miércoles, 20 de noviembre de 2019

SINDROME DE OVARIO POLIQUISTICO. UNA DE LAS PRINCIPALES CAUSAS DE INFERTILIDAD


El Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) es un trastorno hormonal que se presenta en las mujeres y que tiene una serie de repercusiones negativas en la salud entre las cuales podemos encontrar a la infertilidad. Se estima que 1 de cada 10 mujeres presenta este Síndrome.

Las pacientes con irregularidades menstruales e infertilidad, asociada a fallas de ovulación y ovarios de apariencia multifolicular o poliquística, con frecuencia presentan acné, exceso de vello corporal o hirsutismo, seborrea, caída del cabello, manchas en la piel, ojeras y obesidad.

Sin embargo, no todas las mujeres con ovarios poliquísticos tienen esa sintomatología completa. Algunas tienen un acné muy severo y exceso de vello, pero sus ciclos menstruales son regulares e inclusive quedan embarazadas con relativa facilidad. En otras ocasiones sólo se presenta la caída del cabello y una piel demasiado grasosa. Por el contrario, otras mujeres no sufren acné, caída del cabello ni hirsutismo, pero padecen severos síntomas relacionados con las fallas de ovulación como atrasos menstruales, una infertilidad difícil de resolver con poca respuesta a los tratamientos de inducción de la ovulación y fallas de implantación.

¿Por qué ocurre la Infertilidad? Independientemente de la sintomatología del paciente, la mayoría de los casos de infertilidad son causados por un trastorno del metabolismo de los azúcares que cursa con excesivos niveles sanguíneos de insulina. Los excesivos niveles de insulina estimulan la producción de testosterona por el ovario, lo cual ocasiona acné, hirsutismo, caída del cabello, seborrea y las fallas de ovulación que afectan los ciclos menstruales y la fertilidad. La ovulación no ocurre todos los meses sino que es más esporádica en estas pacientes. Aun en aquellos ciclos en los que la ovulación si ocurre, el óvulo se rodea de una capa azucarada que impide la fecundación, y aun en los casos en lo que es exitosa se dificulta la implantación o anidación del embrión en el endometrio.

La insulina afecta la capa uterina donde se implanta el embrión. Allí, la hormona disminuye las glicodelinas, sustancias inmunosupresoras que rodean al embrión e impiden que sea detectado como un cuerpo extraño y rechazado por los glóbulos blancos del endometrio. Al implantarse el embrión debe permanecer escondido durante las primeras semanas, con la disminución de las Glicodelinas el embrión queda expuesto al sistema inmunológico materno que lo confunde con un cuerpo extraño, en este momento ya ha empezado el rechazo. En vez de desafiar a la naturaleza esperando que el sistema inmunológico se equivoque y no detecte al embrión la solución es esconderlo bien adentro de las Glicodelinas que aumentan al arreglar el problema de la Insulina; con el tratamiento nutricional y el tratamiento médico enfocado en corregir el origen hormonal.

¿Cuál es el tratamiento? A pesar de que el Síndrome de Ovario Poliquístico es una de las principales causas de infertilidad femenina, ésta es tratable en la mayoría de los casos. Las mujeres con SOP pueden quedar embarazadas de forma natural, y a veces con ayuda. De manera natural, la pérdida de peso en mujeres con un índice de masa corporal (IMC) mayor a 25 a veces puede ayudar a mejorar los desequilibrios hormonales y restaurar la menstruación. Es tan importante la correlación entre el sobrepeso/obesidad y el SOP que las modificaciones de estilo de vida se han convertido en la medida de primera línea más importante en las mujeres con SOP.

Se requiere implementar programas adecuados de ejercicios y dieta orientados a normalizar el peso y a recuperar una distribución de grasa corporal adecuada, que signifique una disminución de los factores de riesgo metabólico. El ejercicio es importante como ayuda para bajar de peso y mejorar sensibilidad a insulina y función reproductiva. El ejercicio es más efectivo en reducir grasa visceral que subcutánea. El ejercicio aeróbico regular es más beneficioso y se debe insistir en su práctica en el largo plazo.
Como las mujeres con SOP no ovulan regularmente, cuando se desea la fertilidad y no ha sido posible conseguir el embarazo con las medidas iniciales (dieta y ejercicio), el objetivo primario es la inducción de la ovulación ayudándonos con el uso de algunos medicamentos. Los medicamentos que más eficacia tienen en el tratamiento de la infertilidad por SOP, los más utilizados son:
  • La metformina mejora la sensibilidad del cuerpo a la insulina. Le ayuda a su cuerpo a utilizar mejor la insulina y glucosa. Al reducir los niveles de insulina, las hormonas masculinas también disminuyen y la ovulación se reanudará.
  • Clomifeno o citrato de clomifeno a menudo se utiliza en el tratamiento de la infertilidad relacionada con Síndrome de Ovario Poliquístico. Este medicamento actúa bloqueando los receptores de estrógeno en el cerebro. Bajos niveles de estrógeno provocan que el cuerpo produzca más FSH y LH, hormonas que le indican al cuerpo que ovule.
  • Una combinación de metformina y clomifeno también se puede utilizar para tratar la infertilidad asociada con el SOP, sobre todo en aquellas mujeres que no responden al clomifeno sólo.
  • Gonadotropinas, una categoría de las hormonas, se utilizan para tratar la infertilidad en las mujeres con SOP que no responden al tratamiento con metformina o clomifeno. Dosis bajas con este tratamiento tienen un alto índice de éxito y muestran un menor número de problemas asociados.
  • La perforación ovárica (drilling ovarico) es un procedimiento donde se utiliza una pequeña aguja para crear pequeñas perforaciones en el ovario. La corriente eléctrica destruye una pequeña porción del ovario. Esto puede resultar en la reducción de los niveles de andrógenos y la restauración de la ovulación.
  • La fecundación in vitro o fertilización in vitro es un procedimiento donde se cosechan óvulos inmaduros al inicio del ciclo de la mujer. Los óvulos se maduran en un laboratorio y luego son fecundados e implantados en el útero de la mujer.
Pero…¿cómo ocurre la ovulación? Ciclo Menstrual:
La duración del ciclo de la mujer varía, siendo la más común la que se sitúa entre los 23 y 35 días. Iniciando el primer día de sangrado (día 1). A partir de entonces, el período se prolonga normalmente entre 3 y 7 días. Probablemente percibas que, si experimentas dolores menstruales, sean más agudos los primeros días del período. La razón es que las hormonas de tu cuerpo provocan que el útero se deshaga del endometrio que se creó en el ciclo menstrual anterior.

Al principio del ciclo, la glándula pituitaria del cerebro segrega la hormona foliculo estimulante (FSH). Esta es la principal hormona que estimula los ovarios para que produzcan óvulos maduros.
Los folículos son las cavidades repletas de fluido que se encuentran en tus ovarios. Cada folículo contiene un óvulo sin desarrollar. La FSH estimula varios folículos para que se desarrollen y comiencen a segregar estrógenos. Los estrógenos se sitúan en su nivel más bajo el primer día del período. A partir de ese momento, el nivel comienza a aumentar a medida que los folículos crecen.

Aunque varios folículos comiencen a desarrollarse desde el primer momento, solo uno de ellos se hace «dominante», por lo que es un óvulo el que madura dentro del folículo creciente. Al mismo tiempo, la cantidad cada vez mayor de estrógenos que contiene tu cuerpo garantiza que el endometrio se colme de nutrientes y sangre. El propósito es que, si quedas embarazada, el óvulo fecundado disponga de todo el sustento y los nutrientes que precisa para crecer.

Los altos niveles de estrógeno también se asocian con la aparición de la mucosidad «favorable para el esperma» (o, según su nombre técnico, mucosidad cervical fértil). Puedes percibirla como una secreción fina y resbalosa de color blanco turbio. El esperma se desplaza más fácilmente a través de esta mucosidad y puede sobrevivir en ella durante varios días (de 3 a 5 días).

El nivel de estrógenos presente en tu cuerpo todavía está en aumento y, finalmente, provocará la subida repentina de la hormona luteinizante (llamada «pico de LH»). Este aumento de LH provoca que el folículo dominante se rompa y libere el óvulo maduro del ovario, que entra en la trompa de Falopio. Este proceso se conoce como ovulación.
En el momento en que finaliza la ovulación, el folículo comienza a segregar otra hormona: la progesterona.

La progesterona provoca el crecimiento del endometrio con el fin de prepararlo para recibir un óvulo fecundado. Mientras tanto, el folículo vacío del ovario empieza a contraerse, pero sigue segregando progesterona, y también comienza a segregar estrógenos. En esta etapa, puedes experimentar síntomas del síndrome pre menstrual (SPM), como dolor al palparse el pecho, hinchazón, letargo, depresión e irritabilidad.

A medida que el folículo vacío se contrae, si el óvulo no se fecunda, los niveles de estrógeno y de progesterona disminuyen. Sin los altos niveles de hormonas que favorecen su conservación, el grueso endometrio creado comienza a desprenderse y tu cuerpo libera este revestimiento uterino. Este es el inicio de tu período y el comienzo de tu siguiente ciclo menstrual.

La ovulación sucede 1 día en cada ciclo menstrual y es el momento justo en que uno de tus ovarios libera al óvulo. En situaciones regulares, cada mes es un ovario el que trabaja para liberar 1 óvulo y esto ocurre justo a la mitad de tu ciclo. Los ciclos más comunes son de entre 26 y 32 días e inician el día en que comienza tu sangrado. En un calendario de un ciclo de 28 días la ovulación se produce el día 14, pero son pocas las mujeres que siguen un calendario exacto.

Para calcular el día exacto de tu ovulación debes restar 14 días al fin de tu ciclo, es decir, un día antes de que te vuelva a bajar. Entonces, los días más fértiles son 3 días antes de que ovulemos y 2 días después, considerando las 24 horas de vida del óvulo y las 72 de los espermatozoides. Ahora, las mujeres que son irregulares deben prestar más atención a los cambios físicos que se producen en su cuerpo para identificar en qué momento están ovulando. Los cambios perceptibles son:

1) Dolor en el vientre bajo (una especie de cólico focalizado, justo en el ovario que está trabajando).
2) Dolor en los senos.
3) Aumento de la temperatura corporal ( entre 0.5º y 1 ºC más).
4) Y la más visible, confiable y que todas pueden monitorear es el cambio en la lubricación vaginal.
Es muy importante que cada una de las mujeres conozca su flujo, ya que es el principal indicador de todo lo que está pasando en esa zona de su cuerpo, desde cambios hormonales hasta infecciones. Cuando la mujer ovula el flujo cambia, por lo general 12 horas antes de liberarse el óvulo, y pasa a ser de consistencia filante (como clara de huevo), de color transparente o blancuzco (jamás amarillo ni verde). Este flujo permite que los espermas se desplacen más fácilmente hacia el óvulo porque claro, esa es la finalidad de la ovulación en cuestiones físicas. Flujo transparente y filante típico del período fértil
5) También existen pruebas de farmacia que te permiten saber qué día ovulas y también puedes tomarte la temperatura todos los días durante 3 meses utilizando siempre el mismo termómetro en el mismo lugar (por ejemplo a nivel axilar), empezando el primer día de la menstruación y hacerlo siempre por las mañanas. Así sabrás exactamente qué días aumenta tu temperatura y será más fácil tener una idea de cuántos días antes de que te vuelva a bajar debes estar alerta.

Si bien el SOP disminuye la fertilidad en las mujeres que desean embarazarse, todos los mitos que rodean a este síndrome mantienen a muchas mujeres asustadas. Se escucha muy a menudo que una mujer con esta condición jamás podrá tener hijos, y que si se embaraza, es 100% seguro que aborte.
Como ya se describió, este síndrome provoca que la mujer no ovule, eso es lo que causa la infertilidad.

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