El ritmo de vida actual o la incorporación de la mujer a la vida laboral han provocado un retraso en la media de edad a la hora de tener hijos y quedarse embarazada. Cada vez es más habitual el embarazo en edades más tardías. Dicen que los 40 son los nuevos 30 de antaño.
Pero, ¿es esto un problema? ¿Se enfrenta igual el embarazo a los 20-30 que a los 40 años? Obviamente, no se puede negar que la biología cumple su función y, sin duda, la edad física ideal para que una mujer se quede embarazada es a los 20-35 años. Esto es debido a que la fertilidad está en su momento óptimo y el cuerpo responde perfectamente a los cambios, porque es físicamente más fuerte. En definitiva, el organismo es joven para hacer frente a las posibles complicaciones o problemas y molestias que surgen durante el embarazo.
Sin embargo, bien es cierto que aunque a nivel físico la balanza se inclina a favor de las madres más jóvenes, a nivel emocional, una mujer de 40 años es mucho más madura en líneas generales. La decisión de quedarse embarazada suele ser meditada y a conciencia, así como la valoración de los riesgos y responsabilidades que supone la maternidad. Esto puede suceder igualmente cuando se es joven, pero en algunos casos, la inmadurez e inexperiencia puede hacer que la situación sea más abrumadora para la futura mamá.
¿Cuáles son los principales riesgos asociados a los embarazos en edades más avanzadas? Algunos de ellos son la diabetes gestacional o la hipertensión. En cuanto a la primera, se trata de una intolerancia a los hidratos de carbono que se presenta por primera vez durante el embarazo. En el test de O´Sullivan, una prueba analítica que te realizarán sobre la semana 26, el ginecólogo verá el nivel de glucosa en sangre. Si hay alguna alteración tendrá que someterse a una nueva prueba, de sobrecarga de glucosa, y ésta ya determinará si existe o no diabetes gestacional. En caso positivo le pondrán el tratamiento adecuado, seguramente una dieta personalizada en la que se suprimirá el azúcar y ciertos alimentos.
Por lo que respecta a la hipertensión, esta puede llegar a ser un tema serio, por lo que si tiene la tensión alta es importante llevar un control y seguir el consejo médico.
Por otra parte, en estos embarazos de mayor riesgo, es importante descartar posibles anomalías en el feto. Gracias a los test prenatales, las embarazadas tienen la opción de realizarse una prueba no invasiva que solo requiere una muestra de sangre.
Pero, ¿es esto un problema? ¿Se enfrenta igual el embarazo a los 20-30 que a los 40 años? Obviamente, no se puede negar que la biología cumple su función y, sin duda, la edad física ideal para que una mujer se quede embarazada es a los 20-35 años. Esto es debido a que la fertilidad está en su momento óptimo y el cuerpo responde perfectamente a los cambios, porque es físicamente más fuerte. En definitiva, el organismo es joven para hacer frente a las posibles complicaciones o problemas y molestias que surgen durante el embarazo.
Sin embargo, bien es cierto que aunque a nivel físico la balanza se inclina a favor de las madres más jóvenes, a nivel emocional, una mujer de 40 años es mucho más madura en líneas generales. La decisión de quedarse embarazada suele ser meditada y a conciencia, así como la valoración de los riesgos y responsabilidades que supone la maternidad. Esto puede suceder igualmente cuando se es joven, pero en algunos casos, la inmadurez e inexperiencia puede hacer que la situación sea más abrumadora para la futura mamá.
¿Cuáles son los principales riesgos asociados a los embarazos en edades más avanzadas? Algunos de ellos son la diabetes gestacional o la hipertensión. En cuanto a la primera, se trata de una intolerancia a los hidratos de carbono que se presenta por primera vez durante el embarazo. En el test de O´Sullivan, una prueba analítica que te realizarán sobre la semana 26, el ginecólogo verá el nivel de glucosa en sangre. Si hay alguna alteración tendrá que someterse a una nueva prueba, de sobrecarga de glucosa, y ésta ya determinará si existe o no diabetes gestacional. En caso positivo le pondrán el tratamiento adecuado, seguramente una dieta personalizada en la que se suprimirá el azúcar y ciertos alimentos.
Por lo que respecta a la hipertensión, esta puede llegar a ser un tema serio, por lo que si tiene la tensión alta es importante llevar un control y seguir el consejo médico.
Por otra parte, en estos embarazos de mayor riesgo, es importante descartar posibles anomalías en el feto. Gracias a los test prenatales, las embarazadas tienen la opción de realizarse una prueba no invasiva que solo requiere una muestra de sangre.
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