cordón y, por último, de la presentación del cordón compuesto, que reemplaza el nombre inapropiado de “prolapso oculto del cordón”. 

En segundo lugar, el pilar del tratamiento del prolapso del cordón es el parto urgente, lo que significa parto por cesárea en la mayoría de los casos, a menos que el parto vaginal sea inminente. La urgencia depende del patrón de frecuencia cardíaca fetal, que puede ser bradicardia, desaceleraciones recurrentes o normal. Es más urgente en casos de bradicardia, porque un estudio reciente mostró que el pH arterial del cordón disminuye significativamente con el intervalo entre la bradicardia y el parto a una tasa de 0,009 por minuto (intervalo de confianza del 95 %, 0,0003–0,0180), y esto puede indicar una patología irreversible como vasoespasmo o compresión persistente del cordón. Sin embargo, el pH arterial del cordón umbilical no se correlaciona con el intervalo entre la desaceleración y el parto ni con el intervalo entre la decisión y el parto, lo que indica que la compresión intermitente del cordón umbilical que provoca desaceleraciones es reversible y tiene menos riesgo. 

En tercer lugar, mientras se organiza el parto por cesárea, se deben adoptar diferentes maniobras para aliviar la compresión del cordón elevando la parte de presentación fetal y para evitar un mayor prolapso del cordón más allá de la vagina. Un estudio reciente mostró que la posición rodilla-tórax proporciona el mayor efecto de elevación, seguida del llenado de la vejiga urinaria materna con 500 mL de líquido, y luego la posición de Trendelenburg (15°) y otras maniobras. Sin embargo, cada maniobra tiene sus propias ventajas y limitaciones; por lo tanto, deben aplicarse sabiamente y con mucha cautela, dependiendo de la situación clínica real. Por lo tanto, hemos propuesto un algoritmo para guiar este manejo agudo.

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