viernes, 24 de noviembre de 2017

EN LA POSTMENOPAUSIA PUEDE MEJORAR LA VDA SEXUAL


La menopausia, una etapa en la que hay que adaptarse a las nuevas exigencias de nuestro cuerpo para que la vida sexual no se resienta. El 46 % de las mujeres maduras aseguran que su vida sexual ha mejorado con los años, según recoge el estudio “La mujer española a partir de los 50 años”, realizado por TENA Lady y avalado por la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).

Los cambios hormonales que vive el cuerpo de la mujer durante la menopausia aumentan la necesidad de dedicar más tiempo a los preliminares, descubrir nuevas zonas erógenas y disfrutar de todo el cuerpo. Sentirnos bien con nosotras mismas, también afecta a la salud de nuestra relación y a que la comunicación con nuestra pareja será más fluida, lo que también repercute en nuestra vida sexual. De hecho, el 84 % de las mujeres españolas encuestadas afirma tener buena autoestima.
 
Se puede y se debe disfrutar de la sexualidad en las diferentes etapas de la vida, pero con la llegada de la menopausia hay que prestar atención a cómo los cambios hormonales nos pueden afectar. La posibilidad de quedarnos embarazada desaparece, lo que elimina muchos elementos de angustia y la preocupación por los métodos anticonceptivos. Pero la mujer también puede sentir menos deseo sexual, reducción de los niveles de excitación y de lubricación.

Falta de deseo: La imagen corporal e íntima en esta etapa, por el proceso de envejecimiento, así como por la pérdida de tersura en la piel y las mucosas, conllevan una disminución de la autoestima. La mujer necesita más que nunca que su pareja la escuche, acompañe y cuide para despertar esa libido a través de la mejoría de su estado emocional. Debemos tener en cuenta que la libido cambia en las distintas fases de la vida. En esta etapa preocupa, sobre todo, el desequilibrio de deseo entre las distintas partes de la pareja: la mujer se ve con la libido reducida y trata de alcanzar la de su pareja.

Respuesta sexual enlentecida: la fase de excitación requiere una mayor dedicación, por lo que se recomienda aumentar la cantidad de juegos y caricias previas, tomarse su tiempo en la relación y disfrutar del resto del cuerpo.

Reducción de los niveles de lubricación: normalmente los niveles de lubricación de la mujer se reducen en esta etapa de la vida por lo que pueden existir molestias durante las relaciones sexuales que hagan que tengamos menos apetencia sexual ante la expectativa de una relación incómoda. Es importante mejorar la calidad de la mucosa vaginal a través del uso de estrógenos locales o de cremas hidrolubricante, sobre todo durante la menopausia precoz.

Contracciones orgásmicas más débiles: esto se debe en parte a la falta de lubricación y en parte a la disminución del tono del suelo pélvico. En esta fase de la vida, el cuidado del suelo pélvico es esencial. Es en esta etapa cuando comienzan la mayor parte de los problemas de incontinencia pero, además, trabajar el tono de la musculatura pélvica puede mejorar mucho la calidad de las relaciones sexuales a pesar de los cambios hormonales, por lo que es importante realizar ejercicios Hipopresivos junto a ejercicios de Kegel para tonificar la musculatura pélvica. Con unos ejercicios muy sencillos, que se pueden realizar discretamente en cualquier lugar, se pueden mejorar y prevenir los problemas asociados en un 70 % de los casos.

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