Sin embargo, hay situaciones en las que es necesario ir a urgencias siempre que ocurran y que conviene que conozcan los padres. Así en general, si en cualquier momento de la gestación reciban de forma accidental un golpe fuerte o una contusión en el abdomen, cuando tengan fiebre y superen los 38º, existan molestias al orinar, haya cambios en el flujo vaginal (el flujo moleste, provoque dolor o sea muy abundante) o las varices sean muy dolorosas y las hemorroides molesten. Además, hay que ir si ocurre cualquier cosa que os haría acudir a Urgencias sin estar embarazadas: torceduras de tobillo, picaduras raras de insectos, etc.”.
En el Primer trimestre:
- Si hay sangrado vaginal: la existencia de pequeñas pérdidas rosadas o marrones pueden ser normales en las semanas iniciales del embarazo. Sin embargo, si la cantidad es similar a una regla convendría ir a urgencias.
- Ante dolor intenso en el bajo vientre. En los tres
primeros meses es muy frecuente que haya dolores similares a los de la
regla, por lo que en esos casos no hay que alarmarse.
- Ante presencia de náuseas y vómitos que impiden una ingesta de líquidos o alimentos durante más de doce horas.
En el Segundo trimestre:
- Dolor abdominal similar a una regla intensa o a un
retortijón, que se produce con una cadencia muy marcada (cada 20
minutos, por ejemplo) y que no mejora aunque la embarazada esté en
reposo.
- Dolor difuso e intenso en toda la barriga, que no cambia de intensidad, pero que es sordo y continuo.
- Si hay un cambio sustancial en el patrón de movimientos del bebé o la madre no nota movimientos durante un largo periodo de tiempo. Lo primero es no ponerse nerviosa, comer algo y esperar unos diez
minutos para ver la reacción del bebé.
- En casos de sangrado vaginal en cantidad similar a una regla o exista sensación de pérdida de líquido.
En el Tercer trimestre:
- Ante un dolor de cabeza intenso.
- Si hay un aumento de peso de forma muy brusca, generalmente acompañado de hinchazón importante de piernas y tobillos.
- Picor intenso en la piel, predominantemente en las manos y los pies, y que se acentúa por la noche.
- Contracciones regulares y dolorosas.
- Sensación de pérdida de líquido amniótico.
- No notar movimientos fetales
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