El láser Nd:YAG ha sido el más utilizado en histeroscopia,
especialmente en la ablación endometrial y en el
tratamiento del septo uterino y de las adherencias intrauterinas. Debido
a que las fibras no son conductoras, la cavidad puede distenderse con
fluidos con electrolitos lo que añade un factor extra de seguridad
evitando la sobrecarga hídrica. Esos láser son atraídos por los
pigmentos y son reflejados por lo que el cirujano debe evitar gafas
protectoras o unos filtros especiales para prevenir el daño en la
retina. Las fibras más comúnmente utilizadas son no coaxiales o
descubiertas que transmiten el efecto del Nd:YAG penetrando unos 4-5 mm
de profundidad y debido al efecto lateral de este láser formando
cráteres en el tejido. Este es un láser coagulador y es más útil en la
ablación endometrial. Las fibras talladas concentran la energía del
láser dependiendo de la forma de la punta. Una punta cónica convierte el
láser en un bisturí luminoso reduciendo la quemadura y el daño termal,
mientras tanto la punta de bola puede usarse para la coagulación.
Los láser de Argon y el KTP-532 son menos usados en ginecología. Pueden
penetrar 1-2 mm en el tejido y producen menos quemadura que el láser
Nd:YAG. Pueden usarse en contacto con el tejido o pueden activarse sin
estar en contacto con el mismo y cambiar la propiedad coagulante o
cortante según la distancia al tejido.
Los procedimientos histeroscópicos mas frecuentemente realizados con los láser de fibra óptica son la ablación endometrial y la exéresis de miomas submucosos. Además, la morcelación de los grandes miomas fundicos puede realizarse utilizando la misma técnica y, ocasionalmente, la miolisis del tejido miomatoso intramural puede realizarse con fibras afiladas que pueden penetrar en el tejido.
Los procedimientos histeroscópicos mas frecuentemente realizados con los láser de fibra óptica son la ablación endometrial y la exéresis de miomas submucosos. Además, la morcelación de los grandes miomas fundicos puede realizarse utilizando la misma técnica y, ocasionalmente, la miolisis del tejido miomatoso intramural puede realizarse con fibras afiladas que pueden penetrar en el tejido.
Aunque el láser puede usarse para tratar otras patologías como el septo,
adherencias intrauterinas y pólipos, su uso es bastante restringido.
Los pólipos no requieren tratamiento con láser y su coste supera los
beneficios. El septo uterino particularmente ancho, puede tratarse con
las fibras afiladas que reducen tanto la cicatriz periférica como el
daño al endometrio sano circundante.
Las adherencias intrauterinas también pueden tratarse utilizando fibras
afiladas para la división electiva de dichas adherencias. De todas
formas se debe tener en cuenta la posibilidad de dañar el endometrio
circundante y utilizar solo fibras afiladas. Cuando se usa el láser para
tratar las adherencias intrauterinas, particularmente las localizadas
lateralmente a nivel de los ostium y las paredes laterales, el
histeroscopio flexible quirúrgico presenta ciertas ventajas ya que el
láser puede dirigirse perpendicularmente, permitiendo una focalización
directa y precisa del láser sobre la zona a tratar. Esto puede ser más
dificultoso cuando se usan los histeroscopios rígidos.
La histeroscopia es un procedimiento clínico que le permite a un ginecólogo ver el interior del útero y consiste en introducir en el mismo una cánula fina (histeroscopio). Entre un 40% y un 70% de las mujeres españolas padece miomas o fibromas uterinos, que son los tumores sólidos más frecuentes de la pelvis de la mujer, y que dificultan el embarazo y producen sangrados anormales, abundantes y prolongados en muchos casos. Se estima que el 50% de las mujeres de más de 50 años tienen miomas aunque en general no provocan molestias. Para las mujeres que sí padecen sangrados anormales y tienen dificultades para quedarse embarazadas, la nueva técnica facilita la reducción del 77% de los miomas y también los pólipos en quirófano y en una consulta ambulatoria, y la eliminación prácticamente total de las molestias que impiden .
Cuando se usa el láser para procedimientos quirúrgicos, los líquidos utilizados para la distensión deben contener electrolitos. Debido a que esos procedimientos pueden ser largos, es importante tener un control del balance hídrico. Si el balance excede los 1500 ml, especialmente en pacientes con disminución de la diuresis, deben administrarse diuréticos para prevenir la sobrecarga hídrica.
Los láser que pueden usarse en la histeroscopia son aquellos con puntas talladas, bien afilados o cónicos, para corte o coagulación. Esos láser permiten una aplicación más precisa según los requerimientos y no precisan enfriamiento continuo. Se debe seleccionar la fibra adecuada y la potencia de trabajo, tanto el cirujano como los ayudantes deben estar provistos de gafas protectoras y el láser debe ser probado antes de su utilización en la paciente. La histeroscopia ha posibilitado detectar otros problemas que se producen en el útero, como la endometritis crónica, que es una inflamación del endometrio (mucosa que recubre el interior del útero) y que disminuye las tasas de embarazo, y el istmocele o defecto de cicatrización a nivel de la incisión de una cesárea previa y que se asocia a infertilidad. También ha ayudado a revelar nuevas clasificaciones de malformaciones uterinas como el útero dismórfico.
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