jueves, 19 de julio de 2018

HIPERTENSION GESTACIONAL Y ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR SUBSIGUIENTE


Una nueva investigación demuestra que las mujeres jóvenes con hipertensión gestacional o preeclampsia en su primer embarazo tuvieron el doble de probabilidades que otras mujeres embarazadas de desarrollar hipertensión crónica décadas más tarde.

También mostraron un incremento de 70% en el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 y un aumento de 33% en el riesgo de desarrollar hipercolesterolemia, aun después del ajuste considerable con respecto a factores de confusión pregestacionales, como índice de masa corporal, tabaquismo y antecedente familiar.

Esta cohorte de mujeres embarazadas tenía una edad promedio de solo 27 años, pero las que tenían hipertensión inicial que se resolvió después del embarazo desarrollaron factores de riesgo cardiovascular a una edad más joven. Estas complicaciones del embarazo son como una señal de alerta, que indica la necesidad de comenzar la evaluación de estos factores de riesgo a una edad más temprana.

Las mujeres que presentan preeclampsia o hipertensión gestacional deben informar a su médico, y adoptar una dieta y estilo de vida saludables para el corazón tal como lo harían si tuviesen un antecedente familiar de enfermedad cardiovascular para reducir el riesgo cardiovascular y retrasar el inicio de la enfermedad.

Las guías clínicas actuales de Estados Unidos y Europa ya reconocen que las mujeres con trastornos hipertensivos del embarazo tienen más riesgo de enfermedad cardiovascular y que los antecedentes obstétricos de una mujer son relevantes para la manera de vigilar a las mujeres en los años subsiguientes del embarazo. Pero las guías no pueden recomendar exactamente cuándo y qué se debe vigilar, simplemente porque no se cuenta con la evidencia.

Es aquí donde el estudio de Stuart y colaboradores hace una contribución novedosa, al demostrar que en las mujeres con trastornos hipertensivos del embarazo se establece el diagnóstico de hipertensión, diabetes e hipercolesterolemia a una edad más temprana, lo que implica que, si se les vigilase de manera más intensa y a edad más temprana, se podrían detectar y tratar de manera oportuna estos factores de riesgo. Aunque no es el primer estudio en señalar un vínculo entre la hipertensión gestacional y la enfermedad cardiovascular subsiguiente, incluye el ajuste más detallado de los factores de confusión previos al embarazo y es uno de los estudios más extensos con uno de los seguimientos más prolongados, señalan Stuart y sus colaboradores.

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